❥. CAPÍTULO III

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—Hyunjin

Llevaba un traje de negocios, probablemente había salido de su empresa para poder tomar un café, un auto, que supuso que era de Hyunjin, estaba aparcado fuera. Jeongin se dio cuenta de que nada cambiaba realmente en el aspecto de este último. Parece más maduro, más intimidante, más guapo, pero eso no cambiará el hecho de que Jeongin le odia. El hecho de que Hyunjin parezca más rico y que le vaya mejor en la vida sólo hace que Jeongin le odie más.

¿Cómo puede Hyunjin verse tan bien y a salvo mientras él, está aquí, que necesita trabajar duro para vivir para sí mismo y su hijo?

—No sabía que trabajabas aquí —habló Hyunjin, mirando alrededor torpemente, era como si estuviera calculando todo lo que haría o diría. Jeongin no respondió y sólo lo miró fijamente, aclarando su garganta, componiéndose.

Debes mantener la calma, Yang Jeongin. Sólo finge que no lo conoces.

Jeongin no puede gritarle, no puede lastimarlo, golpearlo o exprimirlo porque está en el trabajo. Él es el trabajador mientras que Hyunjin es el cliente, que tiene todo el derecho de sacarlo de su trabajo actual con sólo reportarlo por haberlo atendido de una mala manera, y Jeongin no puede ser despedido, mucho menos ahora.

—¿Cuál es su orden, señor? —preguntó, tratando de calmarse, pero su última palabra terminó forzada y amarga de su boca. No debe ser afectado por la presencia del otro.

Es Hyunjin el que debe ser afectado, él me dejó. Es su pérdida, no la mía. Pensó Jeongin.

Hyunjin se ve tan tieso, que parece que se va a cagar en los pantalones o algo así cuando se volteó a mirar a Jeongin a los ojos. Este miró hacia atrás, burlándose internamente cuando Hyunjin fue el primero en desviar su mirada.

Hyunjin se aclaró la garganta, aflojando un poco de su corbata como si se ahogara, cuando en realidad no era como debería ir su orden.

—Un americano, por favor.

Hyunjin entonces le pasó su tarjeta a Jeongin quien la tomó, por un momento, sus dedos se tocan y Jeongin no se molesta, mientras que Hyunjin se apresuró a recuperar sus manos como si se hubiera pinchado o quemado. Jeongin no sabe si su presencia es demasiado para Hyunjin o si este último sólo se está burlando de él. De cualquier manera, no le importa un carajo.

—Son 3500 won, aquí está su tarjeta —dijo Jeongin educadamente mientras retenía la tarjeta, con cuidado de no tocar a Hyunjin.

No es que le importe tocar a este último, pero parece que Hyunjin morirá antes que tocarle los dedos, así que Jeongin le está haciendo un favor.

—¡Un americano! —anunció Chan, poniendo el pedido de Hyunjin en el mostrador, pero una vez que vio a Hyunjin, lo miró más tiempo, con los ojos entrecerrados como si tratara de recordar dónde había visto a este último.

—Me resulta familiar, señor —, señaló Chan, con cara seria.

Chan conoce la historia por Jisung, pero no conoce personalmente a Hyunjin, fueron Jisung, Minho y Félix, su otro mejor amigo los que estaban allí al principio y Chan vino cuando Félix lo presentó como novio y tal vez había visto una o dos fotos de Hyunjin.

Jeongin suspiró. —Hyung, vuelve a tu sitio —le dijo al mayor antes de dirigirse a Hyunjin, dándole su orden. —Aquí está su orden señor, gracias por visitar el distrito del café, regrese de nuevo —le dijo educadamente, aunque hay una parte de él que le dice que diga que no quiere a Hyunjin de vuelta en el café.

Chan se encogió de hombros, dándose la vuelta para volver a su sitio pero Jeongin levanta las cejas cuando Hyunjin todavía estaba de pie frente al mostrador (lo bueno es que no hay ningún cliente esperando ser atendido), pero Jeongin ya no quiere verlo delante de él.

Daddy Hyunjin ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora