Legacy Of Shadows "Amor y Secretos en las Sombras" [+18]

Capitulo 10

Dante

No comprendía por qué deseaba volver a casa después de presenciar lo que Gwen había hecho. Anhelaba que ella me pidiera quedarme, pero no lo hizo.

No entendía muchas cosas, tenía muchas preguntas y solo ella podria aclararlas. Pero siempre actuaba por impulso y ella no hacía intento en detenerme o al menos hoy no lo hizo.

Y allí estaba yo, regresando al tormento de vida que llevaba.

Mi padre había planeado un viaje de negocios para el día anterior, con una duración de tres días, así que no regresaría por ahora. Disponía de tiempo para considerar mis próximas acciones o decidir a dónde ir. Subí con cautela a mi habitación y aseguré la puerta con llave.

Mi habitación estaba en desorden, mi ropa dispersa por doquier. Estaba convencida de que él había sido el responsable del caos. Tomé mi teléfono, que yacía sobre el escritorio, aparentemente el único objeto intacto.

Al encenderlo, encontré varios mensajes y llamadas de Jasper y un mensaje de Nicolás.

Nico:
Ya estoy en Florida, nos vemos en unas horas...

Cambié al chat de Jasper y vi numerosos mensajes y llamadas perdidas.

Jas:
Dante, ¿dónde estás? Papá llamó muy alterado y dijo que te habías escapado.
¿Estás bien? ¿Estás lastimada?

5 llamadas perdidas.

Por favor, responde, estoy preocupado.

10 llamadas perdidas.

DANTE, POR FAVOR, RESPONDE.

Ignoré los demás mensajes y llamadas, y decidí llamarlo. Al primer pitido respondió el teléfono.

—¿Dónde diablos estás? —preguntó apenas respondió.

—Estoy en casa.

—No, no. Dante, sal de ahí y espérame en el aeropuerto, voy por ti.

—Jas, estoy bien, él no está aquí —intenté tranquilizarlo.

—Lo sé, pero hace una hora se fue de aquí y va hacia allá —sentí un nudo en el estómago—. Debajo de mi cama está todo el efectivo que me diste. No gasté nada, tómalo y ve al aeropuerto. Si no estoy allí cuando llegues, compra un boleto a cualquier lugar lejos de aquí, prometo encontrarte después.

—Jasper...

—Ya te escuché Dante, abre la puerta —la voz de papá sonó del otro lado de la puerta.

No, esto no estaba bien. Se suponía que él no debía haber regresado aún. El centro de rehabilitación estaba a mas de dos horas de la casa.

—Tranquila —intentó calmarme Jas—, te sacaré de ahí. No abras, salta a mi habitación por el balcón. Llegaré lo más rápido que pueda.

—Apresúrate —suplicé y colgué la llamada.

—¿Con quién diablos hablas? —preguntó papá, forcejeando para abrir la puerta.

—Con nadie —miré en todas direcciones, buscando algo con qué defenderme.

No veía nada, solo una lámpara que iluminaba débilmente la mesa. Asi que la tomé. Él continuó golpeando y pateando la puerta hasta que finalmente se abrió de golpe.