Comida china para llevar

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Madre: desconocida

"Mother: unknown"

De HufflepuffMommy

Alfa-Bet-eado

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El timbre sonó y Draco escuchó los pies de Lyra correr escaleras abajo para abrir la puerta.

—¡Ella está de vuelta! ¡Ella está de vuelta! —chilló de emoción.

Draco miró desde la cocina justo a tiempo para ver a Hermione levantar a Lyra y darle un abrazo, sus bolsas yacieron tiradas en el suelo y la puerta principal estaba abierta de par en par.

—Muy bien, Lyra. Déjala entrar para que pueda cerrar la puerta y no dejar que todo el invierno entre en la casa.

Hermione dejó a Lyra en el suelo y sonrió tímidamente mientras cerraba la puerta.

—Lo siento.

Draco la despidió.

—Todo está bien. Ponte cómoda. Estoy terminando en la cocina y luego saldré enseguida.

Lyra arrastró a Hermione hacia el sofá y la única indicación de que sabía que la bruja lo escuchó fue el sutil asentimiento y la sonrisa que dirigió en su dirección.

Terminó de servir las galletas que Lyra insistió en que hicieran y cuando volvió a entrar a la sala, encontró a Lyra sentada en el suelo con media docena de paquetes envueltos a su alrededor.

—¿Qué es todo esto? —preguntó.

—¡Regalos! ¡De la señorita Hermione! —dijo Lyra emocionada—. Pero tenía que esperarte para abrirlos, ¿puedo abrirlos ahora?

Draco dejó el plato de galletas en una de las mesas laterales y se sentó junto a Hermione.

—Claro, adelante, princesa.

Lyra sonrió y rompió el envoltorio.

—No tenías que regalarle nada —dijo, acercándose a la bruja. Olía a madreselva y lavanda, una combinación de aromas que a él le gustaban recientemente.

Los ojos de Hermione estaban puestos en Lyra, con una suave sonrisa en su rostro.

—Yo quería. —Ella giró la cabeza y lo miró, un suave rubor rosado floreció en sus mejillas—. También tengo un regalo para ti. —Cogió una caja plateada con una cinta verde del suelo cerca de sus pies y se la entregó.

—Tampoco tenías que traerme nada —dijo mientras desataba el lazo. Cuando levantó la tapa de la caja, una gran sonrisa se formó en su rostro—. Me retracto; me lo quedo.

Dentro de la caja había una gran variedad de dulces de La tienda de dulces Sugarplum, con una valiosa cantidad de sus favoritos: pasteles de caldero.

—Pensé en traerte un poco de Londres.

Draco abrió uno de los pastelillos de caldero y lo mordió, disfrutando del pegajoso centro de chocolate. Cerró los ojos brevemente mientras tarareaba con aprobación.

—Te lo agradezco, de verdad. Gracias. Normalmente los dulces que mi madre envía en sus paquetes son para Lyra.

Hermione se rio entre dientes.

—Veo que te han hecho a un lado ahora que le diste una nieta.

—Bueno, ahora que te tengo para darme dulces, supongo que está bien.

Madre: desconocida *Traducción*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora