Capítulo 27

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Chat empezó a caminar junto a Marinette sin mencionar palabra, sorprendido de que le hubiera descubierto siguiéndola.

Pese a que se había retirado temprano de la taberna por incomodidad, no tenía intenciones de dejarla sola por las calles parisinas de noche, por lo que estuvo esperando que ella saliera en un tejado cercano, cuando Alya se ofreció a llevarla hasta la cabaña se dió cuenta de que no podía acercarse sin que fuera sospechoso, después de todo sus amigos no tenían conocimiento sobre lo cercano que se había vuelto a la chica.

-No creí que me esperarías para volver- la voz de Marinette corto el silencio.

-Tenia unas cosas por hacer antes de regresar, así que al final me he cruzado contigo al llegar al bosque- menciono queriendo parecer desinteresado.

-Ya veo...- No sabía si mencionar el hecho de que lo había visto esperando en el tejado cuando Alya y Nino cerraban la taberna.

Siguieron caminando en silencio, Marinette estaba tan agotada y aturdida por el ruido de la taberna que lo único que pensaba era en llegar a su cama para poder caer rendida y no despertar hasta el medio día, mientras que Chat no sabía si debía disculparse por gritarle o decirle que había hablado con Alix. Al final cuando llegaron a la cabaña el héroe optó por lo primero para dejarla descansar, ya mañana le contaría el resto.

-Lamento haberte gritado en la taberna- menciono antes de que la chica se fuera a su habitación.

-No te preocupes, eso ya lo olvidé- sonrió para animarlo, cuanto antes aclararan las cosas más rápido podría irse a dormir.

-¿Segura?- se sorprendió por la respuesta tan a la ligera.

-Bueno, la verdad es que si me extraño un poco pero supongo que no fue por mi, sino por encontrarte a cierto chico- habló un poco más despierta por el interés.

-No creí que lo notarás, después de todo no cruzamos más que un saludo- desvío la mirada de manera culpable, cosa que la chica no paso por alto.

-Pues ese saludo basto para ponerlos de mal humor a ambos, así que no me imagino lo que debió suceder para que llegarán a ese punto- puntualizó mirandolo de manera acusatoria.

-Te equivocas, yo no hice nada- se defendió de inmediato -Que él crea otra cosa es diferente, él es el que tiene el problema conmigo, yo simplemente prefiero ignorarlo- alzó sus hombros para restarle importancia.

Sin duda eso intrigo más a la chica, despertandola casi por completo.
-¿Y se puede saber qué es lo que Luka creé que hiciste?- preguntó para salir de la duda.

-Lo siento pero no- su respuesta fue casi automática.

Sorprendida no le quedó más remedio que agregar -Entonces suponiendo que te creo y tú no hiciste nada, ¿por qué no hablas con Luka para aclarar las cosas?- alzó su ceja de manera incrédula.

-Porque prometí no hacerlo, así que te pido no comentarlo más, por favor- la seriedad en su rostro era inusual, por lo que Marinette decidió no seguir presionando.

-Esta bien, me olvidaré de eso así que no te preocupes, será mejor ir a dormir- se giró para ir a su habitación.

-Descansa, Chat Noir-

-Hasta mañana, Marinette-

*****
Al día siguiente Chat despertó temprano, y al notar que la chica aún dormía decidió preparar algo para desayunar, estaba consiente de que no era el mejor cocinero, nunca había tenido la necesidad de aprender a cocinar porque sus sirvientes preparaban todo, por lo que optó en hacer algo sencillo, cortó la fruta que estaba en la cesta, tostó algunas rebanadas de pan y bajo la miel de la repisa, comió su parte con rapidez pues tenía que hacer su patrulla por la ciudad antes de volver a la mansión a hacerse cargo de los asuntos que su padre dejó, cubrió con una fina tela el desayuno para su amiga y le dejo una nota escrita pidiéndole que lo esperara antes de ir a la taberna, quería hablar con ella sobre el turno de la noche mientras caminaran al pueblo.

Sin más salió usando su bastón.

