Diploide (Volumen 1)

Ilusiones (1)

Este episodio contiene representaciones de violencia que podrían herir la sensibilidad de algunos lectores.

     Las manos suaves que acarician el rostro de Vincent parecen ser la caricia de un ángel que desciende del cielo para otorgarle un respiro en medio del dolor. Sin embargo, al mirar a su alrededor, el joven es testigo de la destrucción que se cierne sobre el callejón. Unos veinte cuerpos yacen inertes sobre el suelo, como si fueran las víctimas de una guerra en la que no hubo ganadores. Iluminados por los relámpagos que surcan el cielo oscuro, los cadáveres parecen muñecos de paja abandonados en un campo.

     La lluvia que cae sobre la escena se mezcla con la sangre que emana del cuerpo de Vincent, formando un río carmesí que fluye por el suelo, llevándose consigo las últimas gotas de vida de aquellos que lucharon contra aquel cruel enemigo.

     Wallace aparta su vista de la devastación y enfoca su atención en la figura misteriosa que se encuentra frente a él. El velo gris que cubre su rostro es como una cortina que oculta la verdadera identidad de aquel que se presenta como un samaritano en medio de la oscuridad.

     Al intentar tocarlo, Vincent siente como la figura se aleja, dejándolo solo con su dolor.

     En medio de la soledad y rodeado por las sombras, Vincent se da cuenta de la ingenuidad de perseguir sus ideales impulsado por la sed de venganza y su sentido de "justicia". En un mundo gobernado por la ley del más fuerte. Con una mirada hacia el cielo oscuro, Vincent deja que el fuerte cansancio se apodere de su cuerpo, alejándolo del dolor y el frío de la noche, sumergiéndolo en una especie de alienación. Con una débil sonrisa, cierra los ojos y se sumerge en sus ensoñaciones, sabiendo que ahí, no perderá.

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Minutos antes

     Ante Vincent, se alza una escena indescriptible. Sabía que la guerra traería dolor y sufrimiento a las personas, pero lo que presencia ahora es la crueldad en su estado más puro. Sin dudarlo un instante, desenfunda su katana y con una voz potente clama:

     —¡Sal ahora mismo, cobarde!

     Pero el silencio es la única respuesta, sólo interrumpido por el sonido de la lluvia que golpea con fuerza el pavimento. De repente, una voz robótica hace callar momentáneamente la lluvia, atrayendo la atención del joven, hacia el lugar de donde proviene. Allí, sobre los cuerpos apilados, se encuentra un hombre con gabardina negra y sombrero de copa del mismo color, cuyo rostro está cubierto por una máscara blanca utilizada en la época de la peste bubónica. Como arma, sostiene un bastón que hace girar en su mano.

     Wallace empuña su espada con fuerza y con un salto llega hasta su adversario, lanzándole una ráfaga continua de mandobles. La velocidad y potencia de los cortes son impresionantes, pero el misterioso hombre esquiva todos los ataques con sorprendente habilidad. Incluso, logra asestar un golpe que arroja al joven dentro del macabro ring, siendo detenido por la pila de cadáveres que ahora fungen como "cuerdas" de este.

     El joven esta perplejo ante la velocidad de su misterioso adversario, quien iguala la del propio maestro. Pero sus pensamientos quedan en el olvido cuando se da cuenta de que su mano está empapada con la sangre de los soldados que ahora forman parte de la plataforma en la que luchan. Estos hombres habían dado sus vidas en vano por una causa que solo beneficia a Viktor y sus secuaces.