La Locura Que Provocas [+18]

41. Carne

Antes de dormir le respondí los mensajes a Evan tras llegar a la conclusión de que no podía simplemente ignorarle y ya porque las posibilidades de tener un encuentro incómodo por el pueblo eran demasiado altas a pesar de que yo había cambiado mi ruta al instituto para no cruzármelo mientras él paseaba a Simba. También está el hecho de que solo él podía avisarme si su compañero de piso volvía, aunque estaba segura de que ese chaval estaría ya medio podrido.

Pero ¿dónde estaba su cuerpo?

Tras el mensaje en el que preguntaba por mi noche, mandó otro en el que me contaba que él había pasado la noche de Halloween haciendo maratón de Saw. No había visto las películas, pero eran demasiado famosas como para no saber de qué trataban. Yo no podría ver una película donde la gente tiene que escapar de trampas cortándose partes del cuerpo; lo más parecido que había visto a Saw o Scream era Scary movie por hacerle compañía a mi padre mientras las veía, e incluso esas películas me arruinaron varias noches.

Un par de horas después de esos mensajes había recibido otro.

Evan: ¿¿Estás bien??

Su último mensaje me hizo fruncir el ceño. ¿Acaso estaba preocupado?

Respondí como si nada; a esas alturas ya debía estar acostumbrado a la tardanza de mis respuestas.

Yo: Sí, estoy perfectamente. He tenido un día largo y no he podido responder antes. Perdona.

Yo: ¿Cómo estás tú?

Apreté los labios y respondí a los mensajes anteriores ignorando la extraña sensación que se había instado en mi pecho. ¿Alguien a parte de mis padres se preocupaba por mí? A veces dudaba hasta de que Matthew lo hiciera.

Yo: Odio con todo mi ser las películas de terror, pero parece que tuviste una buena noche.

Yo: Mi noche no fue tan interesante, leí un rato y me fui a dormir temprano.

Nada más lejos de la realidad.

Su mensaje no tardó en llegar a pesar de que mi respuesta había tardado horas.

Evan: Por Dios, Maddie, me tenías preocupado.

Evan: He visto en las noticias lo que pasó anoche.

Yo: No salí de casa, pero gracias por preocuparte.

Evan: No me las des a mí; Simba esta pesado, tiene ganas de verte.

Se me escapó una risa. Que usase al perro con la intención de hacerme chantaje emocional para quedar con él era algo rastrero y adorable.

Yo: Claro, haré como que te creo.

Evan estaba interesado en mí y sabía que era porque le parecía atractiva y agradable, él no había visto la locura. Pero a pesar de esto, se me hacía difícil concebir la idea de que alguien pudiese estar interesado en mí; de hecho aún estaba tratando de asimilar que Matthew lo estuviera, y eso que ya hasta nos habíamos acostado.