Narrador
Beep-Beep Beep-Beep Beep-Beep
Era el sonido que retumbaba en la blanca habitación, el cual se pertenecia a una máquina azul, la cual se encargaba de controlar la frecuencia cardíaca de la ojiceleste. La muchacha reposaba totalmente inconciente en una camilla, con su cabeza totalmente vendada y un tubo que bajaba por su garganta, ayudándole a respirar.
La peliblanca permanecía dentro de la habitación, sentada en una pequeña silla contigua a la cama. Entre sus manos sostenía una de la joven, acercándose a su rostro.
-Señora? Permiso. Vengo a cambiar el suero a la paciente.-Ginna levantó su mirar, encontrándose con una de las tantas enfermeras que se encargaban del cuidado de su nieta.
-Oh de acuerdo.-Haciéndose a un lado, permitió el paso a la médica y está se dedicó a cambiar el suero ya vacío, por uno lleno, ante la atenta mirada de la mayor.
-Listo... Oiga, debería ir a la cafetería y comer algo. Desde que llegó no ha ingerido nada, no sería bueno que se descomponga. -La italiana asintió, habían pasado unas cinco horas desde que habían ingresado a Marinette a la habitación.
-Quisiera, pero no me gustaría dejarla sola.
-Nosotras estaremos viniendo seguido, de todas maneras afuera aún está el chico rubio.-Dando una última mirada a Marinette, decidió obedecer a la enfermera saliendo del lugar.
En la sala de espera, el ojiverde descansaba acostado en las banquetas. Una vez habilitaron las visitas, se abstuvo de entrar. No soportaría ver a su novia en este estado tan delicado, no aguantaría el verla tan indefensa. Optó por quedarse en la sala de espera, podria haber vuelto a su casa pero no quería abandonarla, envíó un mensaje a su padre explicando la situación y este contesto afirmativamente, consultando si necesitaba algo o incluso pagar algún gasto médico, a lo cual el muchacho atinó a decir que avisaría. Si bien tuvo que inventar la pequeña excusa de que le habían avisado lo sucedido y salió rápidamente de la mansión, en busca de un taxi que lo llevará al hospital.
-Adrien... -Unos suaves toques en su hombro lo despertaron, se incorporó quedando sentado en la banqueta.
-Carajo, me quedé dormido. ¿Qué hora es?-Interrogó frotando sus manos en su rostro. Ginna miró su reloj y contestó.
-Son ya las dos de la mañana, pensé que te habías marchado a casa. -Adrien la miró al fin, negando con su cabeza.
-No podría irme, no dormiría tranquilo dejándola sola. Si tu quieres ir a descansar ve, yo... me quedaré con ella.-La mayor palmeó su hombro delicadamente.
-No te preocupes, Luka vendrá a eso de las ocho, queria venir ahora pero insistí en ese horario. Cuando llegue iré a casa, debo traer unas cosas y aprovecharé a descansar. -Al oír ese nombre, el rubio no pudo evitar sentir rabia y celos, no quería dejar a Marinette al cuidado de ese joven, pero debía comportarse y solo aceptar.
Maldito Sonic.
-De acuerdo. Cuando el llegue, también iré a casa, -Ginna sonrió.
-Estará en buenas manos, no te preocupes, el ama muchísimo a mi pequeña hadita.
Es enserio?
-Que lindo.-Atinó a decir, colocándose de pie a un lado de la mayor.
-Si, es un amor... Escucha hijo, podrás quedarte con Mari un momento? Iré a la cafetería a tratar de comer algo.
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Te amo en todos los universos. [ ShadyNoir - Adrinette Alterno ] +18
RomanceEllos regresaron a su universo, conociendo sus identidades secretas. Del odio al amor hay un solo paso. ¿Quien pensaría que detrás de ese antifaz moteado, se enconderia la chica dueña de sus suspiros? ¿Quien pensaría que detrás de esa apariencia fr...