Daddy Hyunjin ❁ HyunIn

❥. CAPÍTULO VII

—¿No has hablado con él desde el parque? —, dijo Jisung, tosiendo mientras casi se ahogaba con el jugo que estaba bebiendo. Jeongin ya les había contado su charla con Hyunjin, y ahora les había contado que ha pasado una semana, y que él y Hyunjin no han vuelto a hablar.

Jeongin frunció el ceño al ver como se atoró Jisung mientras asentía, como si eso ayudara a que se mejorara. Se volteó para mirar a Félix que ahora se reía mientras acariciaba las mejillas de Jisung. Jeongin sólo podía mover la cabeza, cuando estos dos están juntos siempre es un caos. Es difícil tener amigos que tengan una mentalidad de cinco años.

—¡Yah! ¿ha pasado una semana y no has vuelto a hablar con él? —, exclamó Jisung una vez que se calmó. —Esa no es la forma de dar segundas oportunidades, ¡deberías hacer algo! —añadió, actuando como si lo supiera todo.

—¡Oye, yo soy el que le dio una segunda oportunidad! ¿Por qué iba a ser yo el que tuviera que hacer algo? —preguntó Jeongin con incredulidad, señalándose a sí mismo. —¿No debería ser él el que al menos vaya a mí o me contacte? No soy yo quien está compensando al otro.

—Bueno, tienes razón —Félix le dijo, tomando un sorbo de su café helado. Están en el café donde trabaja Jeongin, pero su turno ha terminado así que está allí como cliente y no como trabajador.

—Ya ha pasado una semana y él es el que no se presenta, él sabe dónde trabajo, ya sabes, podría llegar aquí sin problemas —Jeongin puso los ojos en blanco, irritación en su voz mientras jugaba inconscientemente con la pajilla de su batido.

Después de ese día en que Hyunjin y él hablaron, no volvió a verlo. Ha pasado una semana, pero no sabe el paradero de Hyunjin. Ni siquiera tiene su número de contacto y no sabe dónde vive, bueno, no es que vaya a casa de Hyunjin si sabe dónde vive.

—¿No puedes ir a su empresa? —sugirio Jisung, sonriendo de oreja a oreja como si hubiera dicho la mejor sugerencia, pero haciendo pucheros cuando Jeongin le envió una mirada.

—No hay manera de que vaya allí, Han Jisung —, siseó Jeongin. —Ni siquiera quiero ir a esa parte de la ciudad donde está el edificio de la compañía, sólo voy a lucir como un campesino —suspiró, con sarcasmo visible en su voz.

—¿Un campesino? Amigo, el padre de tu hijo es literalmente uno de los más ricos aquí en Corea, ¿y te llamas a ti mismo campesino? —Félix se rio. —Vamos, dijiste que le habías perdonado y lo demostraste dándole una segunda oportunidad. Es hora de que dejes de estar amargado por lo que habías estado pensando antes, que él había elegido la riqueza por encima de ti, el mismo Hyunjin ha dicho que no era por eso, ¿verdad? —Félix se expresó con calma, Jisung asintió como un acuerdo a lo que este último había dicho.

—Sí, lo perdoné y le di una segunda oportunidad... —Jeongin fue bajando su tono antes de suspirar y poner su barbilla en la palma de su mano, con aspecto serio. —Pero incluso si es rico, no significa que yo no sea pobre. Ustedes saben que no tenemos nada que hacer el uno con el otro si no es por Jungwon. Él no tiene nada que ver conmigo, todo esto es por Jungwon.

—Ustedes dos tienen un hijo. ¿No sería mejor si tú y Hyunjin... ya sabes... estuvieran juntos de nuevo? —dijo Jisung con indecisión. Él sabe cuánto Jeongin odiaba a Hyunjin, y aunque Jeongin lo había perdonado, no es tan fácil de un día para el otro estar juntos de nuevo.

Jeongin no respondió. Se quedó callado, perdido en sus propios pensamientos.

¿Estar juntos de nuevo? ¿Y quizás ser herido por segunda vez?

—Hablando de Jungwon, ¿cuándo le dirás al niño lo de Hyunjin? El pobre niño ha estado preguntando por su papi, como si pudiera sentir que lo conocerá pronto —, añadió Félix.