Capitulo 4

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Tenemos un pequeño comedor, es para seis personas, y aunque antes solo nos sentábamos nosotros cuatro, la familia ha estado creciendo poco a poco, Jayden utiliza la silla que se encuentra a lado de Aura, Ethan siempre se ha sentado en la orilla y yo me terminó sentando a lado de Amber, los lugares parecen estar predeterminados desde hace mucho tiempo, por lo que la familia me ha visto raro cuando me siento en la otra orilla de la mesa.

Deseo estar lo más alejada posible de Amber y hacerle entender que lo que está haciendo no está bien. Lazos de sangre como los nuestros son más fuertes que una simple relación romántica y un estatus.

Aura trae los platos a la mesa y me mira fijamente, luego desvía la mirada hacia Amber.

Agacho la cabeza mientras como mi cereal, tratando de evitar una discusión.

—¿Qué está pasando entre ustedes dos? —pregunta Aura mientras toma asiento.

Amber me mira, pero no pronuncia ni una sola palabra. El ambiente se vuelve tenso, especialmente porque Ethan nos ha dejado solas.

A veces, Ethan viaja al mundo humano. Como soldado del rey, tiene responsabilidades que incluyen verificar que todo esté en orden en el mundo mortal. Ethan tiene la opción de mantener su tamaño real y no tomar los polvillos que lo reducirían, así que tiene un apartamento allí donde se queda cuando le asignan ciertas misiones.

Los días que Ethan nos deja solas, la situación se vuelve caótica. Aunque Aura es quien intenta mantener el control, tiene dificultades para lidiar con Amber.

—¿Hola? —insiste Aura, buscando respuestas.

Amber rodea sus ojos.

—No pueden estar peleadas todo el tiempo. Si no hablan del problema, nunca llegarán a un acuerdo —afirma Aura.

Muevo la cuchara en círculos, creando pequeñas ondas en la leche. No tengo apetito, pero sé que debo comer algo antes de ir a entrenar.

—Olive me ha avergonzado —dice Amber.

—¡Eso no es cierto! —exclamó, dejando claro mi irritación.

Me levanto de la mesa y me apoyo con las manos sobre la madera. Amber me mira desde abajo, pero aparta la mirada rápidamente mientras le explica a Aura.

—Ayer, durante el almuerzo, Olive faltó el respeto al príncipe Caleb —dice Amber en tono sereno.

—¿Es verdad? —Aura se voltea hacia mí.

—No, no lo es. Ellos comenzaron, congelaron mi comida y la redujeron a cenizas —respondo.

Aura se cruza de brazos y luego se toma unos segundos para procesar mis palabras.

—¿Entonces es cierto? —vuelve a preguntarme.

Recuerdo cómo mi mano se llenó de cenizas y polvo, luego mi fruta se congeló de un segundo a otro. Recuerdo como Caleb se acerca con su dominante ego y me toca, ese tacto frío que caracteriza a un hada, asqueroso parece una pesadilla, hubiera deseado que fuera eso, simplemente un miedo de mi inconsciente.

Aura cruza los brazos y toma unos segundos para procesar mis palabras.

—En parte es cierto —le respondo avergonzada—. Pero fue porque ellos iniciaron todo con su grupo.

—Olive —se lleva una mano al rostro—, te he dicho que no te metas con el príncipe. Mientras menos caso le hagas, menos les importarás —comenta Aura, mientras prueba un bocado de su cereal.

Suspiro y me siento en mi silla, arrepentida de haberme dejado llevar por la ira. En el fondo, sé que Aura tiene razón, pero me resulta difícil ignorar la injusticia y la forma en que nos tratan. Aunque Caleb y su grupo son los más poderosos y populares de todos, no deberían tener derecho a hacer lo que quieran.

Sangre Humana (El Legado de las Hadas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora