EL BOSQUE ENCANTADO

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NARRA ELAILA
Al llegar al bosque nos recibió un elfo, la mano derecha de mi madre, el hada Galadriel, seguro habéis oído historias de ella, puesto que ostenta uno de los anillos de poder.
ELFO: Mi señora Elaila, estáis horrible, ¿Que os han hecho? Vuestro pelo está, diferente (expresó en un claro tono de superioridad).
ELAILA: dónde está Galadriel, prefiero dirigirme a mi madre si no es mucha molestia.

De repente, tras una luz blanca y llamativa apareció mi madre, era una mujer de belleza única con una dorada y larga melena. Mi melena nunca llegó a ser tan dorada como la suya, la mía era más blanca como la nieve.
GALADRIEL: hola Elaila, veo que no has tenido problema en traer el peligro a tu hogar. Más puedo observar que no sois todos los que partisteis de Rivendell, ¿Donde está el mago gris?
ELAILA: cayó en abismo de Moria, lo perdimos. Necesitamos descansar madre, pensé que aquí podríais darnos cobijo por una noche, pero veo que vuestro egoísmo supera a vuestra moral
GALADRIEL: hablemos a solas querida hija

GALADRIEL: veo que no pasaste la prueba a la que fuiste sometida, decidiste sucumbir a la oscuridad.
ELAILA: si tu prueba era matarme madre, me temo que has fracasado. He conseguido la protección de vuestro reino para que así no tengáis que luchar en una batalla que llevará a la muerte a casi todos los hombres de la Tierra Media, pero no iba a dejarme morir.
GALADRIEL: me temo que no eres digna de reinar, ya no perteneces a este lugar Elaila.
ELAILA: lo entiendo, en cierto modo hasta lo agradezco, no deseo pertenecer a un lugar tan egoísta y oscuro como lo es el bosque. En plena guerra donde la supervivencia de la Tierra Media entera está en juego, os alejaís y giraís la cabeza como si no fuera un conflicto que os afectase, si yo no hubiera hecho ese pacto, estarías todos en peligro rezando porque el pequeño hobbit destruya el anillo.
GALADRIEL: bastante hacemos dándoos cobijo y aseo en nuestros territorios, dejando entrar el mal, y no me refiero sólo al anillo.

Me di la vuelta para irme, no quería que me viera llorar, pero no pude evirtarlo.
ELAILA: ¡Cómo puedes hacerte llamar una reina! cuando solamente eres una cobarde que prefiere esconderse antes que pelear. ¿Por qué me hiciste eso madre? ¿Por qué me das la espalda? (expresó con muchas lágrimas cayendo de sus ojos)
GALADRIEL: no voy a repetirlo, deberías irte de descansar, tienes mal aspecto
ELAILA: eres mi única familia, me estás rompiendo el corazón.
NARRADOR
Sin decir nada más, Elaila se fue de allí, conteniendo todo lo que pudo sus sollozos para que nadie la oyera. Decidió retirarse por una noche de la comunidad, quería estar sola. Se dirigió a un lugar que solía frecuentar de pequeña, un tronco de un árbol enrome de hojas moradas a los pies de un pequeño lago.
Al cabo de unas horas, la princesa ya se había calmado, pero para su sorpresa, apareció el heredero de Isildur, Aragorn. Se quedó de pie al lado de ella, pero no giró la cabeza a verla, simplemente se limitó a mirar el lago.
ELAILA: ¿cómo has encontrado este lugar?
ARAGORN: No encontraba descanso, me puse a caminar y llegué hasta aquí. Tu hogar es verdaderamente hermoso.
ELAILA: este ya no es mi hogar me temo, pero sí es cierto que su belleza es innegable.
ARAGORN: como la tuya Laila, ¿Qué ha pasado ahí dentro?
ELAILA: (soltó una pequeña sonrisa en agradecimiento a su comentario), he sido desterrada, por sucumbir a la oscuridad, no soy bienvenida ni como reina, ni como ciudadana del bosque.
Aragorn se sentó a su lado y le dejó su hombro para que se apoyara en él mientras la rodeaba con su brazo.
ARAGORN: No estás sola, y de todas formas, habrías sido una gran reina.
ELAILA: Hantalë Aragorn, (gracias)
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Al día siguiente, las hadas del bosque les proporciaron ropa nueva y unos obsequios para el camino. Galadriel le otorgó a su hija una espada que antaño perteneció a su padre antes de morir. A frodo una pequeña luz mágica, a légolas un arco reforzado...
Las barcas del Bosque encantado llevaron a la comunidad a desembarcar justo delante de los Argonath, los antiguos reyes de Isildur y  Anárion situadas sobre ambos márgenes del río Anduin.
Elaila había visto las visiones que tuvo Frodo en el Bosque cuando su madre, Galadriel le obligó a mirar el espejo que le mostraba el pasado, el presente, y el futuro si no consigue destruir el anillo. Sabía que Frodo debía marchar, pero sin la comunidad con él, pues no lo conseguiría.

LOTR (EL CORAZÓN MALDITO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora