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¡ATENCIÓN: ESTE CAPÍTULO NO SIGUE LA LÍNEA TEMPORAL!

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Peter's pov:

Ya estaba hecho.

El mensaje había sido enviado.

Y me dieron ganas de morderme las uñas de los nervios, hasta que oí la vibración de mi móvil.

La respuesta era «sí».

Leah iba a venir a mi casa a pasar la noche. Suena básico pero para mí no lo era, pues hacía ya meses que con todo lo que teníamos encima no habíamos podido disfrutar una tarde los dos solos, ya que mi tía estaría trabajando.

Pasaron los minutos, que se me hicieron como horas.

Cuando finalmente vi su figura en el marco de la puerta, por qué sí, tenía llaves, una sonrisa se dibujó en mi rostro. Leah siempre tenía esa capacidad de iluminar cualquier lugar con su presencia. La saludé con entusiasmo, envolviendo mis brazos alrededor de ella y dejando un beso en su mejilla.

Habíamos planeado ver una película.

Y, aunque a ambos nos gustaba Star Wars, habíamos optado por cambiar.

—Hola Lea. —murmuré mientras ella escondía su cara en mi cuello, haciéndome cosquillas.

—Hola Pet. —respondió, y su sonrisa me hizo sentir un cosquilleo en el estómago.

Nos acomodamos en el sofá, y mientras comenzaba la película, no podía evitar robarle miradas. La comedia romántica que habíamos elegido era divertida, pero lo que realmente me tenía cautivado era la forma en que Leah se reía. Su risa era contagiosa, y cada vez que soltaba un comentario ingenioso, me encontraba riendo junto a ella, disfrutando de cada momento.

A medida que la trama avanzaba, la atmósfera se volvía más relajada. La manta nos envolvía, y me di cuenta de que Leah se había acercado un poco más a mí. Su calidez era reconfortante, y en ese instante, sentí que había algo especial entre nosotros. La película se convirtió en un mero telón de fondo mientras mi atención se centraba en ella. Sus ojos brillaban con cada escena divertida, y no podía evitar sonreír al ver cómo se sumergía en la historia.

Con el paso del tiempo, noté que Leah comenzaba a mostrar signos de cansancio. Había tenido una semana larga por el instituto y yo también, así que era completamente normal.

No pude evitar sonreír al verla así; era adorable. La forma en que sus ojos se cerraban lentamente mientras intentaba mantenerse despierta era un espectáculo encantador. A medida que avanzaba la película, su cabeza fue deslizándose hacia abajo hasta encontrar un lugar cómodo en mi regazo. Comencé a acariciarle el pelo para darle aún más relajación.

Estuve reflexionando un rato mientras ella se acomodaba, ni siquiera prestaba atención a la película más. Éramos muy diferentes, pero a la vez el dúo perfecto, y no sólo hablando de nuestros poderes, que por una vez habían sido olvidados y éramos adolescentes normales. Ella me empujaba a salir de mi zona de confort, mientras que yo le ofrecía un refugio tranquilo donde podía ser ella misma.

𝟱% || 𝗣𝗘𝗧𝗘𝗥 𝗣𝗔𝗥𝗞𝗘𝗥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora