Capitulo 11

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El día sábado lo pasé con Michael en la casa haciendo el trabajo de matemáticas avanzadas y luego de que él se fuera, hablando por videollamada con las chicas de lo que íbamos a hacer cuando estuviera en New York, también hablé con mis padres y mi hermana Aisha, y a la noche con Marizza y Rebecca hicimos una noche de películas.

Dos palabras.

Terminamos llorando.

¿Por qué?

Porque en la película el perro moría. De verdad no entiendo cuál es la necesidad de crear películas donde los animales mueren. Maten a todos los seres humanos, pero simplemente a los animales no.

Hoy es domingo y me encuentro en el centro comercial, ya que terminé de leerme la trilogía que hace un mes comencé. La lectura es mi forma de escaparme por unos instantes de este mundo cruel y perverso al que pertenezco.

Camino hacia la librería tomándome mí tiempo para observar a la gente de mí alrededor. Siempre he sido muy observadora, esa es mi manera de conocer a las personas, con una simple mirada puedo llegar a descubrir de ellos más de lo que ellos mismos pueden hacerlo en toda su vida.

Se dice que en los ojos están todas las verdades que la boca no puede decir, porque los ojos son la puerta al alma.

Veo a una mujer parada cerca de una tienda hablando por teléfono acaloradamente y puedo deducir que es su marido, y es que en su dedo anular lleva un anillo de boda y la mujer habla tan fuerte que las personas a su alrededor la pueden escuchar a la perfección.

Le pide a su marido que se encargue de cuidar a los niños por esta noche, debido a que ella debe de terminar de revisar un documento que su jefe le pidió. Cosa que es mentira, ya que el jefe es su amante, ¿Cómo lo sé? pues por los gestos que la mujer hace cuando menciona a su jefe. Se humedece los labios para luego morderse el labio inferior y cierra los ojos atrayendo a su mente algún recuerdo que tenga con él. Vuelve a abrirlos y sostiene su móvil entre su oreja y su hombro y se saca el anillo y lo guarda en su cartera de Louis Vuitton. Le dice unas palabras más a su marido y cuelga la llamada, y sigue su camino con una gran sonrisa en sus labios yendo al reencuentro de su amante.

Vaya. No creía que fuese verdad cuando decían que ir al centro comercial era ir a ver una telenovela en vivo y en directo. Esto es cool.

¿Por qué te encanta tanto el chisme?

La pregunta correcta es ¿A quién no le gusta el chisme?

Entro a la librería y tengo que mantener mi autocontrol para no brincar de alegría como una niña pequeña al ver la gran variedad de libros que hay. Siempre me ha emocionado venir a comprar libros, es maravillosa la sensación de sostener ese libro que tanto tiempo llevas esperando leer y respirar el olor a nuevo de sus páginas.

Camino deslumbrada por los pasillos con estanterías repletas de libros, pasando al lado de una torre realizada con ejemplares de Harry Potter, los cuales son los mismos que tengo en el apartamento de Brooklyn.

Hay dos mesas largas de madera de roble oscuro en uno de los rincones de la biblioteca, donde encima, colgando en el techo se haya un letrero señalando que aquel rincón es para quienes quieran leer tranquilamente mientras beben un sabroso café.

Con la ilusión brillando en mis ojos me dirijo a la zona donde se encuentran los libros juveniles y de romance.

Reviso alguno de ellos, leyendo las sinopsis que se hayan en la contratapa y también las bibliografías de los autores.

Dejo el libro que estaba leyendo en el anaquel y me dispongo a coger otro, pero me distraigo al ver a un chico de cabello negro pasar por mi lado, a quien identifico en segundos.

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