𝑨𝑴𝑵𝑬𝑺𝑰𝑨 [𝑲𝒐𝒐𝒌𝒎𝒊𝒏]

Capítulo 26

Las llamas rugen como bestias hambrientas, devorando cada rincón de la casa con voracidad insaciable. Los muros se deshacen en llanto de fuego, mientras las ventanas estallan en mil pedazos brillantes.

El humo negro se eleva en espirales, oscureciendo el cielo azulado, dejando un rastro de desolación a su paso. El crujido de la madera carbonizada y el chisporroteo de los cables eléctricos añaden una sinfonía infernal a la escena. El aire arde con un calor abrasador y el olor acre del humo llena los pulmones, celebrando la satisfacción de haber cumplido su venganza.

— Vámonos, dentro de cinco minutos vendrán los bomberos por el incendio. — avisó MinGyu sacando el seguro del vehículo en el que vinieron.

JiMin solo sonreía encantado, esbozaba una sonrisa de pura felicidad con lágrimas nublando su vista.

Deseó eso durante tantos años que ahora que al fin lo cumplió, no puede parar de llorar.

La felicidad era lo que reinaba en el interior de JiMin. Su mente y alma estaban en paz después de tantos años, años en los que luchaba con el insomnio por los recuerdos de su infancia y los constantes pensamientos suicidas que tuvo que superar cuando apenas se escapó de esa casa.

Un gran peso fue quitado de sus hombros al dejar atrás aquel cuerpo sin vida ser consumido por las llamas de esa desvencijada casa.

— JungKook ya despertó. Fui a tu habitación para avisarte y me llevé la grata sorpresa de que no estabas ahí. — MinGyu manejaba concentrado. — Revisamos las cámaras de seguridad y vimos como te escabullias de todos los guardias para poder irte en esa casa.

— Me alegra que me ayudaran con lo que pasó ahí. — JiMin miraba el paisaje verde con una pequeña sonrisa.

— Fue un honor haber ayudado con la muerte de JinYoung. — YoonGi sonrió de lado. — Aunque a decir verdad, creo que fue innecesario la electrocutación, lo apuñalaste más de veinte veces.

— Todavía respiraba cuando me alejé, por eso le dije al hombre que encendiera el interruptor.

— JiMinnie cumplió lo que dijo.

— ¿JiMinnie?

— Si, él dijo que los dos se vengarían lenta y tortuosamente de Jung. Yo lo creí imposible, pues no podía visualizarte a tí torturar tan sádicamente a alguien como si fuera que ya lo hiciste antes. — MinGyu ladeó la cabeza, soltando una risa nasal. — Park JiMin, eres una persona llena de sorpresas.

JiMin bajó su cabeza apenado, sus mejillas tiñiendose en tonos rosados haciendo que vuelva el JiMin tímido y penoso.

— Llegamos.

JiMin bajó rápidamente, el sonido de  sus zapatos golpeando fuertemente el piso interumpía el sepulcral silencio en el gran salón.

— ¿JungKook?¿Kook? — preguntó JiMin despacio apenas entró en la habitación del azabache.

JungKook se removió incómodo. El dolor en su cuerpo era intenso, las suturas le ardían pero aún así movió su cabeza hacia la conocida voz de JiMin para verlo.

— Mi amor, te vez tan hermoso así. — levantó su brazo invitando al pelirosa a que se acerque. — Siempre me gustó verte bañado en sangre. Esos labios que tienes contrastan perfectamente con la sangre en tu rostro.

JiMin se acercó esbozando una eyes smile. Tomó sus manos cuidadosamente, observó todo el cuerpo de JungKook minuiciosamente.

— ¿No te duele nada? ¿Quieres que haga algo por tí? — JiMin torció sus labios al ver las vendas en su abdomen pintadas en rojo.