Se despertó temprano, se puso un sobrio outfit, bebió leche con chocolate y salió de casa. No tenía prisa en llegar, pero quería terminar con eso de una vez por todas. Terminar con aquello que tenía inquieta a Mary.
Llamó a la puerta, que se abrió con temor y lentitud, chillando a cada segundo mientras encaraba a Harry y su tía. Ninguno dijo nada al principio, solo se miraban fríamente siendo como testigo un silencio sepulcral.
-Adelante, pasa - Articuló por fin Mary. Harry entró sin decir nada - Siéntate.
-Ya estoy aquí, ¿Qué querías contarme?
-No hay una forma sutil de decirlo...
-¡Ya dilo! Me tienes nervioso.
-Harry... Tu padre vino a buscarte - Harry quedó paralizado, mil cosas se le vinieron a la mente, ninguna buena.
-¿Mi padre?
-Llegó ayer por la tarde y... Solo le dije que ya no vivías aquí, que te habías mudado.
-¿Le dijiste dónde vivo?
-Por dios, no, no creo que se merezca ni siquiera saber algo de ti.
-Tienes razón, tantos años tuvo para buscarme, tantos años necesité de él, ¿Y me busca ahora? Fue un idiota si pensó que le haría caso - Mary se llevó las manos al rostro.
-No fue exactamente así.
-¿A qué te refieres?
-No es la primera vez que tu padre te busca.
-¿Qué? ¿Ya ha venido antes?
-No, es la primera vez que se presenta físicamente, pero ha estado dejando cartas - Harry comenzó a mirar a su tía con resentimiento.
-¿Desde cuando? - Mary ya no lo miraba a los ojos.
-Desde que cumpliste dos años, cada año.
-¿¡Ha estado buscándome desde hace veinte años!? ¡Si tu dijiste que nunca me buscó!
-Escucha, tienes que entender por qué no te lo hice saber antes.
-¡Pues explícate, porque no logro entenderlo!
-Cuando Jennifer se fue de la casa, no supe nada de ella, ni de su romance, ni de su embarazo ni de nada - Harry la observaba con los brazos cruzados y los ojos cristalinos - No fue hasta que llegó un día contigo en brazos diciendo que te cuidáramos por un momento. Imagina la sorpresa que me llevé al verla entrar con un bebé, pues cuando se fue era una joven que quería comerse el mundo. Ese día fue el último que la vi. Lo que quiero decir es que, si tu padre sabía que estabas aquí, ¿Por qué no vino de inmediato? ¿Por qué esperar dos años? Al no conocerlo, no me dio confianza responder esas cartas, no sabía nada de él, ni cómo lucía, no merecía conocerte.
-¡Eso no lo decidías tú, era yo!
-¡Eras un niño, Harry! - Mary estalló en llanto - ¡No podías siquiera comprender la situación!
-¿Por qué no me lo dijiste cuando cumplí dieciocho? ¿Todavía era un niño? ¡Si mi padre me conocía o no era decisión mía, al menos él fue el único que me vino a buscar! Mi madre solo se fue...
-¡Oh dios! - Mary se llevó de nuevo las manos al rostro y se dio media vuelta dándole la espalda a Harry.
-¿Ahora qué?
-Está bien, si voy a hacerlo, lo haré ahora, algún día se iba a enterar - Murmuró Mary - Harry, tu madre no te abandonó...
-¿Qué carajo? - Ya no podía con todas las emociones, no estaba seguro si su mente resistiría otra revelación.
-Jennifer fue victima de un asesino al que llamaron "Vigilante oscuro".
-¿Mi madre fue... asesinada? - De las palabras de Harry ya no salía ninguna expresión.
-Yo... no te lo dije porque no quería causarte dolor.
-Excelente plan, te informo que no funcionó.
-Estamos hablando de mi hermana, su muerte me dolió tanto que a veces prefería olvidar que pasó, pero siempre estabas tú para recodármelo. No podía verte sin pensar en ella... eso me destruía, pero quienes menos lo soportaron fueron mis padres.
-¿Los abuelos?
-Primero fue mi madre. Días después del fallecimiento de Jenn, mi madre tuvo un ataque al corazón, no pudo soportar tanta tristeza. Mi padre fue unos meses después, no pudo lidiar con dos pérdidas y murió igualmente, de un ataque al corazón - Harry observó una foto colgada de la pared, donde posaban sus abuelos, su madre y su tía - Yo... no hubiera soportado tampoco de no ser por William, él siempre me apoyó y juntos pudimos criarte, como si fueras nuestro hijo.
-No sé qué decir.
-Harry, yo te amo como si fueras mi hijo; sabes que jamás haría nada para lastimarte, pero también tuve que tomar decisiones, unas muy difíciles, unas que yo creí mejor para cuidarte. Siempre intentando ser la mejor madre para ti - Luego de unos segundos de silencio ensordecedor, Harry decidió irse.
-Entiendo, mira tía... Se me hace tarde para ir a trabajar y... Tengo que irme - se giró y se apresuró a la puerta.
-¡Espera!
-Por favor, ¿No he tenido suficiente ya?
-Es para ti - Mary señaló a una caja de cartón posada sobre una almohada. Tenia una tarjeta blanca encima - Como dices, es tu decisión.
-Adiós, tía - Harry abrió la puerta sosteniendo la caja.
-Lo siento, Harry - sollozaba.
-Yo también - Cerró la puerta con fuerza y caminó de regreso a casa.Mientras caminaba, se le nublaba el mundo; eran tantas cosas por asimilar que no tenia capacidad de pensar en todo, se había preparado para cualquier situación, o al menos eso creyó, nada lo podía preparar para lo que acababa de vivir.
Pensando en todo y en nada, recordó la tarjeta blanca encima de la caja, la tomó y la leyó: "Desmond Lynch - Cirujano" decía en ella, junto a un numero de teléfono.
Al llegar a casa, mandó un mensaje de texto avisando a Jeremy, Maurice y Madi que no podría asistir a trabajar, ¿Cómo podría? era el golpe más duro de su vida; no podía ni siquiera concentrase para abrir la nevera, de la cual sacó con mucho esfuerzo un envase de leche con chocolate que bebió hasta terminarlo.
Una vez en su cama, abrió la caja de cartón con suma curiosidad para terminar encontrando algo que siempre deseó ver, pero en ese momento no estaba seguro de qué emociones le producían. Eran cartas de su padre, veinte para ser exactos. ¿Debía leerlas? ¿Y si llamaba a la tarjeta? No sabía como abordar la situación, no sabía qué hacer y mientras lo pensaba, el teléfono sonó:
-¡Harry! ¿Qué pasa? ¿Estás bien? - chilló la voz de Madi.
-No, en realidad no.
-¿Dónde estas?
-En casa, no me siento bien.
-No te muevas, en seguida voy.
-No importa, no salgas de tu turno antes de tiempo.
-Harry, mi turno terminó hace cinco minutos, ¿No has visto la hora? Voy para allá.
-De acuerdo, la verdad me haría bien tu presencia.
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Fiel
Teen FictionHarry había aprendido a aceptar que el amor no era para él, hasta que Madi, la mujer que había deseado en silencio durante meses, lo elige para una cita. Lo que parecía el inicio de una historia de ensueño se desvanece cuando Madi lo traiciona, romp...