Choi Soobin siempre ha sido la clase de persona que se enamora de la idea del amor.
Quiere vivir un romance con una chispa inigualable y ha rechazado a muchas personas para conseguirlo, ahora a sus 29 años empieza a creer que, tal vez, esperar a su...
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Cap. 13| LA GRAVEDAD DE ENAMORARSE.
Choi Beomgyu.
Era nuevo para mí sentir todo esto.
Nunca antes me había parecido que mi corazón iba a explotar solo porque alguien tomará mi mano o sus labios tocarán los míos.
La sensación en mi pecho era cálida cuando Hyung decía mi nombre de forma alegre al verme llegar, me daba energía para seguir viniendo.
Con el paso del tiempo empezamos a tener más que solo contacto físico, después de una sesión de besos nos acurrucábamos en el sillón de su estudio y me preguntaba por las cosas que hacía o que me importaban, escribía algunas veces canciones pequeñas en las que narraba mis recuerdos felices o simplemente escuchaba mi día a día en la universidad.
Le gustaba mi voz, me lo repetía todos los días mientras me sujetaba para juntar nuestras narices en algo que me dijo era un beso esquimal.
El primer día fue lo más difícil, al llegar a casa no podía ver a mi hermano a los ojos. Nunca les mentía sobre nada porque nos prometimos siempre contarnos la verdad sin importar que se tratara.
Así que me encerré en mi habitación pensando cómo iba a contarle a Seo que me había vuelto loco por el olor de nuestro nuevo hermano, cuando de pronto la puerta se abrió y ella entró para avisarme que la cena estaba lista.
Yo seguía hecho una bolita entre mis sábanas, tomándolas como si eso me ayudara a encerrarme del mundo, ella se acercó a sobar uno de mis brazos poco a poco, para ver si todo estaba bien.
¿Cómo le digo que no? Seo me consolaba de algo que ella no tenía conciencia. Pero la realidad me golpeaba fría y certera.
Había traicionado la confianza de Yeonjun Hyung apenas había puesto un pie fuera de casa.
Las lágrimas que salían de mi rostro fueron limpiadas con cuidado y un susurro me reconfortaba diciéndome que todo estaría bien.
— Hice algo malo Seo — Sollocé, porque no podía mentirle a mi familia — Creo que es lo peor que he hecho en toda mi vida — alcance a trémular despacio percatándome que mi voz apenas se escuchaba, ella lo notó, pero no pareció importarle.
— ¿Quieres contarme? — preguntó con algo de temor. Esperando que fuera yo quien diera el primer paso. Pero solo cerré mis ojos, porque la respuesta era "no". Debía contarle, pero no quería hacerlo.
— ¿Te pone en riesgo físico? — Indagó algo sería. Yo negué — ¿Alguien te obliga a algo? — Volví a negar.
— Entonces respetaré tu privacidad, no tienes que decírmelo si sientes que es muy difícil... pero si necesitas algo o quieres hablarlo luego ¿Sabes que siempre estoy aquí para ti, verdad? — Concluyó de forma maternal, haciendo que me levantara a abrazarla, entonces pude volver a ver sus ojos sin sentirme tan mal.
