||FIFTEEN||

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Peter's pov:

Según me escondí debajo de la mesa, intenté relajarme y evitar respirar de forma profunda. Incluso aguanté la respiración lo que pude. Era la primera vez que sentía que casi me descubrían. Estaba tan concentrado en no hacer ruido, que cuando giré la cabeza hacia la dirección de la mesa en la que se había escondido Leah, la más cercana a la mía, vi como lanzaba un pequeño chip rastreador hasta el zapato de uno de los hombres.

Me mordí el labio.

No se me habría ocurrido. Posiblemente nunca.

La observé con una sonrisa victoriosa, he de decir que creo que he escogido una muy buena compañera. Aunque no lo haya escogido yo, claro, si no el universo, el destino o lo que sea.

Cuando escuchamos un leve golpe en la puerta que nos indicó que ya habían salido, me despegué suspirando de alivio.

-No hay tiempo que perder. -dijo levantándose rápido.

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Miré el reloj. Marcaba las 20:00.

Pasaba el tiempo, y nada ocurría. Solo se movían de un lado para otro, sin pausa.

Leah se encontraba sentada en la cama de arriba, observando sus muñecas, sus lanza telarañas. Ned en la de abajo, mirando el rastreador. Yo solo iba cambiando de posiciones, a veces estaba colgado del techo, otras sentado, de forma impaciente.

Porque le demostraríamos al señor Stark que valíamos para mucho más.

Leah levantó su mirada hacia mí. Hice contacto visual con ella. Todo me parecía ir a cámara lenta, excepto sus ojos, sus ojos marrones, no se movían, simplemente estaban fijos en mí. Respiraba lentamente, como si tratase de no ponerse nerviosa. Sentía algo con ella. No sólo amistad, tampoco deseo.. sólo..una conexión. Cómo si estuviésemos unidos por un hilo. Fui a abrir la boca para hablar, pero lo pensé mejor. Estaba Ned delante, y además tampoco sabría que decir. Simplemente me pondría a tartamudear y se reiría de mí, como las otras veces que había intentado hablar con ella de forma no natural.

Ella fue la que cortó el contacto visual, simplemente mirando hacia abajo y sonriendo. De repente, todo volvió a la naturalidad, nada estaba en cámara lenta y fue como si mi alma volviese a mi cuerpo.

Yo también baje la mirada, pero para observar a Ned, que pareció no haberse percatado de nada. Seguía concentrado en el rastreador.

Horas después, estábamos cansados de esperar, estaba sentado en la silla de mi escritorio, mi amigo seguía en su misma posición y Leah estaba apoyada en el marco de la ventana, observando la ciudad nocturna. Me fijé en Ned, que se había puesto mi máscara y estaba casi dormido, por no decir completamente.

El rastreador comenzó a pitar y se levantó sobresaltado para decirnos que se habían parado. Leah se giró bruscamente y comenzó a caminar hacia el rastreador.

Yo me dejé caer del techo levemente, aunque seguía pegado por los pies, me giré a mirar la pantallita azul.

-Maryland.. -murmuré.

-Que hay allí? -preguntó la rubia ganándose mi mirada.

-No lo sé. -respondí, mirando hacia otro lado intentando pensar en algo. -La guarida del mal?

-Tienes una guarida?

-Tio, una banda dirigida por un tío con alas, si, tienen una guarida.

-Que pasote. -dijo el de rasgos asiáticos asintiendo, emocionado como si el fuese el que iba a detenerlos. Es cierto que nos estaba ayudando, pero yo creía que el querría hacer mucho más, ser como nosotros, y nosotros, queríamos ser normales. -Y cómo vas a llegar allí, si está a 500 km?

𝟱% || 𝗣𝗘𝗧𝗘𝗥 𝗣𝗔𝗥𝗞𝗘𝗥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora