Cenizas del Mundo Muerto (Alicia Clark)

Capitulo III: Navegando entre Sombras

Pov: Kal Agnelli

Me encontraba en la playa, con la brisa salada acariciando mi piel y el sonido lejano de las olas como un lamento constante. Mis pensamientos se perdían en la inmensidad del horizonte cuando Madison, Nick y Alicia se acercaron, sus miradas compartiendo secretos que aún no conocía. La tensión flotaba en el aire, palpable y densa, como una tormenta que se avecina en el horizonte.

La mayor tomó la palabra, su voz llevando consigo un tono serio que cortaba el suave murmullo del océano.

—Kal, hay algo que necesitas saber.— Dijo, su mirada buscando la mía para transmitir la seriedad de sus palabras.— Tenemos un lugar en un barco llamado Abigail. Víctor Strand nos ofreció un refugio y creemos que podrías ser una valiosa adición a nuestro grupo.

Mis ojos se encontraron con los suyos, tratando de descifrar si esto era un acto de piedad por haberlos salvado o una oferta genuina. Nick y Alicia permanecían en silencio.

—¿Strand?— Pregunté, mi voz revelando la desconfianza que me había acompañado desde que me sumergí en este mundo apocalíptico. Alicia intervino, su tono joven pero decidido, su mirada llena de esperanza y confianza, me llenaba de una calidez que no había sentido en mucho tiempo.

—Strand puede parecer frío, pero nos ha demostrado que tiene recursos y conocimientos para sobrevivir en este nuevo mundo. Y tú, Kal.— Mi nombre en su voz sonaba suave, casi como una caricia.

—No solo nos salvaste de aquellos caminantes, sino que también demostraste que sabes cómo lidiar con situaciones difíciles.— Nick asintió, recordando el encuentro. 

—Además, Strand necesita gente con habilidades como las tuyas. Armas y conocimientos de supervivencia. Creemos que serías un activo invaluable para el Abigail.— Madison continuó.

Mis pensamientos se agitaron, la oferta resonando en mi mente. ¿Un barco seguro en este caos interminable? La idea era tentadora, pero mi instinto de supervivencia seguía alerta.

—Está bien, pero antes de irnos a ese barco, debemos ir a mi escondite a buscar las provisiones que he acumulado.

—Yo te acompañaré.— Dijo Nick.

Asentí con agradecimiento. Nos dirigimos hacia mi escondite, una serie de emociones encontradas agitándose en el aire. La playa quedó atrás, pero el eco de las olas siguió resonando, como si el océano mismo compartiera la incertidumbre de lo que yacía en el horizonte.

.

.

.

Finalmente, los cuatro nos dirigimos hacia el Abigail, y Strand, un hombre de mirada penetrante, nos esperaba en la cubierta. Madison, con su habilidad innata para persuadir, lo presentó.

—Strand, esta es Kal. Nos salvó la vida y tiene habilidades que podrían marcar la diferencia en nuestra supervivencia.— Dijo Madison, su tono firme pero respetuoso.

Strand me miró con un ceño fruncido, evaluándome como si fuera una mercancía valiosa. 

—¿Habilidades?— Preguntó con escepticismo.

—Aquí estamos, Strand, buscando un lugar seguro en este mundo desquiciado. Kal puede ser nuestra mejor oportunidad para encontrarlo.— Intervino Nick, su tono apelando a la lógica pragmática de Strand.

El hombre del barco asintió, su mirada cambiando de escéptica a contemplativa. 

—Veremos lo que puedes aportar, Kal...— No deje que terminara y solté los dos bolsos que tenía en mi espalda y brazo. Dejando al descubierto un montón de armas y municiones.