Sangre Humana (El Legado de las Hadas)

Capítulo 13

La profesora Silvana Verde nos espera en medio del bosque pero no a las afueras ni tampoco cerca del bosque infinito, la clase pasado nos había dicho que esta sería una clase emocionante y que esperaba con ansias pero no nos había dicho de que se trataba, aunque tenía que ver con animales ya que su asignatura consistía en defensa con animales.

    —Bien ¿Quién falta? —preguntó la profesora levantando la vista sobre todos.

    Volteo a mi alrededor, Ash está a mi derecha, es una lástima que Jack no esté en esta clase con nosotras aunque agradezco por no estar sola, ya que en la otra esquina se encuentra Aria con Maisy que sorprendentemente no están junto con Hunter y Caleb.

    —Estamos todos, profesora —responde Aidan con un aburrimiento en su voz.

    —En ese caso es hora de empezar —la profesora Silva y comienzan a llegar dos conejos, luego tres más.

    Doy un paso a mi costado para dar paso a otros dos conejos más. Son tan bonitos, pocas veces he estado cerca de uno de ellos aunque son inofensivos, solo la guardia del rey o incluso las hadas más poderosas y adineradas de Celestia cuentan con un animal como este.

    —Les presento a saltarín, nieves, pelusa, tambor —comenzó a señalar a los siete conejos que estaban diestras de la profesora—. Flash, pompón y finalmente luna.

    Ash era la única hada de tierra entre nosotros, al igual que la profesora Silvana, debían de ser las únicas que tenían más interacción con los conejos, pero una vez había escuchado que la familia de Aidan tenía dos de ellos, y no era de sorprenderse ya que sus padres eran unas hadas muy poderosas en Celestia.

    —Hoy les tengo preparado un desafío. He dejado tres banderas florales en el bosque, una azul que es la del primer lugar, el segundo lugar es el color verde y el tercer lugar es el rojo, el desafío no solo consiste en regresar con las banderas, si no que montarán a sus compañeros de búsqueda —señaló a los conejos—. Están bien entrenados y ustedes ya han tenido clases sobre cómo montarlos así que no espero que existan problemas ¿Alguna duda?

    —¿Qué ganaremos? —preguntó Aria.

    La profesora Silvana se detuvo por un momento, como si recordara algo que se le había escapado.

    —Tienen razón, es justo que sepan la recompensa. El equipo que obtenga la bandera azul tendrá la oportunidad de tener una visita guiada por el Bosque Infinito, bajo supervisión, por supuesto. Por otro lado, el equipo que logre obtener la bandera verde tendrá la oportunidad de tener un pase especial para una lección personalizada con un animal de su elección, mientras que el tercer equipo tendrá un pase similar, pero con animales de un nivel intermedio. Así que, elijan sabiamente y trabajen en equipo, ¿alguna otra pregunta?

    El entusiasmo se desbordaba en el grupo, y las miradas se cruzaban entre los compañeros de equipo. Era una oportunidad única y emocionante para todos, y la competencia se palpaba en el aire. Cada equipo comenzó a discutir y a prepararse para la emocionante tarea que les esperaba en el Bosque Infinito.

    —¿Quiénes formarán el equipo? —pregunté, mirando a mi alrededor, intentando descifrar cuáles serían las combinaciones más estratégicas.

    Las conversaciones se intensificaron entre los alumnos, mientras algunos se agrupaban con compañeros cercanos, otros exploraban nuevas alianzas. La incertidumbre y la emoción llenaban el aire, pues todos anhelaban obtener la recompensa que la profesora Silvana había ofrecido. Y sobre todo quería obtener el primer lugar para tener una visita al bosque infinito.

    —Yo, deben de saber a colaborar con los que no se llevan —respondió la profesora y a su vez todos comenzaron a suplicar que no fuera así pero no les hizo caso a ninguno. Sacó una lista y comenzó a nombrar—. Maisy y Hunter son el primer equipo, vayan preparando a sus conejos con sus monturas. Aiden, príncipe Caleb y Ash son el segundo equipo, las mismas instrucciones. Y finalmente Olive y Aria. Ahora todos alístense y vayan planeando su estrategia, las banderas no se encuentran más lejos del río que nos rodea, para que lo tengan en claro.