Choi Soobin siempre ha sido la clase de persona que se enamora de la idea del amor.
Quiere vivir un romance con una chispa inigualable y ha rechazado a muchas personas para conseguirlo, ahora a sus 29 años empieza a creer que, tal vez, esperar a su...
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"Creo que los sucesos aterradores son los más difíciles de erradicar, al fin y al cabo, son los que por naturaleza recordamos mejor"
Suzanne Collins, Sinsajo.
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|Cap 28: ESCOMBROS EN BUSAN. |
Choi Beomgyu.
Crecer de la forma en la que lo hicimos no fue nada sencillo. No sé exactamente cuándo comenzó la tortura, pero una vez que lo hizo, esta no paró.
Al principio recuerdo que no era así. Mamá e incluso papá tenían fotos con nosotros en diferentes partes del país, ya fuera en parques de diversiones o algún sitio de recreación familiar. Las fotos que teníamos a lo largo de las paredes de nuestra casa eran la prueba irrefutable de que algo estaba bien durante una época.
Más aún, cuando en las imágenes Yeonjun Hyung y mi madre sonreían tan alegremente, como si el momento les gustara de verdad, incluso en algunas mi hermano aparecía abrazando a papá.
Algo sorprendente que nunca pude lograr ver, más que en esos pedazos de papel.
Si me preguntaran por algún momento donde personalmente hubiera presenciado un acercamiento tan cálido entre ellos, tendría que admitir que dicho recuerdo no existe en mi memoria.
Algo debió ir mal, pues cuando yo entré a la escuela primaria ya estaba acostumbrado a cubrir los moretones que mi padre ocasionaba en mí piel.
Profesores a lo largo de esos años se daban cuenta de nuestra condición, especialmente porque Yeonjun tenía que usar pantalones cortos para su entrenamiento con el equipo de baloncesto en la secundaria, por lo que era imposible no percatarse de las marcas en sus piernas, que era el lugar favorito de nuestro padre para arremeter en sus rabietas de cólera.
