Sexta Parte.

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Durante las siguiente semanas, Yoongi descubrió que la princesa Rosé era... encantadora.

Y no sabía cómo sentirse con eso.

—Déjame ver si entendía bien —Namjoon dijo con calma, inclinándose hacia adelante con los antebrazos sobre la mesa y viéndolo confundido—, ¿estás conflictuado porque te cae bien tu prometida?

—Aún no es mi prometida —masculló. El Omega rodó los ojos.

—Déjate de formalidades, te vas a casar con ella en unas semanas. Ya es tu prometida.

Yoongi se reacomodó en su silla, algo incómodo y tenso por la situación.

Llevaba viviendo en el palacio real casi tres semanas y estaba a semanas de anunciar su compromiso oficial. La vida en el palacio era completamente diferente a lo que él había creído y, aunque jamás se lo dijera a sus amigos, le estaba gustando.

Al principio fue complicado, por supuesto. De hecho, casi rechaza a invitación de la Omega después de darles la noticia a los reyes, a su mamá y su tío; los reyes y su mamá estaban de hecho complacidos de escuchar la idea, la reina Chaen Li ya estaba pensando en qué parte del castillo podía ser perfecto para él, donde tuviera su privacidad pero al mismo tiempo se sintiera integrado en la dinámica de la familia real. Pero la reacción de su tío casi lo hace desistir.

No gritó, no alzó la voz, ni siquiera habló nada en esos momentos, solo sonrió encantador y dijo que era una idea muy agradable. Nada más.

Cuando se despidieron y llegaron a la casa de su mamá, donde su tío estaba viviendo desde hace meses, esa compostura se rompió.

—No es ideal. Demasiado peligroso. Encuentra la manera de negarte sin herir los sentimientos de la familia real —había dicho su tío sin ningún tono específico de voz excepto molestia.

— ¿Qué? ¿Por qué? Suena bien, puedo conocerla más, tener un poco más de relación más allá de un simple compromiso y-

—Y que tengan más oportunidad para descubrir que eres un Omega y no un Alfa, ¿no?

Fue imposible para Yoongi sentirme mal por la forma en que su tío escupió la palabra Omega, como si repudiara tener un sobrino Omega.

—Estará bien, creo —había dicho Yoongi un poco inseguro.

— ¿Y si no?

Yoongi negó con la cabeza, quitándose esas dudas con rapidez. Lo importante era conocer a su futura prometida antes de ser esposos por conveniencia.

—Estaré bien —repitió más seguro.

Su tío negó con la cabeza.

—No, no podemos arriesgarnos a que se enteren que eres Omega antes de la boda. Es muy peligroso.

—Ah, ¿y de quién es la culpa? —fue imposible para Yoongi callarse la acusación, mordiéndose la lengua para evitar decir cosas que no debería, pero el Alfa lo estaba sacando de sus casillas con el tono condescendiente con que le estaba hablando y estaba harto.

Desde que fue la dichosa cena con los reyes estuvo encima de él recordándole toda la historia para que se casara con Rosé fingiendo ser un Alfa: cómo debían comportarse los Alfas, cómo era sentirse un Alfa, conseguir más feromonas de Alfa para que Rose creyera notarlas en él, y esconder sus Celos y necesidades de Omega.

Yoongi solo se reía despectivo. Era más que evidente que su tío no tenía ninguna idea de cómo era ser Omega, más un Omega masculino, en la sociedad en general.

Royals II. A Tale of two princes.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora