Clàudia sería la primera en levantarse, aún que no podía moverse porque Darío estaba abrazándola mientras dormía como un bebé.
-Darío... despierta.- susurra la chica.
-Mhh... hoy es sábado.- musita en sueños.
-No tenemos que ir a comprar?- pregunta Clau.
-Tengo que ir, tú te vas a casa.- dice el chico ya medio despierto.
-Pero no hay nadie en mi casa hoy...- responde Clàudia.
-Ah, no?- dice Darío.
-No...- contesta la rubia.
-Bueno... entonces igual si puedes venir.- habla el moreno mientras se incorpora en la cama.
-Como has dormido?- cuestiona Darío.
-Yo? Bien, bien. La verdad es que tu cama es muy cómoda.- responde Clau.
-Me alegro.- dice el chico con una sonrisa.
Cuando ya pasaron 10 minutos de hacer el vago en la cama decidieron levantarse e ir a la cocina a comer algo.
-Que quieres para desayunar?- pregunta el novio a su novia.
-Emm... no se, que hay?- dice mientras se sentaba en una silla.
-Tengo galletas dinosaurios de mi hermano, y para beber tengo zumo.- responde Darío abriendo la nevera para sacar el zumo.
-No tienes leche?- cuestiona Clàudia.
-Si, pero en con lactosa así que no.- contesta el moreno.
-Valee, entonces no me tocará otra que comer galletas con zumo.- habla la rubia mientras cogía una galleta y se la comía.
Cuando ambos acabaron se fueron a cambiar para después irse a comprar las cosas que necesitaba Darío para la cena.
-Que vas a comprar?- le pregunta la chica curiosa.
-De todo, mi madre me ha pedido muchas cosas. De hecho tengo la lista aquí.- contesta mientras mete la mano en el bolsillo para sacar el papel.
-Hostia, como se nota que viene navidad.- dice mirando la infinidad de cosas que están apuntadas al papel.
-Ya, es lo que tiene la navidad, gastar y gastar dinero.- responde Darío.
Cuando llegaron en el supermercado Darío cogió un carro grande en cambio Clàudia vio un cestitas minis súper monas así que cogió una de esas.
-Que haces con un cesta?- pregunta el chico intentando aguantar la risa.
-No se, es bonita así que me la llevo.- dice la chica.
-Pero vas a comprar algo?- cuestiona el moreno.
-No... pero por si acaso, quien sabe?- contesta Clàudia.
Darío empieza a meter de todo al carro, turrones, bombones, polvorones, chocolate, jamón, pescado, gambas y millones de cosas más, en cambio en la cesta de Clàudia había cosas más de postres, yogures, frutas y este tipo de cosas.
-No te estás aburriendo?- pregunta repentinamente Darío.
-No! Se me esta haciendo entretenido.- contesta Clàudia.
-Vale, vale no te enfades.- responde entre risas el moreno.
-Creo que ya esta.- habla el chico mientras repasaba por última vez la lista.
-Vamos a pagar.- le dice el novio a su novia.
-Vamos!- exclama Clau.
La parejita se puso a hacer cola para poder pagar la gran compra.
-Más de 200€ seguro.- dice Clàudia.
-Eso crees?- pregunta Darío.
-Si.- contesta la chica.
-Venga hacemos una apuesta, quien se acerque más al precio gana.- habla el chico mientras sacaba la cartera.
-Me invitas a una crepe.- dice la rubia.
-Vale.- dice asintiendo con la cabeza.
-250.- apuesta la chica.
-Pues yo... 230.- apuesta el chico
Mientras la cajera iba pasando los productos, el número para pagar cada vez era más alto, hasta que paró.
-Serán 243 € por favor.- reclama la cajera.
-Con tarjeta.- responde Darío.
Cuando ya pagaron se fueron a casa para dejar toda la compra.
-He ganado yo, no?- dice Clàudia.
-Técnicamente si, 243 está más cerca del 250 que no del 230, así que ahora iremos a buscar tu crepe.- contesta Darío.
-De verdad?!- pregunta emocionada.
-Pues si, una apuesta es una apuesta.- responde el chico.
La pareja volvió a salir de casa pero esta vez para comprar una crepe, fueron a la cafetería más cercana, ya que no iban a ir hasta la calle major simplemente para comer una crepe y volver.
Cuando llegaron al local se encontraron con la mala noticia de que no había crepes, pero en cambio habían gofres.
-Te parece bien un gofre?- le pregunta Darío a su novia.
-Si, si.- responde la chica.
-Cuantos serán?- pregunta la camarera.
-Dos por favor.- contesta el chico.
Cuando ya paso el tiempo suficiente llego el gofre para los dos.
-Anda! Que monos.- dice sorprendida Clàudia al ver lo decorados que estaban.
-Si la verdad.- habla Darío.
Cuando los dos terminaron volvieron otra vez a casa de Darío, pero esta vez ya para despedirse.
Clau ordenó sus cosas y las puso en su bolsa, una vez ya tenia todo colocado se despiezo primero de Daca, y después de su novio.
-Quieres que te acompañe?- pregunta Darío.
-No hace falta.- contesta Clàudia.
-Segura?- pregunta de nuevo para asegurarse
-Si... segura.- responde la chica.
-Nos vemos.- dice Darío despidiéndose.
Ss despedirían con un corto beso, y aquí acabaría su primer finde juntos.