Julio

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Lo invitaron a su casa para celebrar su cumpleaños. Siendo el día cuatro, Harry pensó que matarían dos pájaros de un tiro. Los Sallow prometieron una fiesta única.

Harry volvió a las camisas elegantes, pues deseaba estar presentable. Madi lo miró llegar a lo lejos y sintió un impulso de querer comérselo a besos, no por su presencia, si no porque le recordó a cuando Harry vestía así.
El modesto jardín estaba lleno de algarabía, Kate estaba ahí, también un par de tíos y primos de Madi estaban presentes. Todos ellos salvo Kate, tenían un evidente problema de sobrepeso. Fue algo desagradable para Harry, pero no hizo ningún comentario. Cada uno llevaba una cerveza en la mano y Madi intentó persuadirlo para que se bebiera al menos una. Harry no deseaba hacerlo, pero la presión de la gente y más de la propia Madi terminaron por convencerlo; "¡Pero solo una y ya", gritaba mientras acallaba y complacía a la multitud. Cuando tuvo ganas de ir a orinar, Harry se dirigió al baño cuando accidentalmente chocó con Kate que iba saliendo de una esquina. No fue un golpe fuerte, pero fue lo suficiente como para desequilibrar a Harry y hacerlo caer. En el suelo, se dio cuenta que la navaja que estaba en la caja con cartas de su padre, se había salido de su bolsillo. Apenada, Kate se apresuró a darle una mano a Harry y levantar la najaba, se la devolvió y procedió a disculparse cientos de veces.
Tarde por la noche, cuando la mayoría había abandonado el lugar, Madi casi le arranca el abrazo tratando de llevarlo a su habitación, claramente estaba bastante alcoholizada. Harry la siguió asegurándose que no los vieran irse. Incomodo por la situación, le sugería que no lo hicieran en ese momento, pues Madi no estaba en condiciones de decidir siquiera qué prenda de ropa quitarse primero. Ella insistió subiendo la voz y lo tomó del cuello, llevándolo a la cama.

Al día siguiente, Jeremy le obsequió una rebanada de pizza por su cumpleaños, Harry la aceptó pero la regaló a Madi, quien la comió gustosa. Terminando el turno, Maurice lo interceptó con una gran caja rectangular. Harry la abrió ahí mismo. Era un teclado eléctrico, como el que Harry había querido desde hace tanto. Se fundió en un abrazo fraternal con Maurice, ante la mirada recelosa de Madi.
Se recriminó a ella misma y le pidió disculpas a Harry por no haberle regalado nada tan espectacular como lo hizo Maurice. Harry la tranquilizo diciendo que ella era el mejor regalo que pudiera recibir, agregando que se la pasó muy bien en la fiesta del día anterior. A excepción de la resaca, Madi podía decir lo mismo.

El veintisiete, Harry quiso que se quedaran en casa de Madi, invitando también a sus padres. En el jardín de su casa, Madi y sus padres esperaban ansiosos de saber por qué el misterio. Harry apareció con un traje negro muy elegante junto a su flamante teclado eléctrico. Lo colocó en su base, lo conectó y comenzó a acariciar las teclas, produciendo una melodía lenta.

"Hoy mi rostro luce radiante
¿Cómo no iba a estarlo?
Si me siento feliz de tenerte.
Quiero abrazarte igual que ayer
y sentir en mi alma tu querer.
Mi mente aun no puede asimilarlo,
pero hasta el final, contigo voy a intentarlo.
Tu sonrisa brilla más que las estrellas, 
tus ojos opacan las pinturas más bellas.
Eres tan pura y hermosa como flor de loto,
si estas conmigo, la soledad no la noto.
Eres tan pura y hermosa como flor de loto,
Apareciste y mi corazón ya no está roto.
Dichoso, mi corazón te entregaré,
pues hasta el final, contigo llegaré".

Madi se enterneció, como hace tiempo no le pasaba, soltó unas lagrimas. Detrás de Madi, hizo aparición Kate, que llevaba una caja grande con muchas rosas rodeando una flor de loto, encima descansaba un anillo precioso. Le entregó la caja a Harry y él se puso de rodillas frente a Madi, haciendo la gran pregunta. Tenía la aprobación de sus padres y Kate, pero faltaba la de Madi, que tardando unos segundos y mirando a su alrededor, aceptó conmovida.

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