1
Tengo un sueño recurrente. Me encuentro a oscuras, camino sin saber a dónde voy, tratando de encontrar la salida, de pronto, el suelo debajo de mis pies cruje, se fisura y caigo al infinito; trato de moverme, pero no tengo las fuerzas, intento abrir los ojos y no puedo, no puedo...
Pero el día de hoy ha sido diferente, logré abrir los ojos y despertar al fin. El dolor de cabeza es agudo. A penas logro sentir mi cuerpo. Estoy tan sola en esta habitación clara con aroma a alcohol. Solo oigo máquinas alrededor de mí, y voces a lo lejos
"¿Dónde están todos?" pregunto entre mí. Intento mover mis manos, mis brazos, para poder sentarme, pero mi cuerpo no responde, comienzo a desesperarme, un calor se apodera de mí. Quiero respirar por mi cuenta, pero este tubo en mi garganta me lo impide. Estoy tan confundida que comienzo a llorar, aunque a penas eso puedo hacer con tantos tubos en mi cara. Dejo fluir una lágrima.
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Cinco años antes
Mi maleta ya está casi lista, abro la gaveta de mi buró y saco una cajita de alhajas, la pongo con cuidado dentro de mi maleta y la cierro. Trato de bajar la maleta de la cama, y la arrastro hasta la puerta de mi habitación, tomo mis gafas de sol y las pongo sobre mi cabeza como una guirnalda.
—¡Tara, ha llegado Ethan!—
Bajo las escaleras corriendo al oír lo que mi madre acaba de anunciar.
Salto a los brazos de Ethan y nos saludamos con un beso.-Por fin llegaste-
—Aquí estoy.— me toma de las manos, da un paso hacia atrás y me mira de arriba a abajo. —Te ves tan hermosa-
Le sonrío y entrelazo sus dedos a los míos
-Tú también te ves genial, muy... veraniego, como todo un turista más bien-
Mi novio sonríe. Mamá y papá van llevando las maletas al automóvil.
—¿Puedes ayudarme con mi maleta?
Tomo a Ethan de la mano y lo subo hasta la puerta de mi habitación. Mi hermano menor, Sam, va bajando su maleta por las escaleras, con sus auriculares puestos, sin notar o tal vez, agarrando al propósito al revés su maleta.
-Hola Sam
-hola- contesta él sin siquiera mirarnos
Mi hermano está en proceso... creo. Está en plena adolescencia y, va de extremos infantiles, a sorprenderme a veces con sus comentarios tan maduros.
Ethan toma la maleta y la baja con cuidado para no golpearla sin compasión como lo ha hecho mi hermano.
-¿tienes todo lo que necesitas para el viaje?—
-Creo que sí. Llevo bloqueador solar, ropa de paseo, bikini, pijama, y un suéter, por si refresca-
-Me refiero, a tus documentos, celular, dinero...
-Ah, ah, sí, tengo todas mis cosas. Gracias por preocuparte, eres una ternurita.—
Nos detenemos a mitad de la escalera, subo un escalón más para alcanzar su estatura y nos damos un beso, es como un sueño dulce, pongo mi mano en su cuello y nos besamos una vez más
-Eh! ¡Tortolitos!, papá ya encendió el auto- mamá lleva un gran sombrero de alas sobre la cabeza
Bajamos rápidamente las escaleras, ignorando a Sam, de pie en medio del recibidor
-Serán muchos helados a cambio de mi silencio- le susurra mi hermano a Ethan cuando ya salgo de la puerta.
Nos metemos al auto, mamá revisa que todo esté bien cerrado, también se mete al auto y comenzamos el viaje.
Sam se concentra en el videojuego en su teléfono. Yo empiezo a repartir unas galletas. Papá y mamá se concentran en su propia conversación
-¿dónde pusiste el mapa? - mamá abre la guantera, mira bajo sus pies, y debajo de su cartera, entre los dos asientos delanteros...
-Tiene que estar en alguna parte, tracé la ruta y lo puse en la guantera-
-Pero no está
-Fíjate en la de abajo, tal vez la puse ahí-
-Mira que lindos arboles- me dice Ethan, abriendo un poco la ventana
-¡Me encantan! Sería genial hacer un bonsay de ellos.
-Es cierto. O de estos otros, mira, florecen muy bonito.
-¿Qué árbol es ese?
-No recuerdo su nombre, pero crece en zonas muy secas. Es hueco por dentro y almacena el agua dentro
-Qué interesante-
Me impresiona tanto la manera en que Ethan explica las cosas, siempre tiene una respuesta para todo.
————
La tarde va cayendo. Pronto llegaremos al hotel en el que nos hospedaremos. Aprovecho el silencio y la tranquilidad y me recuesto al pecho de Ethan. Él estira el brazo detrás de si, toma una manta y me cubre con ella. Me acurruco aún más sobre él; me acaricia el cabello y me da un tierno beso en la frente.
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Caminando a tu Lado|Andrea Gallas
Teen FictionTara Evans tendrá que luchar con todas sus fuerzas tras despertar de un coma de 5 años. ¿recuperará el amor de Ethan?¿Volverá su vida a ser feliz?... "Un día despiertas sin poder mover un sólo músculo, la desesperación te embarga. De una vida activa...