RIVENDELL

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NARRA ELAILA
Decidí irme hacia Rivendell, puesto que debía avisar a mis vecinos los elfos del ataque inminente de Sauron. Y además, necesitaba aclarar mi mente, me daba miedo llegar a mi hogar y tener que admitir lo que hice estando en Mordor, y además enfrentarme a la cruda realidad, de que fui vendida por mi familia y ni siquiera tuvieron la decencia de consultármelo.
La entrada era hermosa, un pequeño puente colgante decorado con mucha flores y luces que llevaban hasta un pequeño arco flores. Allí se encontraba ds guardias custodiando la puerta.
GUARDIA 1: No puede pasar señorita, este es territorio elfo.
ELAILA: lo se, venía a hablar con Elrond, debo informarle de algo importante, soy la princesa del bosque encantado
GUARDIA 2: Las hadas que habitan en el bosque no tienen ese color de cabello, no puedes pasar.
Ví a Legolas caminar de fondo y decidí gritar su nombre a ver si me veía, y gracias a que así fue
LEGOLAS: ¿Porque no dejáis entrar a mi princesa?
GUARDIA 1: disculpe mi señor pero, ¿No ha visto su pelo?
LEGOLAS: abrid las puertas y dejarla pasar, es una orden.
Le agradecí mucho ese gesto, aunque sabría que no le haría gracia la noticia que tenía para él y su padre.
ELAILA: gracias Legolas, no sabía que hacer para convecerles.
LEGOLAS: menos mal que estás bien, he oído rumores, de que has sido secuestrada, ¿No son ciertos no?
ELAILA: me temo que si, mi familia me vendió a Sauron a cambio de protección, pero tiempo despues me dejó en libertad, ni si quiera yo tengo la respuesta del porque, pero se avecina una guerra. Por eso he venido.
LEGOLAS: sigueme
Me llevó hasta el castillo de Rivendell donde Elrond se encontraba. Pasamos por la puerta y todos los elfos se me quedaban mirando como si fuera una extraña, cuando había pasado toda mi infancia en este lugar, todo por el color de mi pelo.
ELROND: princesa Elaila, no esperábamos tu visita.
ELAILA: mi lord, he venido a informarle, Sauron ha sacado a sus ejércitos de orcos a las calles, van a destruir toda la Tierra Media, debemos hacer algo.
ELROND: podeís retiraros (el resto de la sala, incluido Legolas se fueron, dejándome a solas con él). Se ve a simple vista que has sucumbido al lado oscuro Elaila. Siento ser yo el que te diga esto, pero ahora mismo deberías estar cautiva.
ELAILA: no, usted no lo entiende, la magia negra me mantiene viva, pero no está en mi interior, yo sigo siendo la misma.
ELROND: hiciste un pacto de sangre, tus poderes en consecuencia han aumentado a unos niveles escalofriantes. Eres una bomba a punto de estallar me temo.
ELAILA: por el momento puedo controlarlo, pero debe enfocarse en lo importante, la guerra.
ELROND: el mago Gandalf dictará tu destino, por el momento, te quedarás en Rivendell, necesitas descansar y no es bueno que regreses así a tus tierras.
ELAILA; si mi lord
Unos elfos me guiaron hasta mi cuarto, lleno de luz y acogedor. No tenía nada que ver con Mordor, sin embargo, no podía dejar de pensar en mi estancia allí.
Estaba sumida en mis pensamientos cuando llamaron a mi puerta, Gandalf el gris estaba allí.
ELAILA: ¡Gandalf!, corrí a darle un fuerte abrazo, el había sido prácticamente mi mentor desde que tengo uso de razón.
GANDALF: hola pequeño hada, he venido en cuanto he podido, dime ¿Que has hecho esta vez?
ELAILA: me moría Gandalf, sin la luz del sol, me quedaban horas por eso hice un trato, y ya no tengo vuelta atrás. Me prometió que protegería a mi pueblo de la destrucción, yo hice lo que pensé que era lo mejor. ¿Estoy en el lado oscuro?
GANDALF: aun no, mi querida niña, pero te falta poco. Necesitas aprenderlo todo sobre la magia blanca, necesitas aprender a controlar tus poderes. Te quedarás en Rivendell hasta que aprendas a controlarla, entonces, podrás volver a tu hogar.
ELAILA: Gandalf yo, me enamoré de él, no se como pasó pero, no se como solucionarlo.
GANDALF: cometiste una insensatez niña, no dejes que esa insensatez te nuble el juicio.
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NARRA ELAILA
Me encontraba afuera de mis aposentos, en una pequeña terraza con vistas a todo Rivendell escribiendole una carta a mi familia, quería explicarles todo lo que me había sucedido, no quería que les pillara de sorpresa de la misma manera que les pilló a los elfos del bosque.
Puse oír como se aporximaban unos pasos ligeros hacia mí.
LEGOLAS: hola mi lady, ¿Que haces? (me dijo en un tono amable y a la vez curioso)
ELAILA: escribo una carta para mi familia, merecen saber lo que me ha sucedido y tambien que lucho por superar al lado oscuro, no quiero dejar que me consuma.
LEGOLAS: ¿Puedo enseñaros algo?
ELAILA: si, pues claro.
Le seguí entre la maleza inmensa de los bosques, había flores, árboles y hojas de todos los estilos. Se notaba por sus tonos que estábamos en época otoñal.
LEGOLAS: por fin, bienvenida, a mi sitio favorito en toda la Tierra Media
Se apartó un poco y dejó ver un paraje inimaginable para los ojos que un mortal. Había una poza de aguas cristalinas y numerosos árboles con lianas colganites sobre ellos, era un verdadero sueño.
ELAILA: vaya Legolas, este sitio es una bendición, es impresionate.
Se fue corriendo al agua dedicándome una cálida sonrisa y le seguí sin pensármelo dos veces, estuvimos un largo rato bañándonos hasta que el día oscureció y decidimos ir a dar una vuelta por el bosque.
ELAILA: ¿Crees que ganaremos esta guerra?
LEGOLAS: el futuro es algo incierto sin duda, pero al mednos sabremos que lucharemos hasta el final. Tienes un alma pura Elaila, no dejes que el te corrompa.
ELAILA: oh Legolas, sé que no soy una guerrera pero me gusaría poder ayudar en este conflicto. Enséñame a luchar, enséñame a matar orcos.
LEGOLAS: así será mi lady.

LOTR (EL CORAZÓN MALDITO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora