Sueños de venganza (2)

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Este episodio contiene representaciones de violencia que podrían herir la sensibilidad de algunos lectores.

Ocho años antes

Unos golpes en la puerta resuenan, provocando una fuerte inquietud en mí. Si bien es cierto que mis padres suelen irrumpir en mi habitación sin previo aviso, hoy todo parece distinto. Especialmente porque mi madre me ha sorprendido hablando con mi diploide, aquel ser que aparece siempre que necesito de alguien. Al principio, pensé que era una mera creación de mi imaginación, pero una vez que he confirmado su existencia, sé que hay algo singular en mí.

La verdad es que no he compartido con nadie acerca de mi compañero, no solo por temor a las consecuencias, sino también porque me resulta imposible encontrar a alguien con quien hablar de ello. Todo en nuestro mundo gira en torno a las pantallas y las redes virtuales, dejándome atrás en un profundo aislamiento. Mis padres, ocupados en sus labores diarias en el distrito de operaciones, me dejan solo en casa, y es allí donde mi diploide se convierte en una valiosa compañía, capaz de alejar los días de soledad que parecen interminables. Aunque sé que esta "etiqueta" conlleva un riesgo de muerte, su presencia me brinda un consuelo que no puedo encontrar en ningún otro lugar. Una entidad que se ha convertido en mi confidente y aliado en medio de un mundo cada vez más vacío y desolado.

-Hijo, por favor ábreme la puerta. -La tensa voz de mi madre irrumpe mis pensamientos y me hace girar hacia la entrada de mi habitación. Nerviosamente, entreabro la puerta y veo su figura ataviada con el desteñido uniforme azul de su empresa. Al verme, ella empuja la puerta abriéndola por completo y se adentra en mi habitación.

-¿Con quién estabas hablando? -pregunta mientras revisa minuciosamente mi dormitorio.

-No estaba hablando con nadie, créeme. -Respondo con voz temblorosa, tratando de evitar su enojo.

Mi respuesta no es suficiente para ella, y me agarra de la camiseta, estremeciéndome:

-¡No me mientas, Vincent! ¿Quién está en tu habitación?

Nunca la he visto tan enojada, su rostro desencajado por la ira me aterra y rompo en llanto. Sin decir nada más, ella sale de la estancia rumbo al trabajo.

-Ahora sí estás en problemas. -escucho la voz de mi compañero sentado en la cama, quien parece haber estado esperando pacientemente.

-¿Tú de nuevo? No te aparezcas de repente como si te invocara. -le respondo con voz temblorosa, tratando de recuperar el control de la situación.

-Creo que deberíamos poner fin a esto y decirles que somos diploides. -sugiere mi compañero, sin inmutarse ante mi respuesta anterior.

Estas palabras me dejan petrificado ante la idea de revelar mi verdadera naturaleza.

-Vincent, aunque prácticamente seamos un solo ser, yo no puedo escuchar tus pensamientos ni poseer tu misma personalidad. Aun así, comparto tus recuerdos anteriores a convertirte en un diploide, lo que has visto, vivido y lo que has sentido. Por lo que sé que anhelas el amor de tu familia más que cualquier cosa en el mundo y estoy seguro de que ellos no son del tipo de personas que le harán daño a su único hijo al saber que este es diferente, ¿no es así? -Me dice mi compañero, con una voz tranquilizadora que ayuda a disipar mis temores.

Así, entre la confusión y el miedo, empiezo a considerar la posibilidad de que, tal vez, este tenga razón y pueda ayudarme a encontrar una manera de revelar mi verdadera identidad a mi familia.

Diploide (Volumen 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora