Capitulo 20

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Han pasado seis días, lo que significa que hoy a la noche iremos al Club Arcadia a seguir la pista que el señor Ávila amablemente nos entregó.

—Y bien, ¿qué haremos hoy a la noche? —consulta Esteban cuando llega trotando hasta las gradas, donde con Marizza, Rebecca, Amelia y Michael los observábamos a él y a los chicos entrenar.

—Podríamos ir a los bolos —propone Michael, poniéndose de pie y cruzando la cerca que divide el campo de un salto.

—No podemos —interviene Marizza enseguida, cerrando con un golpe seco el libro de historia del arte que estaba leyendo para un trabajo.

—¿Por qué no?

—Con las chicas saldremos.

—¿Saldremos? — inquiere Amelia confusa, dejando de jugar a las cartas conmigo y Rebecca.

—Más bien, Keira, Rebecca y yo. Tenemos que hacer algo importante— le explica la pelirroja, pidiéndole perdón con la mirada.

—¿Y qué es ese algo tan importante que tienen que hacer? — averigua Esteban, peinando con sus dedos su cabello húmedo por el sudor.

—Una orgía. Metiche— respondo, recostándome en la grada.

—¡¿Por qué nunca invitan?! —protesta como niño pequeño, cruzando los brazos sobre su pecho desnudo.

Sonrío con diversión.

—¿A dónde nunca te invitan? — llega preguntando Liam, que al igual que Esteban y Nick, que llegó junto a él, solo trae la parte de abajo de su uniforme.

Un pequeño movimiento a mi lado me hace mirar por el rabillo del ojo, pillando a Amelia con las mejillas y orejas coloradas mientras no aparta los ojos de los torsos desnudos de los chicos, en especial de Nick.

—Las chicas no nos acompañarán hoy a la noche— explica Michael apoyándose en la cerca.

—¿Por qué no? —pregunta el mayor de los O'Conner mirándome a mí.

—Tenemos cosas que hacer— respondo con simpleza — Además, tú y Nick deberian seguir guardando reposo, hace poco les dieron el alta.

—Ya estamos mejor, el médico nos dio autorización para retomar el fútbol —informa el segundo aludido.

—Vamos, chicas— Esteban cruza la valla plantándose frente a nosotras tres con sus manos unidas en forma de súplica —Cancelen el plan que tienen para hoy y vayamos a jugar a los bolos.

—Por favoooor— se le une Michael, haciendo ojitos de ternero herido.

—No— sentenciamos las tres al unisono.

Esteban suspira, resignado, mientras se deja caer en la grada junto a nosotras. Michael por su lado deja caer su cabeza de golpe sobre sus brazos, derrotado.

—Pero no se pongan así, no es el fin del mundo— comenta Amelia, tratando de aliviar la situación.

—Sí, podemos hacer algo divertido mañana —añade Rebecca con una sonrisa alentadora, buscando el contacto visual de Michael.

El rubio y el menor de los O'Conner no dicen nada, permanecen en silencio con expresiones de fracaso, mientras Nick asiente en concordancia, sus ojos mostrando una chispa de comprensión. Liam, sin embargo, no despega su mirada de mí, como si intentara leer mis pensamientos.

—En serio chicos, no es para tanto— añado para intentar cambiar las muecas de Michael y Esteban —Prometo que mañana haremos lo que ustedes quieran.

Mi propuesta hace que ambos levanten la mirada hacia mí con un toque de malicia en sus ojos.

—Está bien, solo porque ustedes lo piden— dice finalmente Esteban con una sonrisa torcida y mirando a Mike con complicidad.

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