Capítulo 5

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- Vengo del futuro- su respuesta fue casi un susurro.

-¿Pero que?- Alya la miraba atónita, nunca se imagino tal respuesta.

- Como dentro de más de 200 años- mencionó la joven.

- ¡Lo sabía!- grito el héroe, dejando confundidas a todas las chicas presentes.

-¡Sabía que estabas loca!- término por completar el chico.

-¡Que no estoy loca!- se defendió Marinett.

-Espera, ¿quieres que te creamos, que en realidad vienes de otra época?- Preguntó la castaña sin poder creer que estuviera hablando enserio.

- Eh... ¿Si?- tartamudeo la peli-azul.

- Niña, viajar en el tiempo no es posible, lo mas seguro es que te golpeaste la cabeza,- dijo Alya- y este tonto pensó haber oído algo que no debió haberte mencionado- carraspeo lo último con una mirada asesina dirigida a Chat.

-¡Pero es verdad!- alzo la voz, esperando que le creyeran.

-Sin pruebas no podemos creerte- sentenció la dueña del bar.

Marinett no sabía que hacer, aquellas personas no le podían creer, y no las culpaba después de todo una historia como la suya no sería creíble sin ninguna prueba.
Pensó en donde podría encontrar alguna cosa que le ayudará a demostrar la verdad de lo sucedido, e inmediatamente  paso sus manos por todas las bolsas de sus ropas con la esperanza de poder encontrar algún objeto  que le sirviera, aún con las miradas confundidas de los presentes.

- ¡Lo tengo!- grito triunfante al haber encontrado su celular en la bolsa trasera de su Short.

- ¡Gracias a Dios! Que suerte que no lo perdí en el transcurso - se encontraba aliviada, su celular era la salvación, en este había pruebas suficientes para confirmar su historia, desde fotos de una Francia más moderna, hasta datos y archivos con fechas, además de que el aparato aún no era creado en ese entonces.
Lo desbloqueo entrando a su galería para mostrarle a los jóvenes la Francia de la que venía.

-Miren estas fotos demuestran lo que digo- les paso el aparato a ambos para que observarán mejor.

Tanto Alya como Chat se sorprendieron tan sólo con tomar el objeto, pues nunca antes habían visto algo parecido, y ni que decir de las fotografías sin duda alguna era Francia aunque muy cambiada, sin embargo, la historia de que la chica hubiese viajado en el tiempo era casi inposible de creer.

-Ese aparato es mi celular, es muy útil, sirve para comunicarse con la gente en todo el mundo, tomar fotos, navegar en Internet, pero bueno todo eso es tecnológica mucho más avanzada, después podría explicarles más a detalle todo eso- mencionó tratando de no complicar más las cosas.

-Bueno, te daré el beneficio de la duda, pero hay algo que aún no queda claro.- Hablo Alya, quien parecía algo más confiada, mientras le regresaba su celular.-¿Como llegaste aquí?-

-¿Ah?- nisiquiera Marinett lo sabía con certeza.-Pues me encontraba trabajando en la tienda de antigüedades kin Liou, hoy me tocaba limpiar lo bodega, encontré un viejo cuadro con una de las batallas de Chat Noir, tropecé con un cajón, y después de eso, bum, aparecí en medio mercado- la forma en que está se expresaba moviéndose con demasiada libertad, causaba gracia en las tres personas presentes.

-¿sobre la revolución que sabes?- pregunto, aún desconfiado el gato negro.

-Pues lo que todo buen ciudadano sabe sobre la historia de su país, el hecho de que el pueblo descontento con el reinado del Joven Luis XVI, quien junto a su esposa María Antonieta se dedicaba a despilfarrar el dinero, dando grandes fiestas sin medir sus presupuestos, la crisis económica, la extrema pobreza, los principales activistas que dirigieron al pueblo a la libertad...etc- mencionó como si estuviera recitando un párrafo de memoria.

- ¿Tu nombre completo, edad y a que te dedicas ?- interrumpió la morena, llevaban rato hablando con ella aún sin saber como se llamaba.

-Marinett Dupain Cheng, tengo 19 años, trabajo en la tienda de antigüedades Kin Liou, pero ahora no se que hacer para volver...- conforme hablaba su voz se iba apagando, se notaba que estaba preocupada.

-No te preocupes, yo podría ayudarte por un tiempo, en lo que encuentras una forma de volver a tu época, después de todo, no queremos alterar alguna línea del tiempo- La castaña cada vez le hablaba con más  confianza.

- ¿en serio?- cuestionó sin poder creerlo, al parecer le habían creído.

-Claro, eso si, tienes que encontrar la forma de conseguir dinero, ya sabes como están las cosas por aquí.- remarcó Alya.

-¡Si!, no hay problema Yo me encargo de eso, gracias de todo corazón - respondió con rapidez.

Alya empezaba a simpatizar con la chica, sin importar si lo que decía era verdad o simplemente invento de una pobre joven con demasiada imaginación, de algo estaba segura, tenía que ayudarla, después de todo, podía ser buena idea tener una mano extra tanto en el bar como en el movimiento.

-Bip, bip, bip- el anillo de Chat empezó a sonar, dando a entender que dentro de poco su transformación desaparecería.

-Con su permiso damas, este gato tiene que ir a maullar a otro callejón- se despidió de las chicas presentes, pero, no sin antes decir.

- Hasta luego, Alya te encargo a la chica, cuidala, que no se te vaya a perder- hablo con burla, para después hacer un gesto con las manos y salir corriendo del establecimiento, con una leve sonrisa.

En cambio Marinett se encontraba sacando la lengua a espaldas de este, no entendía su hábito de contar malos chistes.
Alya al notar ambos gestos, se dio cuenta que los dos eran un par de inmaduros.

-Bueno, háblame de ti- comenzó la charla.

-Pues...-

Durante todo el día Marinett se la paso hablando con la morena y la de mechas moradas sobre su vida, de sus gustos, de algunas cosas grandiosas que pasaban en el futuro, al igual de que ellas le contaban como era la vida en esa época.

Ahora sólo quedaba el hecho de revisar los lugares posibles donde la chica podría quedarse por un tiempo, en lo que resolvía su problema.



Perdida en el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora