Choi Soobin siempre ha sido la clase de persona que se enamora de la idea del amor.
Quiere vivir un romance con una chispa inigualable y ha rechazado a muchas personas para conseguirlo, ahora a sus 29 años empieza a creer que, tal vez, esperar a su...
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|Cap 27: EL DIOS QUE PERDIÓ SU JUGUETE.|
Choi JongHo.
Él me atesoraba como su joya más preciada, me daba alimento cuando mi hambre surcaba y sangre cuando no podía controlar mi sed. Era mi todo y él lo sabía, pero no me importó, lo dejé jugar a ser mi Dios hasta que la fé no me fue suficiente.
Binie y Yeonjun se pusieron a mis costados mientras me daban el control remoto para intercalar las secuencias en la televisión. Habían conectado las cámaras para poder revisarlas y ahora Yeon sostenía un cuaderno, mientras yo iba presionando cada una de las tomas y decía en voz alta cuando una cara de los invitados me parecía conocida.
La noche de mi ataque no pude prestar mucha atención a cada uno de los rostros con detalle, pero creo que la gran mayoría eran bastante singulares como para estar seguro en cuanto los volvía a ver.
No sabía porque cada que detenía la imagen y señalaba a alguno, la familia entera soltaba maldiciones en voz baja. Lo suficiente como para no ser escuchados por los demás, pero creo que no estaban conscientes de que yo sí podía escucharlos. A excepción de Bin quien despotricaba a diestra y siniestra sin importarle quien pudiera oírlo.
Una de las imágenes me hizo detenerme por un buen rato, no estaba seguro de que ese chico estuviera esa noche, pero algo en sus ojos me hacía creer que sí, JiEun se puso algo tensa cuando yo lo señalé, más aún cuando HyungSeo me mostro una imagen de perfil del muchacho y por fin pude ubicarlo.
— Se llama Lee Taeyong — Fue lo último que dijo Euni antes de irse a su habitación sin mirar atrás.
— Deberías ir con ella — Propuso Bin débilmente a HyungSeo, haciendo que esta asintiera de inmediato, antes de ir en su búsqueda.
— ¿Hice algo malo? — pregunté cohibido por la forma en la que el ambiente se tensó.
— Tu no, pero ese chico, si — respondió Yeon mientras pasaba uno de sus brazos por mis hombros para que siguiéramos buscando en más fotografías.
Esa noche cuando todos habíamos terminado la cena, los jefes de la casa nos mandaron a dormir. Me quede a lavar los platos junto con Beomgyu mientras Hueningkai y Taehyun se encargaban de limpiar la mesa y ordenar un poco la sala.
— Ho, ¿Puedes venir un segundo? — preguntó Hueningkai apenas asomando un poco de su cuerpo por la puerta de la cocina.
— Yo terminare esto, ve — me animo Beomgyu con una sonrisa cálida, así que le tome la palabra mientras me encaminaba al patio trasero.
La noche era fresca, últimamente mi cuerpo estaba pasando un periodo muy nuevo para mí. Requería tener un suéter encima si no quería tener frio todo el tiempo.
