𝕾𝖊𝖙𝖍 𝖈𝖑𝖊𝖆𝖗𝖜𝖆𝖙𝖊𝖗

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LUNAS Y TURQUESAS
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Forks se veía diferente cuando Priya llegó, una turista encantada por la leyenda de los Cullen y la magia que envolvía aquel rincón del mundo. Seth Clearwater, con su energía vibrante y sonrisa genuina, la notó desde el primer día.

—Hola, soy Seth. ¿Te gustaría que te muestre algunos lugares? —Seth se presentó con un brillo en los ojos, la emoción por compartir su hogar palpable.

—¡Oh, hola! Claro, estaría encantada. —Priya respondió, cautivada por la amabilidad de Seth.

A lo largo de días llenos de risas y exploraciones, Seth y Priya compartieron secretos y sueños bajo el manto de los árboles milenarios de Forks. Pero mientras el sol se ponía, Seth lidiaba con una verdad que amenazaba con eclipsar su felicidad.

—¿Sabes? Siempre he sentido que hay algo mágico en este lugar. —Priya miró a su alrededor, sintiendo la conexión con la naturaleza y el misterio que la rodeaba.

—Especialmente cuando la luna está alta en el cielo. —Seth sonrió, ocultando la dualidad de su existencia.

Una noche, mientras observaban las estrellas, Seth decidió abrir su corazón, temiendo que la verdad pudiera asustar a Priya.

—Priya, hay algo que necesitas saber sobre mí. No soy completamente... normal. —Seth titubeó, buscando las palabras adecuadas.

—¿No eres normal? Seth, ¿quién lo es realmente? —Priya le dio una sonrisa tranquilizadora—. Cuéntame, confío en ti.

Seth, con una mezcla de alivio y aprensión, le reveló su naturaleza de hombre lobo. Para su sorpresa, Priya no mostró miedo ni incredulidad, sino una aceptación genuina.

—Seth, eso no cambia nada entre nosotros. Sigues siendo la misma persona maravillosa. —Priya lo abrazó, sellando su complicidad en aquel bosque lleno de secretos.

Los días se convirtieron en semanas, y la conexión entre Seth y Priya se intensificaba con cada amanecer. Sin embargo, Seth sabía que la inevitable llegada de la luna llena cambiaría las cosas.

—Priya, hay algo que deberías saber sobre mí y mis hermanos. Durante la luna llena, no estamos exactamente... en control. —Seth intentó advertirla sin romper la magia que compartían.

—Seth, confío en ti. No importa qué pase, estaremos juntos. —Priya le sonrió con una determinación que tocó el corazón de Seth.

Llegó la noche de la luna llena, y Seth, temeroso pero esperanzado, llevó a Priya a un claro en el bosque. La transformación fue inevitable, y Seth se despidió con ojos tristes antes de sumergirse en su forma lobuna.

—¡Seth! —Priya llamó, sin retroceder ante el espectáculo de fuerza y furia que tenía lugar.

La manada de lobos se movía en un baile frenético bajo la luna llena, pero la conexión entre Seth y Priya persistía. Cuando la transformación cesó, Seth volvió a ser humano, exhausto pero aliviado.

—Priya, lo siento si te asusté. —Seth la miró con ojos que revelaban su vulnerabilidad.

—No tienes por qué disculparte, Seth. Eres parte de algo increíble. —Priya lo abrazó, sin temor al hombre lobo que tenía delante.

Los días pasaron, pero la visita de Priya a Forks estaba llegando a su fin. Seth la acompañó al aeropuerto, sabiendo que la despedida sería inevitable.

—No quiero que te vayas. —Seth admitió, con la tristeza reflejada en sus ojos.

—Seth, siempre llevaré Forks en mi corazón. —Priya lo abrazó—. Y tú también estarás en él.

La frase se convirtió en el lema de su despedida, pero mientras el avión despegaba, Seth sintió que esta historia no había llegado a su fin. La magia de Forks y el amor entre Seth y Priya dejaron una puerta abierta a futuros encuentros, entre lunas y turquesas, donde el destino siempre guardaba sorpresas.

𝓞𝓷𝓮 𝓼𝓱𝓸𝓽 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora