Los novios se despertarían temprano ya que les esperaba un largo día, así que se levantaron, se cambiaron y se fueron a desayunar.
-Como has dormido?- pregunta Darío mientras mira la carta para pedir.
-De maravilla, muy calentita.- contesta Clàudia con una sonrisa.
-Me alegro, me alegro.- responde el chico.
-Tu que vas a pedir.- cuestiona el chico a su novia.
-Mhh... me tientan unos panqueques pero como llevan leche igual me cojo unas tostadas, aún no lo sé.- dice la rubia con duda.
-Si te coges los panqueques ten cuidado.- le advierte el moreno.
-Si,si.- dice la chica.
Cuando los dos ya se decidieron, comieron y salieron a pasear. No sabían exactamente donde ir así que se fueron al centro a ver sin encontraban algo que hacer.
Entre tanta gente, la pareja se vio obligada a separarse, es decir se perdieron entre ellos así que cuando esta aglomeración desapareció no se encontraban.
-Perdona, has visto a un chico alto, moreno...- pregunta Clau a gente desconocida.
-No, no...- dice las personas.
-No me va a quedar otra que llamarlo...- dice la chica en su mente.
Así que coge el móvil y llama a su novio, lo que no se esperaba es que saliera el contestador así que se quedaría exactamente igual que al principio.
Sin nada más que hacer Clàudia se sentaría en un banco a esperar a que el destino los volvieran a juntar o algo por el estilo, cosa que claramente no paso.
Aún que no lo pareciera la rubia tenía miedo, estaba en una ciudad muy grande sola, además en una ciudad en la cual no sabía muy bien donde estaban las cosas, estaba perdida.
Se volvió a levantar para seguir buscando a su pareja, no se podía quedar de brazos cruzados, a toda persona que se encontraba, a toda persona que preguntaba por él.
Ya cansada ve a un gato blanco, así que se agacha para estar a su altura.
-Ayy, minino, tú has visto a un chico alto, con chaqueta negra y... en verdad esta descripción es un asco, hay 20 mil chicos así, normal que la gente me diga que no sabe nada.- dice Clàudia acariciando el gatito.
El animalito simplemente maullaría mirándola con los ojos celestes que tenía.
-Si, si... ojalá te pudiera entender.- dice la chica suspirando.
Es allí donde el animal maullaría aún más fuerte que antes, así que Clau se daría la vuelta y estaría allí, el chico que llevaba tanto rato buscando.
Se pondría otra vez de pie y lo abrazaría con fuerza llorando un poco.
-Menos mal...- dice Darío abrazándola.
Clàudia solo sollozaría, mientras le daba besos por toda la cara, igual solo habían pasado 2 horas, pero para ellos fueron 2 años.
-Lo he pasado muy mal!- duce Clau.
-Lo se, lo se... te he llamado pero me salía el contestador.- dice el moreno mientras le quitaba las lágrimas a su pareja.
Con las tonterías ya se habían hecho la 13:00 así que se dedicaron a encontrar a un sitio para comer. Buscando y buscando, no encontraron nada, así que optaron por volver al hotel y comer allí.
-Que mala suerte... a mi me hacía ilusión ir a comer a un sitio que no fuera el hotel.- dice la chica con berrinche.
-Ya, bueno. No te preocupes que ya merendaremos fuera y cenaremos fuera.- dice Darío.