¿LIBERTAD?

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NARRA SAURON
Llevaba días sin pegar ojo, el anillo de poder, perdido hace más de 2000 años, había despertado, y mi poder con él. Debo prepararlo todo para mi conquista, mi ejército de orcos debe estar listo para partir a la tierra media cuando de mi orden, pero aún así, la presencia de ese hada solo me perturbaba, me distraía de mis obligaciones.
Cuando pude besarla, sentirla, tocarla, después de nuestro pacto de sangre, no he sido capaz de tocar a ninguna otra mujer, me siento en una agonía constante, me consume su presencia. El olor de su pelo, sus ojos, sus labios, la forma en la que me besó como si por un instante, sólo fuésemos dos personas enamoradas, sin importar el peso que nuestros títulos cargan.
Estaba en mi despacho tratándola de sacar de mi cabeza, cuando uno de mis orcos me pidió pasar:
ORCO: Mi señor, la criatura Gollum ha hablado, ha balbuceado dos palabras, Comarca y Bolsón.
SAURON: eso ya nos da una pista, mandaré a los jinetes muertos a por el anillo, puedes retirarte.
ORCO: si mi señor
Me dispuse a ducharme antes de acostarme, e incluso en la ducha no podía dejar de pensar en ella, ninguna de las partes de mi cuerpo podían. Así que, muy a mi pesar comprendí que su estancia en Mordor había terminado, alejada de mí dejaría de sufrir y yo dejaría de distraerme.
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A LA MAÑANA SIGUIENTE
NARRA ELAILA
Me desperté porque alguien llamó a mi puerta, era mi orco escolta, Jaimie.
JAIMIE: mi señora le tengo una buena noticia, por favor, cuando pueda sígueme, el señor Oscuro desea verla
ELAILA: no se que querrá de mí ahora, ayer me dejó bastante claras sus intenciones.
Igualmente me alisté y fui a verle. Llegamos a su despacho, estaba lleno de artilugios propios de la magia oscura, peligrosos pero efectivos. Él estaba allí, de espaldas, observando por el gran ventanal que dejaba ver las oscuras colinas del reino de mordor.
SAURON: vas a ser libre princesa, mañana al amanecer partirás a tu hogar. Ya no eres necesaria aquí.
ELAILA: ¿Qué? Pensé que dijiste que tenía un importante papel que cumplir.
(Mi corazón en ese momento estaba confundido, anhelaba salir y volver con su familia, pero también sabía que si me iba, no le volvería a ver nunca)
SAURON: al hacer el pacto de sangre contigo, cogí de tí lo que necesitaba, ya no me eres de utilidad. Pero deberías agradecérmelo, en vez de matarte, te dejo en libertad, considéralo un gesto de amistad.
ELAILA: (solté una risa amarga) tu y yo nunca vamos a ser amigos Sauron, pero está bien, te agradezco que me dejes ir. Con permiso.
Me retiré de su sala, me dirigí a la biblioteca donde me dedicaba a aprenderlo todo sobre la magia negra, no me interesaba ejercerla, pero si conocerla, nunca se sabe a qué enemigos debes enfrentarte.
POR LA NOCHE
NARRADOR
Ella estaba teniendo un sueño, al principio, hermoso.
Se imaginaba en un campo abierto, lleno de numerosas flores de distintos colores, pero no estaba sola, estaba con él. No eran ellos mismos, solo eran dos personas normales enamoradas, sin importar su posición, su poder o su destino. Solamente se reían, hablaban, se besaban y abrazaban como si nada importase, pero de un momento a otro, llegó una tormenta a ese campo, y de repente todo volvió a la normalidad, el verdadero Sauron y la verdadera Elaila estaban allí, mirándose el uno al otro. De pronto Sauron iba a decirle algo, pero el suelo se rompió dejándola caer al vacío. Se despertó de golpe.
NARRA ELAILA
Me levanté sobresaltada de mi pesadilla, era mi última noche aquí y la primera en la que había tenido pesadillas. Decidí levantarme e irme a la zona alta del castillo, para poder aclarar mi mente y ver a Mordor una última vez.
Estaba apoyada en una especie de barandilla mirando al horizonte cuando escuché una voz detrás de mí
SAURON: ¿No deberías estar durmiendo, o en tu habitación haciendo lo que sea?
ELAILA: (no me giré a mirarle, seguí mirando al horizonte mientras le respondía) tuve una pesadilla, no podía dormir
SAURON: deberías descansar, mañana te espera un largo viaje
ELAILA: (esta vez si me giré a verle) ¿Porque haces esto?, no me refiero a mí, sino a destruir esta Tierra, ¿Eres consciente de la cantidad de vidas que vas a romper?
SAURON: la eterna búsqueda de ver la bondad en mí princesa, no tengo porque darte explicaciones, pero soy el elegido, está inscrito en la profecía que debo ser yo el que lleve la paz a la Tierra Media, y eso es solo sometiendo a todos a mi Imperio.
ELAILA: no voy a disculparme por tener fe en tí. Pero si yo he visto esa bondad, tú también puedes.
SAURON: ¿Echas de menos el bosque encantado?
ELAILA: pues claro, es el hogar donde he crecido, pero estoy agradecida por haber podido conocer algo distinto, aunque haya sido en estas condiciones.
No respondió, estaba al lado mío de pie cuando me rozó la espalda con su mano en señal de caricia, pero no me miraba a los ojos, sino que estaba pendiente de su mano. Sabía el efecto que tenía en mi y quería comprobarlo otra vez.
SAURON: ¿Te casarás con ese elfo una vez hayas vuelto?
ELAILA: si mi pueblo y el suyo así lo consideran, si lo haré.
SAURON: princesa por mucho que guste decirte esto, se ve a la vista que llevas la oscuridad en tu interior, tu pelo te delata y la ferocidad de tu interior aún más. Aunque lo niegues, todos sabrán que te has entregado a mi.
Me quede perpleja, tenia razón, si yo volvía a mi hogar así, sabrían la verdad de mi estancia en Mordor.
Lentamente quito la mano de mi espalda para rozar la barandilla de su castillo.
ELAILA: entonces si ya no tengo nada que perder a estas alturas, puedo sucumbir a ti una última vez ¿no?
Me giré a verle, no sabía de donde había sacado mi osadía para dirigirle esas palabras, pero aún así lo hice. Se quedó mirándome perplejo ante las palabras que acababa de decirle.
SAURON: no debería de tocarte otra vez, ni siquiera debería estar aquí contigo
ELAILA: ¿no deberías? ¿Desde cuando tienes principios morales?
SAURON: esto no va sobre moralidad princesa, va de autocontrol, me temo que si te toco una sola vez más, no voy a ser capaz de alejarme y créeme, es lo que menos te conviene
No aguantaba más, sus palabras, sus labios, sus ojos mirándome como si pudieran ver más allá de mi, todo hizo que tomara la decisión.
Me acerqué a él y le agarré por un extremo de su camisa tirándole hacia mi (ya que era bastante más alto), le besé.
Le besé sabiendo que era la última vez que iba a poder sentir sus labios, el calor de su cuerpo y sus caricias, pero él me correspondió, el beso se tornó feroz a medida que el tiempo avanzaba...

LOTR (EL CORAZÓN MALDITO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora