El partido

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28/12

Tres días más tarde de esa quedada la parejita se volverían a encontrar pero esta vez no iban a ir a una cafetería o a pasear, sino a ver el partido del hermano pequeño de Darío.

10:30 de la mañana.

Clàudia estaba esperando temblando de frío a que bajara ya su novio.

-Perdón por tardar.- dice Darío mientras acababa de abrocharse la chaqueta.

-Es que hay alguien que es un poco lento...- dice mirando a su hermano.

-Es que no encontraba las rodilleras!- patalea el pequeño.

-Pues verte preparado las cosas antes.- contesta el chico a su hermano.

La rubia solo podía reír enfrente de esta situación y en el buen padre que podría llegar a ser su pareja.

-Mira, mamá ya está, corre! Que hace mucho frío.- afirma el pequeñin mientras va corriendo hacia el coche naranja.

Los tres se pusieron en la parte de de atrás, ya que Darío no quería dejar sola a su novia en la parte de atrás y el hermanito no era lo suficiente mayor como para ir delante.

-Ya estáis listos?- pregunta la mujer.

-Sip!- responde el hermano.

El trayecto empezaría, no era un camino muy largo para tampoco precisamente corto, así que para matar el tiempo el más pequeño empezó a hablar.

-Sabes que el otro día Daca se comió una galleta, era de chocolate.- dice sin ningún tipo de sentido el hermanito.

-Si no fueras tan desordenado igual eso no pasaría.- contesta Darío.

-Venga chicos no os discutáis! Que hoy tenemos una invitada.- dice la madre levantando un poco la voz.

-Siempre liándola Darío, es que de verdad vergüenza debería darte.- dice el pequeño con tristeza falsa.

-Anda que tú.- le responde el moreno.

Ante la situación Clàudia solo se limitaba a reír, ya que las discusiones que tenían los hermano eran de lo más estúpidas.

Cuando ya llegaron al pabellón el hermano se fue al cambiador para preparase para el partido, en cambio Darío y Clàudia se dirigieron a las gradas.

-Después de que juegue mi hermano juegan otros muy bueno, te querrás quedar?- pregunta Darío a su novia.

-Es que no se si me dará tiempo...- dice Clau.

-Te invito a comer, bueno yo no, mi madre.- le responde el moreno.

-Bueno... está bien.- dice la chica mientras se ponía las mano en los bolsillos por el frío que hacía.

Unos 10 minutos más tarde ya se encontraba el equipo en la pista listo para jugar, la oreja ya estaba lista para animar mientras que la madre estaba un poco más atrás hablando con otras madres.

El partido dio comienzo, el primer set sería ganado por el hermano de Darío aún que bien apurados, así que al segundo lo tenían que dar todo.

Era hora de que el hermano pequeño sacará, así que se puso en posición y la tiro al aire intentando imitar los magníficos saques de su hermano mayor.

-Ayy!! Que mono, parece un mini tu.- dice Clàudia con ternura al ver las escena.

Darío simplemente se sonrojaría y reiría ante el comentario.

El partido llegaría al final, obviamente con una clara victoria del pequeñin.

-Has visto que saque he hecho?!- pregunta emocionado el niño.

-Si! Lo has hecho muy bien!- le diría Darío antes de cogerlo en brazos y abrazarlo.

-Nada mal para ser tu primer saque desde arriba.- dice el chico a su Herminia aún en brazos.

-La verdad es que has jugado de maravilla.- dice Clau poniéndole la mano para que choque.

-Gracias!- exclama el pequeño antes de chocarle la mano.

-Queréis ir a comer solos? O con nosotros.- le pregunta la madre a su hijo.

-Vamos con vosotros, tenemos que celebrar la victoria.- responde Darío.

Así que otra vez se montaron al coche para ir a un restaurante a celebrar la gran victoria.

Una vez llagaron al restaurante tomaron asiento y esperaron a que vinieran a tomar nota.

-mhh... yo quiero patatas fritas con pollo.- dice el niño señalando el menú.

-Alaa! Yo también quiero eso!- dice Clàudia emocionada.

La madre y Darío estallarían en risas.

-Tienes un paladar de un niño de 5 años.- le dice Darío a su novia.

-No es eso! El problema es que solo hay o pescado o pasta, el pescado no me gusta mucho además soy alérgica a la merluza, y pasta como ayer así que me quedo con las patatas fritas y pollo.- explica Clau rápidamente.

Así que cada uno se cogió lo que quiso y empezaron a comer a gusto.

Una vez acabaron de comer el hermanito se fue al parque de juegos que había al lado y como no la madre obligó a hermano mayor a vigilar.

Cuando ya llegaron las más o menos la tres, se volvieron a montar al coche pero esta vez ya para ir a casa.

Dejaron a Clàudia en el portal.

-Nos vemos!! Gracias por todo.- dice antes de bajarse del coche.

-Adiooos!!- le contesta todos.

𝐀𝐦𝐚𝐧𝐞𝐜𝐞𝐫 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐧𝐭𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora