LOTR (EL CORAZÓN MALDITO)

EL CASTILLO DE MORDOR

AL DÍA SIGUIENTE
ELAILA
Me levante por la mañana pero el sol no entraba en mi cuarto, cosa que me atormentaba dado que al ser un hada de la naturaleza, necesito el sol para poder vivir, si paso más de un mes sin tocar un rayo de sol me desvaneceré.
Cada día notaba mas las bajas temperaturas que hacían en este sitio.
Estaba observando por la ventana cuando un orco entró y me indicio que le siguiera.
Por primera vez, salí de mi habitación y pude comprobar la inmensidad del castillo, me llevo por un pasillo de estilo gótico antiguo hasta que finalmente llegamos a una puerta descomunal.
Y al entrar, mis ojos no podían creer lo que veían, era una biblioteca del tamaño de una mansión. Era algo que creí no ver en mi vida, me encantó verlo, pero no comprendía que hacía allí, porque me habían llevado hasta allí.
ORCO: el señor Sauron me envía para mostrarle tu nuevo lugar de estancia.
Mi cabeza no lo procesaba en ese momento, quería agradecerle, pero en cuanto fui a articular una palabra, el ya se había ido y había cerrado la puerta.
Aunque pensaba en escapar, sabía que si lo intentaba ponía en peligro a todos mis seres queridos, y al estar en desventaja de fuerza, era mejor adaptarme hasta encontrar una solución factible. Así que me puse a observar todos los libros hasta que di con uno, que hablaba de la historia de un amor imposible, así que me senté en un balcón que había en esta biblioteca y observe el resto del reino de Mordor que no pude ver entero desde mi habitación.
Era curioso como un ser tan malvado podía tener un gesto tan hermoso con alguien a quien asegura destruir por no ser como el.
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Los días iban pasando y mi rutina se resumía en ir a la biblioteca y estar en mi habitación. Así que un día decidí pedirle que me dejara al menos salir por Mordor para al menos entretenerme. El problema es que a cada día que pasaba yo estaba cada vez más débil (debido a la falta de sol)...
Entró en mi habitación, como de costumbre, para preguntarme cosas sobre mi familia y mi linaje, y en medio de esta conservación me atreví a pedírselo, pero su respuesta me resultó demasiado extraña. Me dijo de dentro de sus fronteras yo podía hacer lo que quisiese, que la puerta de mi habitación en ningún momento ha estado cerrada con llave.
Así que me decidí a ello, mañana saldría a ver Mordor de cerca, lo que él no sabía, es que quería conocerme bien este lugar para buscar posibles escapatorias