*****

La patrulla fue tranquila, al parecer los rumores entre la corona sobre un levantamiento se habían apaciguado después de que su última pista fuera descartada y tachada como mentira, lo que sin duda lo alegraba, pues menos vigilancia significaba más libertad para él.

Durante el transcurso del día se encargo no solo de los asuntos de su padre, sino también que Nathalie lo ayudo/presiono para empezar los detalles de su boda con la señorita Bourgeois, conocía a su prometida lo suficiente para saber que el evento tendría que ser lo suficientemente pomposo para que fuera sonado en París al menos por los próximos 100 años.

No le gustaba la idea de semejante espectáculo pero era lo que se esperaba de él y sin problema lo cumpliría, habría que mandar las invitaciones cuánto antes pues ambas familias coincidieron en que no tenía caso esperar demasiado así que la boda se llevaría a cabo en dos meses, el tiempo mínimo suficiente para preparar todos los detalles.

El lugar, la ceremonia, el banquete, las invitaciones, sabía que con cada decisión que tomaba estaba planeando su futuro, pero no lo sentía como propio, la mayoría de veces acepto las propuestas de Nathalie sin dudar, ya que hacia su tarde más amena al no tener que sobre pensar en los detalles, en estas ocasiones ella era la experta.

Por la tarde cuando sus asuntos ya habían reducido Nathalie se acercó para decirle que la comida estaba lista y podía pasar al comedor, pero sabiendo que estaba solo pidió que la comida fuera llevada a su habitación, prefería comer en compañía.

Le ofreció a Plagg un plato de Camembert en lo que él guardaba el resto de la comida para llevársela a Marinette en la cabaña. Era un gesto pequeño, pero le hacía sentir más conectado a algo genuino y sencillo, algo que ansiaba profundamente en medio de las complicaciones de su vida.

Al llegar a la cabaña se sorprendió de que todo estuviera muy tranquilo y sin ruido, no creía que Marinette se fuera sin esperarlo, reviso la cocina pero para su sorpresa todo estaba justo como él lo habia dejado, extrañado decidió subir a las habitaciones para buscar a la chica, llamado su nombre para que esta vez no lo sorprendiera con un golpe.

Sin obtener respuestas abrió la puerta de la recamara principal, hace mucho que no entraba ahí, para ser más preciso desde la llegada de la chica, le llamo la atención que el cuarto estuviera lleno de color, telas, hilos bocetos, prendas a medio terminar, dibujos sueltos de lo que pareciera ser mapas, y muchos textos, tomo uno y lo leyó.

"Hace unos días volví a la tienda de antigüedades, es la tercera vez esta semana y me parece curioso que siempre que decido ir el lugar parece estar cerrado, he preguntado alrededor pero nadie sabe darme razones, he pensado seriamente en entrar por la fuerza, pero ¿si solo es una coincidencia? Claro que son demasiadas pero no puedo actuar tan a la ligera, necesito recabar más información y saber si el dueño de kin liou tiene relación con el señor Fu o alguna pista sobre la pintura"

"Kin liou, Señor Fu"

Aquellos nombres resonaron fuertemente en la memoria del chico.

-¿Chat?- la voz dela chica lo sorprendió.

-¿Princesa?- giro para encontrarse a una Marinette adormilada medio acostada en la cama, frotándose un ojo suavemente con la mano y un moño despeinado, aquella imagen lo inundó de ternura.

-¿Qué haces aquí? Debiste tocar primero para que...- un bostezo la interrumpió, causando una risilla de parte del héroe.

-Eso hice pero al parecer alguien tiene el sueño profundo- dejo el escrito justo donde lo encontro para después acercarse a la cama.

-Lo siento es que me quedé despierta más tiempo,- Desvío la mirada a los escritos.
-¿Ya amaneció?- preguntó la chica, a lo mejor su compañero quería decirle o avisarle algo antes de irse justo como hacía la mayor parte de las mañanas.

-Ay, princesa al parecer se te pegaron las sábana- no pudo evitar reírse.

Perdida en el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora