Cuarta Parte.

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Cuando Jimin vio a Min Yoongi en la sala de su casa, sintió su estómago revolverse y con ganas.

Esto no era para nada lo que esperaba.

Esperaba un Alfa mayor, bofo y horrible. Probablemente un viejo que podría asustar con su forma de ser o algo así.

No al hombre más hermoso con el que bailó hace semanas y que le cautivó la vista y su mente por días.

—Oh, mierda —susurró Taehyung en voz tan baja que solo él lo escuchó.

Podía sentir la rabia comenzar a rodearlo y también podía oler sus feromonas salir poco a poco, tuvo que respirar hondo varias veces para evitar descubrirse en los cinco minutos que llevaba siendo Rose frente a sus padres. Sonrió un poco más cuando sus papás lo miraron ligeramente preocupados y volvió a respirar hondo antes de acercarse a ellos. Fue cuando se dio cuenta de quién estaba aparte de Yoongi.

—Buenas tardes —dijo con rectitud, haciendo una suave venia con la cabeza ligeramente gacha, sin poder mirar al rostro del Alfa frente a él—. Soy Park Chae Young, pero por favor, díganme Rose.

—Princesa, es una maravilla verla al fin —el ministro Suho se levantó y se acercó a él, agarrando su mano para besar sus nudillos con suavidad.

Fue imposible para Jimin no enarcar una ceja porque cuando él y Suho se veían en las juntas de estado, Suho solamente bajaba la cabeza y le sonreía con amabilidad. Pero bueno, tal vez era porque el Alfa se convertiría en su familiar en algunas semanas...

Si es que llegaban a eso, claro.

—Gracias, ministro. Pero creo que lo vi la semana pasada en la junta de Estado por las celebraciones de Halloween que habrán en el reino —dijo inocentemente, lo cuál no era mentira.

Rose había pasado unos minutos a la junta pero la verdad es que la Omega dejaba todo ese tipo de responsabilidades a Jimin, diciendo que ella no era la que se encargaría de tomar esas decisiones, sino que le gustaba más participar en la administración y planificación de los eventos de caridad o del reino para el pueblo. Le gustaba muchísimo todo eso, pero ¿las decisiones legales? ¿Los problemas político sociales? Mmmm, Jimin era mejor en pensar fríamente esos casos, ya que ella prefería cuidar y proteger a todos.

Por algo jamás peleó por ser la princesa heredera, siempre estuvieron de acuerdo que Jimin fuera el próximo rey del Norte, Rose quería hacer su vida lo más posiblemente alejada de la realeza y ser la futura reina no estaba en sus planes.

—Ah, claro que sí nos vimos ahí —el ministro Han sonrió con falsedad. Jimin lo odió de inmediato—. Pero, por favor, le presento a mi hermana menor, Han Hye Woo.

La Omega pequeña y preciosa se acercó a ellos, sonriendo con calidez y algo se le revolvió a Jimin en el estómago, porque Yoongi se parecía demasiado a ella, es como si fuera una versión femenina del Alfa pero más delicada y suave. Olía a canela y margaritas, era delicada y su instinto de protección natural le dijo que esta mujer debía ser protegida y cuidada. ¿De quién? Probablemente de su hermano pero él no era quién para juzgar.

Bajó su cabeza con respeto mientras hacía una venia suave, hablando en voz baja pero segura:

—Majestad, es un placer conocerla al fin. Muchas gracias por invitarnos a cenar esta noche.

—Es un placer para mí, Hye Woo-ssi. Espero le guste la cena.

Miró de reojo a sus papás, quienes lo miraban con esa sonrisa tan conocida de "sigue la corriente y después hablaremos".

—Estoy segura que será así —la mujer tomó aire con cuidado y se volteó hacia su hijo—. Majestad, le presento a mi hijo menor, Min Yoongi.

Yoongi se acercó a ellos con la cabeza en alto y los brazos hacia atrás, viéndose más alto de lo que era. Jimin pudo sentir ese cosquilleo extraño rodearlo desde la nuca hasta su coronilla y quiso reír histérico. Pero solo sonrió con calma cuando ambos se miraron a los ojos, aunque el otro Alfa desvió la mirada a los dos segundos.

Royals II. A Tale of two princes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora