Capitulo 7

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Aparco el auto en el estacionamiento de la Playa Revere. Bajamos y empezamos a caminar hacia donde se encuentran todas las personas, pero en eso mi celular vibra, lo saco de la cartera para ver de quien se trata y veo el nombre del coronel escrito en la pantalla.

—Sigan ustedes, tengo que contestar esta llamada— les digo a las chicas.

—No te demores— responde Marizza.

Las veo alejarse y desaparecer entre la gente.

—Coronel— lo saludo apenas contesto.

—Hola pequeña ¿Cómo has estado? — me habla con dulzura.

—Bien, ya me acoplé a la universidad y a la ciudad.

—Me alegra mucho escuchar eso ¿Cómo van las cosas con los hermanos O'Conner? — pregunta.

Decido contarle que ya no usare más la ropa que me mandaron en la maleta, ni que tampoco me quedare callada cuando Liam u otra persona me diga algo que no me guste. También le cuento lo que ocurrió en la cafetería y que ahora nos encontramos en la playa debido a que cada año realizan esta fiesta para dar inicio al año académico.

Me despido prometiéndole que me comportaré y vuelvo a retomar mi camino.

Luego de la universidad con las chicas fuimos al centro comercial y compramos nuestros trajes de baño. Marizza escogió un bikini tiro alto en color rojo y con un nudo en la parte delantera del sostén (1), Rebecca se decidió por un bikini de una sola pieza con el ombligo descubierto en color negro (2) y yo elegí un bikini de dos piezas con un diseño marmoleado con colores azules y toques dorados (3).

Apenas mis pies tocan la arena en los parlantes se empieza a oir la canción "Gold de Tolan Shaw" y no sé si es mera casualidad o es que el universo desea que haga una entrada triunfal, y como gozo de estos momentos no me hago de rogar, por lo que, me paro con el mentón en alto, la espalda erguida y con una sonrisa triunfal, es así como, con pasos firmes camino hacia la pista de baile.

Distingo varias miradas en mí, para no decir que todas, algunas son de asombro como sino creyeran que soy yo la persona que está de pie frente a todos, otras miradas son de envidia, en tanto las otras son de deseo puro.

Me quito el pañuelo que tengo en la cintura para que aprecien por completo mi cuerpo y empiezo a bailar con mis amigas cerca mío, moviendo nuestras caderas y jugando con nuestro cabello, provocando a todos los que se encuentran alrededor.

Puedo sentir una mirada penetrante en mi espalda, así que me giro encontrándome con la mirada de Liam, quien tiene sus pupilas completamente dilatas, haciendo desaparecer el gris de sus ojos. Me mira como un cazador a su presa, con una tranquilidad inquietante, pero en posición para atacar en cualquier momento.

Permito que mi alma se retuerza en la dulce victoria.

Sigo bailando, pero ahora le bailo a él, provocándolo con una sonrisa ladina.

Creyó que yo no vendría, que cuando nos volviéramos a ver yo agacharía la cabeza y me dejaría pisotear por él, que me ocultaría para no escuchar sus comentarios ofensivos, pero esa no es una cualidad propia de mí, así que me mire, porque es esta la única manera en la que me vera, con el mentón en alto y con una enorme sonrisa.

Un chico se me acerca por la espalda y comienza a bailar conmigo. Posa sus manos en mi cintura y me pega a su pecho, le restriego mi culo en su entrepierna y él reparte besos por todo mi cuello.

Ya ha pasado tiempo desde que me acosté con alguien y mi cuerpo me pide una dosis de sexo, por lo que agarró del brazo al chico y hago que me siga, no sin antes dedicarle una última mirada al mayor de los O'Conner quien contiene la furia en sus ojos.

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