FIGHT! | Creek

XXIII

Tweek se encontraba combinando con una mochila no muy grande, pero cabían todas sus pertenencias más importantes, se dirigía al gym donde él entrenaba, a pesar de que ya era muy tarde, Kenny le había dejado una copia de las llaves del gimnasio, ya que al pequeño rubio boxeador le gustaba entrenar hasta tarde, por lo que aveces él cerraba.

Abrió y dejó sus cosas en el casillero, para después simplemente comenzar a desquitarse con aquella pera de boxear. Sus manos dolían, sí, pero quizás necesitaba remplazar su dolor mental con dolor físico.
Los nudillos de Tweek comenzaban a sangrar y sus mejillas eran cubiertas por un ligero llanto que poco a poco se hacía abundante. Él mismo se repetía "¿Qué hice yo para merecer este trato?", "¿Por qué no puedo dejar de sentirme solo?", "¿Tanto mal merezco?" el rubio no lo entendía, él siempre fue una persona más al fondo, no le hacía mal a nadie, solo se enamoró, ¿esto era el amor?

El pequeño solecito no sabía amar y al parecer jamás sabría cómo se sentiría ser amado. Una llamada hizo que dejara descansar sus adoloridas y ahora sangradas manos, era Clyde.

— ¿Tweek?- Dijo el castaño al otro lado del teléfono.

— Sí, ¿necesitas algo, Clyde?

— No, solo pasaba a saludar, ¿acaso ya no puedo saludar a uno de mis viejos amigos?- Dijo con sarcasmo.- Yo y Tolkien estábamos buscando un compañero de cuarto, no para pagar la renta o algo por el estilo, nos sentimos solos en ella residencia que le heredaron a mi morenito, pensamos en ti.

— ¿Por qué en mi?- Tweek dijo extrañado, hace mucho que no lo contactaban y ahora venían a ofrecerle vivir con ellos, era raro sin duda.

— Eres limpio, ordenado cuando te lo propones.. pero sobretodo, porqué te extrañamos y eres muy importante para nosotros.

Ambos se quedaron en un silencio, Clyde lo entendía, no era fácil aceptar ir a vivir a otro lugar de un momento a otro, por lo que le daría tiempo. Tweek lo estaba pensando bien, pero quiera o no, era su única opción, ya no tenía a donde ir, Clyde había sido ese milagro que lo ayudaría.

— Bien, pásame la dirección y llegaré ahí mañana.

— ¡Perfecto! te estaremos esperando, tweekiwinki.- Clyde dijo entusiasmado, para después despedirse y colgar.

El rubio apagó su celular y lo puso a cargar, fue a las duchas del gimnasio para relajarse un poco y limpiar aquellos rastros de sangre que quedaban entre sus finos dedos. A pesar de esta confusa situación, Tweek no podía dejar de pensar en el chico de la cafetería, si bien lo pensaba, era alguien muy apuesto; ojos verdes, cabello castaño, olor a tabaco con perfume para hombre muy abrumador, buen estilo para vestir y su voz era ronca, pero sin perder aquella suavidad y calidez. También pensó en Craig; ojos verdes con un toque marrón, cabello negro azabache lacio, olor refrescante y de perfume pero no era abrumador. Sin percatarse, tenia una sonrisa embobada.

El sonido de las llaves mientras cerraba el gimnasio y el sonido de la mañana junto con el canto de las aves era lo único que se oía en esa calle, tenía que salir temprano para dejar todo como estaba y llegar a la casa de Tolkien y Clyde. Quizás eso era lo único que se oía hasta que el sonido de un auto estacionándose alborotó a unas palomas que estaban en la banqueta.

— ¡Tweek!- Dijo Christophe bajando la ventana de su auto.

— ¿Chris? ¿Qué haces aquí?

— Es mi camino diario, ¿tú qué haces afuera de un gimnasio a las siete de la mañana?

— Nada importante, tengo que irme o llegaré tarde a mi destino.- Tweek dijo, mientras guardaba las llaves del gimnasio en su mochila.

— Te llevo, súbete, no puedo dejar que una hermosura como tú, camine solo con este frío.

Tweek lo entendía, hacía frío y mucho más para él, ya que llevaba un short deportivo negro y solo una sudadera cubriéndole el pecho. No servia de nada negarse, sabía que chris insistiría y también debía de llegar temprano o eso fue lo que le dijo Clyde. El rubio se subió al auto blanco con asientos de piel color caqui, en la radio se escuchaba "Soñé - Zoé".

— ¿¡Te gusta Zoé!?- Tweek exclamó sorprendido y emocionado.

— ¡Sí! ¿a ti también?- Chris le respondió de la misma manera, no era como que lo stalkeó y vió en su biografía "Es tan lindo como una canción de Zoé."

— ¡Claro! Sería un pecado que no te gustara Zoé.- Dijo Tweek, mientras observaba cómo el castaño subía el volumen para que ambos cantaran, esa era su canción favorita, igual que la de Craig.

Después de algunas canciones que cantaron juntos, llegaron por fin al destino de Tweek, se despidieron y finalmente el castaño se fue.

— ¿Y ese?- Dijo Clyde desde la puerta principal, algo curioso, mientras alzaba y bajaba sus cejas al compás, imitando aquel emoji de mirada pícara.

— Solo es un.. amigo, ¿aquí es donde viviré?- Tweek cambió el tema.

— Sí, ¿ya ves la razón por la que nos sentimos solos Tolkien y yo?- El castaño miraba divertido la cara de Tweek, estaba sorprendido y eso le parecía gracioso.- Pasa, te enseñaré todo.

Ambos pasaron al interior de la residencia, todo era de color Blanco, Gris, Negro, Marrón y Verde olivo, una que otra cosa que no combinaba era de Clyde, pero todo era lujoso a los ojos del rubio. Recorrieron la sala, patio y la cocina, el castaño le mostró los baños y dónde podía dejar sus cosas, por último le enseñó su habitación, era grande, con un gran ventanal que daba vista a un pequeño árbol del amor.

— Tienes un gran armario para lo que gustes, si quieres, podemos ir al mall a comprar algo para que te sientas.. como en tu hogar.- Clyde no supo si estuvo mal en decir lo ultimo, ya que una de las principales causas del porqué eligió a Tweek como compañero era para sacarlo de esa difícil situación con Kyle.

— Sí, gracias..

— Bueno, te dejo para que te instales, bienvenido a tu nueva casa, pollito.- El castaño le dedicó una sincera sonrisa, para después salir y cerrar la puerta detrás de él.

Voten o lloro (y lo vuelvo más angst).

Decidí hacer que Tweek ya no sufriera un poquito, sólo un poquito.

¿Qué prefieren? Tweek y Craig o Thomas y Craig.