Ha pasado una semana desde que el señor Joo recibió su cura, pero eso no evitó que su dolor volviera de forma uniforme y pronta. Casi no había visto a Dan en esos días, y la verdad es que no creía que hubiese una razón de hacerlo; había cosas más importantes en las que preocuparse. Las cosechas iban en orden y la mayoría de los plebeyos ya estaban equipados para poder soportar el invierno venidero. No había señales de aquellos bárbaros que atacaron su tierra hace meses, y las provincias cercanas no presentaban problemas. Tal vez su única queja sea la constante amenaza de su demonio, pero su mente inevitablemente sólo podía pensar en aquel hombre misterioso y de donde podría venir. Su mera existencia parecía estar fuera de lugar, desde cómo se veía físicamente hasta el cómo encajaba en el panorama del lugar. No se veía como si fuera del área, incluso si algunas de sus facciones eran parecidas a las de los plebeyos, y de ser uno de ellos sin duda estaba muy bien cuidado.
Su piel estaba limpia, sin un bronceo o cicatrices como los chicos de granja suelen tener, además de tener unas uñas limpias y bien cuidadas, por lo que era imposible que trabajara en los campos o con animales. Recordando aquella noche que pasaron juntos, sólo podía pensar en una sola cicatriz poco notoria a la altura derecha de su abdomen, muy pequeña pero bien cuidada, al punto de que ni siquiera podría haberla notado de no ser que estaba analizando hasta el mínimo detalle su cuerpo entero. Sus manos, sus pies, su pelo y su cara se veían suaves, por lo que no podrían ser de un artesano. Si ser un plebeyo, artesano, comerciante o granjero, entonces la única opción en la que podía pensar es que fuera algún noble, o el hijo de uno.
Pero "Kim Dan" no sonaba por ninguna parte, de ninguna familia noble en el área o en el país y de serlo, lo más probable es que se acordaría de haber visto su rostro en cualquier momento que hubiese puesto sus ojos en él. No, no podía ser un noble. Se le notaba en su falta de modales: No sabía cómo dirigirse a sus criados, ni siquiera a otros nobles como el propio Joo, o jurar que provenía de una ciudad llamada "Seúl". ¿Sería un sirviente de algún noble entonces? Sus pensamientos daban vueltas alrededor del rostro de ese misterioso hombre mientras tomaba un poco de té, y cómo se veía tan desesperado por devolverse a esa ciudad que ni siquiera existía en el mapa. ¿De dónde venía? ¿A quién buscaba? ¿Quién era él?
Ese hombre era un misterio que su cuerpo moría por resolver.
Dan mientras tanto estaba dando vueltas alrededor de su cama, incapaz de descansar desde hace días. En contra de todo pronóstico de la servidumbre del lugar, el doctor había sobrevivido los primeros días después del ritual, pero ahora que su supervivencia y resistencia estaba asegurada era custodiado por un guardia asignado a su cuarto que le vigilaba cada hora del día, cada minuto. No es como que escapar fuera una opción sencilla: estaba tan perdido como uno puede estarlo en un lugar en el que ni siquiera debía estar.
Para ocupar su mente, pensaba en la posesión demoniaca del noble Joo. No podía ser una posesión demoniaca, los demonios no eran reales y estaba completamente fuera de la mesa. Tenía que ver esto como el profesional de la salud que era: la respuesta estaba en el cuerpo del señor Joo. Cualquier cosa que pudiera explicar porque estaba con semejantes síntomas podría encontrar la razón médica de su padecimiento, y si encontraba la respuesta y la verdadera cura, entonces no necesitaría semejante ritual.
Debía pensar como un doctor: ¿Qué es lo que ha notado hasta ahora?
Sólo lo ha visto de cerca durante la primera noche, y la mayor parte de ésta es un recuerdo borroso en su mente. Lo siguiente que recordaba era al hombre caminando por el patio en un andar lento por algunas noches a la semana, o al menos eso recordaba cada vez que miraba por la ventana. La noche que estuvieron juntos podría recordar al hombre batallar en su caminar, y sus manos temblorosas cuando agarraba algo pequeño como la botella de aceite. Tal vez sería un diagnóstico premeditado y carecía del material médico suficiente para poder hacerle las pruebas necesarias, pero lo obvio indicaba que el noble tenía problemas con sus articulaciones. ¿Sería artritis? Quizá, pero tenía que trabajar en ello lo más pronto posible antes de que el dolor volviera al cuerpo del noble, y tras una corta meditación, sabía que es lo que iba a hacer. Miró a la puerta, donde sabía que estaría el guardia del otro lado y la tocó con suavidad esperando a que este la abriera, sonriendo amablemente cuando lo hizo.
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Amor Atemporal || Jinx (Manhwa) || TRADUCCIÓN
FanfictionHabiendo aparecido en una época a la que no pertenece, Kim Dan no está preparado para la tarea que le ha sido encomendada para evitar una muerte segura: Debe encargarse del demonio que vive dentro del joven Noble Joo Jaekyung, por más poco ortodoxo...