Durante toda su vida, Jimin jamás pensó que le incomodaría la presencia de su hermana tan cerca a él, y como que le destrozó un poco sin entender bien por qué.
La euforia inicial de volver a verla a salvo fue solo momentánea, cuando se separó de ella para volver a ver a su esposo y lo encontró pálido y confundido, algo dentro suyo tembló.
Jamás pensó que la presencia de su hermana se volvería incómoda en algún momento de su vida, pero es que tampoco pensó en cómo sería su relación con Yoongi y Rose como cuñados, ni siquiera se le pasó por la mente si Yoongi se sentiría incómodo o le molestaría ver a Rose por la mentira que él plantó.
Técnicamente pasó un mes fingiendo ser su hermana gemela y cortejando a Yoongi, era obvio que iba a tener un impacto físico en Yoongi ver a los gemelos en el mismo sitio. Yoongi se tensó un momento antes que Jimin le rodeara la cintura con el brazo y lo jalara hacia él, pero se relajó cuando Jimin no hizo más que observar a su familia saludando a Rose desde lejos.
—Lo siento —susurró—, no pensé en que podrías llegar a sentir cuando vieras a mi hermana.
Yoongi negó ligeramente con la cabeza.
—Llevo preparándome unos días, solo... no pensé que fuera tan pronto, creo.
—Si prefieres alejarte unos momentos más, podemos entrar por la puerta secundaria del palacio.
Yoongi lo pensó unos momentos pero negó con la cabeza.
—Mejor seguirlos —dijo, alzando la barbilla para señalar que todos estaban entrando al palacio, aún hablando al mismo tiempo y abrazándose. Jimin frunció la nariz pero siguió a su familia, sin alejarse de Yoongi y manteniendo una segura distancia de los demás.
La casa de la familia real en las montañas estaba a sus buenas cinco horas de Seúl, estaba en un pueblito pequeño pero seguro, donde normalmente vivían los ex reyes del Sur para ayudar a la salud del papá de Taehyung, rodeados siempre de montañas, aire claro, un lago pequeño y que en éstas épocas parecía un paisaje sacado de un cuento de hadas navideño.
El ritual se llevaba a cabo en su mayoría en el bosque, por eso decidieron usar la casa familiar para la comodidad y seguridad de los reyes, ya que era un momento muy vulnerable e íntimo para el matrimonio. Solo la familia y amigos muy cercanos podían estar cerca de ellos mientras esperaban a que terminara el ritual.
La casa era grande, obviamente, y era acogedora para los reyes en su vida diaria pero en estos momentos, estaba a rebosar de gente. Con solo la familia de Jungkook dentro, cualquier lugar se sentía cargado de una energía familiar y querida alrededor. Pero también estaban Hobi y Jackson, bromeando con Taehyung y dramatizando un poco su viaje a Corea a través de la tormenta de nieve de los últimos días; Jungkook estaba con Namjoon en la cocina, junto a su mamá y hermanas, los ex reyes del sur hablaban con los papás de Jungkook y Lisa, quien estaba sentada como niña regañada en el sillón. Cuando Rose y los reyes del Norte entraron, todos alzaron su voz y se movieron hacia la sala, llevando el caos a otro nivel.
Había voces en todos lados, risas, uno que otro regaño y muchos abrazos. Yoongi estaba un poco abrumado por tanta actividad al mismo tiempo, pero era extrañamente agradable.
—Esto es un caos —dijo en un susurro a Jimin, quién se rió y besó la sien de su esposo.
—Te acostumbras a él —le contestó sin alejar sus labios de él.
— ¡Chim! —gritaron a lo lejos. Jimin alcanzó a separarse un poco antes de que Hobi llegara a aplastarlo en un abrazo fuerte—. ¡Diosa, Jimin, me tienes que contar muchas cosas!
ESTÁS LEYENDO
Royals II. A Tale of two princes.
RomantikSEGUNDA PARTE DE ROYALS. La ventaja de tener un gemelo, es que podían ayudarse e intercambiar para favorecer al otro. Eso habían pactado los hermanos Park conforme fueron creciendo y conociendo el mundo de la realeza. Y eso fue justo lo que Park Ji...