LOTR (EL CORAZÓN MALDITO)

MI ESTANCIA ALLÍ

NARRA ELAILA
Pasaban los días en Rivendell y mi vida se resumía en asistir a las clases de magia blanca de Elrond y pelear junto a Legolas. Estaba alcanzando unos dotes de lucha bastante buenos como para poder llegar a ganar en una pelea.
Mi mente estaba cada vez más clara de lo que había sucedido en Mordor, pero aun así, a mi corazón le costaba superar su falta. Siempre antes de irme a dormir, me asomaba a la ventana a ver los fuegos que salían del monte del Destino desde la lejanía, imaginándome como estaría él. En parte, queriendo estar allí, en sus brazos.
Era consciente de que mis pensamientos podrían llevarme a la orca, y de que había de superar mi amor hacia él, pero necesitaba algo de tiempo.
NARRA SAURON
Mandé traer al mago blanco Saruman, para que me la mostrara con sus artes oscuras. Necesitaba saber lo que estaba haciendo, necesitaba verla. Era difícil de llevar esa situación, sabía que estaba lejos, pero no se sentía así, sabá que ella pensaba en mí, y Saruman me lo demostró. Sacó una bola de cristal hechizada con magia negra, y me mostró el Bosque élfico de Rivendell, y allí estaba ella. Era de noche y estaba en sus aposentos, pero no dejaba de mirar al monte del Destino, no dejaba de buscarme.
Me reconfortó ver que aún no se había olvidado de mí, pero yo debía olvidarme de ella, no podía seguir añorándola porque si no no me iba a centrar en lo verdaderamente importante, el anillo, MI ANILLO. Mis ejércitos van en busca de él, pronto me lo traerán y por fin podré empezar mi conquista.
Además, el poder que obtuve de ella me estaba consumiendo. Cada vez era más fuerte, pero cada vez el lado oscuro se apoderaba más de mi. Mis ojos comenzaban a estar rojos y de mi corazón salían venas oscuras que cada vez que iban esparciendo más por mi cuerpo. Dentro de poco mi apariencia solo será un recuerdo.