Legacy Of Shadows "Amor y Secretos en las Sombras" [+18]

Capitulo 1

Dante

Desperté en un lugar completamente oscuro, mi respiración agitada como si hubiera corrido un maratón, aunque acababa de despertar allí. Oí pasos acercándose, el latido de un corazón que se hacía cada vez más fuerte.

Giré sobre mis pies, buscando una salida, un rayo de luz. Alcancé a verlo a lo lejos y corrí hacia él, sintiendo que estaba corriendo sobre agua o algo parecido, con un chapoteo en cada paso.

¿Qué estaba pasando?

¿Dónde estaba?

¿Quién o qué me seguía?

Estaba demasiado aterrada para voltear, así que me concentré en llegar a la luz.

Y lo conseguí. Logré llegar a la luz, pero lo siguiente que vi fue aterrador: todo mi cuerpo estaba cubierto de sangre.

¿Esa sangre era mía?

No, no era mía.

¿De quién era?

—Sabes lo que hiciste —oí una voz desde las sombras. Era profunda y aterradora.

—N-no he hecho nada —respondí con un hilo de voz.

—Los mataste.

¿A quiénes maté? No recordaba nada.

Una parte del lugar se iluminó, y había cadáveres por todos lados. Sentí náuseas al verlos mutilados, con la piel desgarrada como si un animal salvaje los hubiera devorado.

Yo no había hecho eso, ¿verdad?

No... no. Yo jamás lastimaría a alguien.

Una silueta emergió de las sombras, aunque no se distinguía qué era. Lo único que podía ver claramente eran esos ojos tan peculiares: café dorados.

¿Dónde había visto esos ojos antes?

A medida que avanzaba hacia mí, todo se iba oscureciendo. Algo dentro de mí se encendió y me dijo que estaba en peligro, que debía correr, pero algo me lo impedía.

—¿Quién eres? ¿Qué quieres de mí? —mi voz salió en un susurro.

—Sabes perfectamente quién soy y lo que quiero.

Otro paso al frente, estaba más cerca de mí pero aún no salía de las sombras.

Lo único en lo que podía pensar era en salir corriendo de allí, pero algo me retenía.La silueta emergió completamente de las sombras, y reveló su rostro. Era alguien que conocía, aunque no podía recordar de dónde. Sus ojos, café dorados, me miraban con una intensidad que me helaba la sangre.

—¿Quién eres? —pregunté de nuevo, mi voz apenas audible.

—Soy tu conciencia, tu juicio —respondió con una calma perturbadora—. Has cometido actos atroces, y ahora debes enfrentar las consecuencias.

Mi mente se revolvió en busca de respuestas. ¿Qué había hecho? ¿Por qué no recordaba nada? Los cadáveres a mi alrededor parecían acusarme en silencio.

—No recuerdo nada de esto —balbuceé—. ¿Qué... qué hice?

La figura se acercó aún más, y su aliento frío rozó mi piel.

—Mataste a todos ellos —dijo, señalando los cuerpos mutilados—. Sus almas claman por justicia.

Mis piernas temblaron. No podía ser cierto. Yo no era capaz de algo así.

—¡No! —grité—. No soy un monstruo.

—La oscuridad siempre encuentra su camino hacia el corazón humano —susurró—. Ahora, debes elegir: enfrentar la verdad o huir de ella.