Las cosas buenas tardan en llegar

22 1 0
                                    

-Uy, que elegante y caballeroso, Mr. Harry. También es un placer conocerlo.
-Bueno, la primera impresión es muy importante.
Después de saludarse, ambos se sentaron en la banca. Kate desnudaba a Harry con una mirada que iba de los pies a la cabeza, pero este último no se percató.
-Tienes razón, la primera impresión nunca se olvida, y tú sumaste muchos puntos.
-¿Puntos?
-No importa. ¿Te gusta el lugar que escogí?
-Es hermoso, nunca había venido a este parque. Decían que era lindo, pero es más que eso.
-Pensé que sería de tu agrado, pues es tranquilo y hay mucho verde. Quería que te sintieras cómodo.
-Lo conseguiste - Harry evitaba el contacto visual todo lo que podía, en su defecto, se frotaba los dedos de sus manos entre sí de manera casi desesperada. Al notarlo, Kate intentó ser más directa con su propósito.
-Lo digo porque, quizá me creas una loca o una desesperada por invitarte a salir sin conocerme, y por eso estoy aquí, para conocernos. Sin compromiso.
Eso ultimo calmó de verdad a Harry, por lo que comenzó a centrarse más en ella.
-Llamaste mi atención. ¿Hacemos una dinámica de preguntas y respuestas?
-De eso estaba hablando. Yo empiezo: ¿Cuál es tu canción favorita?
-Claro de luna, el primer movimiento de la sonata de Beethoven.
-¿El qué?
Harry se sintió decepcionado con esa respuesta, pero se mantuvo optimista.
-Es... bueno, solo una canción. ¿Cuál es la tuya?
-Cry de Cigarettes after sex - Contestó con ímpetu.
-No jodas, ¡Esa es mi banda favorita! - Sin notarlo, llevó su mano a la rodilla de Kate.
-¿De verdad? ¡La mía también, que gran coincidencia! - Ahora Kate puso su mano sobre la de Harry.
Tan rápido como Harry había desbocado su emoción, se apagó de golpe. Un recuerdo terrible había llegado a su memoria en un pésimo momento.
-Quizá podría cambiar mi respuesta a tu primer pregunta.
-Adelante - Replicó Kate con evidente confusión.
-En vez de Claro de luna, diré: Look on down from the bridge.
Se escucharon algunas palabras de la boca de Kate, pero Harry no las comprendió pues su audición se estaba distorsionado. De un momento a otro y sintiendo un estruendo profundo en su cabeza, se hallaba en un lugar oscuro y frio. Parpadeó un par de veces, se limpió los ojos y vislumbró por la poca luz de luna que de una cueva musgosa salía Matt. Para sorpresa del propio Harry, no sintió enojo al verlo de nuevo, si no nostalgia.
-No pensé volverte a ver.
-Yo sí, Harry. Sabía que tarde o temprano volveríamos a hablar. Me alegro que haya sido temprano.
-Sé que esta vez no me quedé dormido, por ende no estoy soñando, ¿Por qué estoy aquí de nuevo?
-Creo que lo sabes - Matt adoptó una actitud mucho más empática y amigable que la ultima vez.
-Lo último que recuerdo es haber tenido un pensamiento de... ¿Eso fue?
-Una memoria traumática afecta enormemente al cerebro, este último a veces intenta reprimirlo pero, no siempre se puede. Eso te trae aquí pues tampoco quieres aceptar que soy real.
-Aun me estoy debatiendo si lo eres.
-Harry, lo que le pasó a Emma no fue nuestra culpa.
-Claro que no fue nuestra, fue mía, por no darme cuenta a tiempo - Con un nudo en la garganta, se le cristalizaron los ojos y apenas y podía articular palabras - Pude haber hecho algo, pude haberlo arreglado...
-Olvídalo ya de una vez.
-¡No tengo intenciones de olvidarla!  - Harry jamás había gritado con tanta rabia, impotencia, tristeza, miedo, dolor... Cerró los ojos por un par de segundos y al abrirlos, volvió a estar rodeado del hermoso pasto verde.
-¿Hola?
-¿Qué?
-Dije, ¿Por qué cambiaste de opinión?
-Yo... No lo sé - Rápida y bruscamente, Harry quitó la mano de la rodilla de Kate - Solo vino a mi memoria.
Harry sabía que necesitaba distraerse y dejar de pensar en Emma.
-Vamos a caminar, ¿Te gusta caminar? Yo amo caminar.
Kate aceptó, pero mientras caminaban se sentía desplazada. Había llegado a creer que tenía una oportunidad hasta el cambio de actitud tan brusco de Harry. Había que ser completamente sincera.
-Tengo una última pregunta, ¿Cómo te gustan las chicas?
-Eso es complicado de responder. En el aspecto de personalidad, realmente tengo bajas expectativas y simplemente espero a ver si me siento seguro con alguien.
-¿Y físicamente?
-Eso es un poco más sencillo. Me gustan las chicas de cabello largo, altas, rubias y de ojos azules...
-Oh vaya - Musitó, era obvio que Kate no encajaba en ninguno de esos requisitos - Pareciera que estás describiendo a Madi.
-Oh, no... Claro que no - Evidentemente lo hacía, de hecho, en ese momento no había lugar en su cabeza que no fuera para Madi - No, yo solo describo a una chica cualquiera.
Cayendo en cuenta y con un poco de resentimiento, a Kate se le fue toda esperanza.
-Entiendo, ustedes dos se gustan.
-Te digo que no... Espera, ¿Dijiste "Se gustan"?
-Ella se comportó de la misma manera cuando la cuestioné.
¿Eso quería decir que...? Por supuesto que sí.
-Yo no tenía idea - Aguantaba todo lo que podía la emoción que sentía.
-Está bien, no hay necesidad que lo sigan ocultando. Sinceramente, esperaba tener una oportunidad, pero no pienso competir con mi mejor amiga por un hombre. Creo que ya debería irme.
-¿Estás molesta? Digo, solo te hice perder el tiempo.
-No estoy molesta y tampoco me quistaste el tiempo, fui yo quien se los quitó. Pero no te preocupes, no hay problemas entre nosotros, de hecho deberías hablar más con Madi, según entiendo está soltera y buscando "quien la llene".
-Lo sé... Quiero decir, gracias por entender.
-Entonces hasta luego, Harry.
-Hasta luego.
Ambos se estrecharon la mano y Kate se retiró con mucha tranquilidad hasta perderse entre los frondosos arboles.
¿Cuántas cosas pasaron en ese par de horas? Harry se sentía cansado a pesar de haber pasado la mayor parte de ese rato sentado, así que decidió regresar a casa.
Mientras caminaba, iba haciendo un recuento. Había aprendido que una de las formas de hablar con Matt era recordar un evento traumático, y sin duda Emma lo era. También dijo Matt que Harry aun no se convencía que era real, y no tenia intenciones de creerlo a pesar de las contundentes evidencias; en su lógica, podía ser simplemente una alucinación o algo parecido por pasar tanto tiempo solo, que su mente lo haya creado como una forma de escape.

FielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora