La presentación

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Primera hora lunes, una larga hora de inglés le esperaba a Clàudia, la cual aún no había asimilado que era novia de Darío.

-Cuéntame los detalles, lo quiero saber todo!- le diría Júlia.

-No te voy a contar nada! Tu no me contaste nada de lo tuyo.- le contesta la rubia.

-Bueno... es diferente.- le dice la morena.

-¿Por que es diferente?- le cuestiona Clau.

-Porque... Emm... me dijo que no se lo digiera a nadie.- le dice su amiga claramente mintiendo.

-Se te da como el culo mentir.- le dice Clàudia riendo.

-Ya bueno... está bien.- le dice.

Eran las 8:20 así que tuvieron 10 minutos para explicarse todo, más que suficiente, la profe llegó y el día prosiguió.

Hora de música, Darío y Clàudia se sentaron juntos para seguir practicando la canción del otro día, cogieron el piano y empezaron a tocar.

-No pongas los dedos tan rígidos, es un piano no te va a morder.- le dice la rubia riendo un poco.

-Ya... pero no se, los pongo así porque si.- le contesta el chico un poco avergonzado.

-Tú relaja la mano y ya verás que sonará mejor.- le responde la chica con una sonrisa cálida.

Darío le hace caso y relaja las manos, coloca los dedos donde corresponde y vuelven a empezar. Esta vez el sonido era más fluido, más bonito.

Helena los miraba desde lejos con una sonrisa, así que se acercó para ver cómo iban. Los dos extrañados miraron a la profe, no sabían que quería.

-Mhh... seguir tocando, que lo hacéis muy bien.- dice la profe.

-Si, si... ya vamos.- le responde el moreno con una sonrisa tímida.

Así que los dos comenzaron a tocar de nuevo melodía, era perfecta. Los dos iban sincronizados como si la hubieran practicado desde hace tiempo, cosa que no era así.

La profe se terminó yendo, los dos suspiraron aliviados no querían aguantar más esa tortura de ser observados por una alpaca.

-Eres consciente de que en dos horas hemos de presentar una presentación los dos solos.- le dice Darío inesperadamente a Clau.

-Es broma, no?- le responde la rubia algo nerviosa.

-Yo de bromas hago pocas, así que no es.- le contesta Darío.

-Bueno, tu tranquila que nos irá bien.- en ese momento le cogería la mano a Clàudia y le daría una sonrisa cálida y llena de cariño.

-Si... seguro que si.- le dice la chica también sonriendo.

Llegaría la hora de la presentación, era inevitable, si o si la tenían que presentar hoy, ya la habían aplazado muchas veces.

-Clàudia y Darío, ya podéis salir a presentar.- le dice Mercé con una voz alegre.

Así que la parejita salió, todos los ojos posados sobre ellos y como no el grupito de Clau haciendo miraditas y gestos.

Todo iba bien hasta que la rubia se quedó en blanco en una parte, por algo tenía a su amor, no? Así que Darío se encargó de decir esa parte sin ningún tipo de problema.

La profe antes de que se fueran les quería ver sufrir un poco más así que optó por hacerles unas preguntas, en el último momento Clau apoyó la mano en la pizarra lo que no se esperaba es que el moreno haría lo mismo. Los dos se miraron y se rieron un poco antes de volver a sus asientos.

Todo seguiría hasta que suena el timbre, hora de educa. Hoy al parecer tocaba saltar cuerda, pero antes tenían que hacer un juego de calentamiento el cual era el "stop".

La paraba David, así que estaba seguro que iría a por la rubia. El juego dio comienzo, todos corrían por el módulo y tal, hasta que Darío hizo "stop" no se podía mover además todos sus amigos ya estaban pillados.

Llega Clau, pasa por debajo de el, pero el moreno susurra algo así que la chica levantó la cabeza aún estando allí abajo, así que todos sabemos lo pasó.

Un pequeño quejido salió de parte del moreno antes de tirarse al suelo del dolor, Clàudia sin saber que hacer se pone a su lado a perderle perdón sin parar.

-Perdón, perdón. No me acordado de que estaba aún abajo.- le dice repetidas veces al chico mientras le acaricia a la espalda.

-Mhh... no pasa nada, tranquila.- le dice Darío aún revolviéndose del golpe.

Todos vienen a ver lo que había pasado, obvio que Clàudia no diría que le había dado un golpe en los huevos con la cabeza. Así que se inventó la excusa del típico calambre inesperado y como no Darío le tubo que seguir el juego.

La clase se terminó y los alumnos se fueron, excepto Clàudia y Darío, el chico se cambiaba mientras la chica lo esperaba impacientemente a fuera.

-¿Te queda mucho?- le pregunta desde el otro lado la rubia.

-No se que haces a fuera, somos pareja me da igual si me ves.- le contesta el chico.

Le hace caso y entra, por suerte o desgracia ya se había cambiado, no había mucho que ver.
El chico se estaba peinando un poco, ya que de tanto correr se había despeinado.

-¿Como estas?- le cuestiona la chica avergonzada.

-¿Yo? Bien...- le dice el chico sonriendo un poco.

-Me refiero al golpe.- le recalca Clau.

-Ahh... eso, igual ya no puede tener hijos, eh- le bromearía Darío riendo.

-Tan fuerte ha sido?!- le pregunta preocupada.

-Noo... tranquila, era broma.- le dice mientras se acerca a ella y la coge las dos mejillas como un pececito, plantándole un beso en la frente.

-Me hago cosas peores en vóley, así que tranquila.- le contesta riendo sutilmente.

-Si tú lo dices... te creo.- le responde la chica antes de cogerle la mano.

Los dos salen del vestuario y se dirigen a la salida, se despiden con un corto beso y hasta el día siguiente.

𝐀𝐦𝐚𝐧𝐞𝐜𝐞𝐫 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora