Día de chicas

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Miro hacia afuera desde la ventana de la cocina. Afuera llueve torrencialmente, caen rayos y truena fuertemente. Laura ha quedado con mamá y conmigo a pasar un “día de chicas” hoy. Noto su auto negro estacionarse frente a casa, apaga las luces, abre la puerta y sale corriendo con su bolso sobre la cabeza hasta el umbral de la casa. Mamá le abre la puerta

–Uy, te has mojado mi niña–

–No es nada. Pero cómo se ha puesto a llover de pronto–

–Según el pronóstico meteorológico, hoy haría buen tiempo– digo acercándome a ellas.

Laura se seca el cabello con la toalla que le ha dado mi madre.

–Yo ya no me fijo en el pronóstico– se burla

–Prepararé café, así charlamos en lo que mejora el tiempo–

Me acerco a la cafetera

–Tranquila, yo me encargo má– digo.

Pongo la jarra de cristal sobre mis piernas y me acerco al dispensador de agua, la lleno y vuelvo a colocar sobre la cafetera. Desenrosco la tapa, le pongo dos cucharadas grandes de café y enciendo la máquina. Huele muy bien.

Mamá ha traído las barajas de UNO y las ha repartido sobre la mesa. Laura estira una silla hacia atrás a su lado para hacerme un espacio.

–A ver si recuerdo cómo iba esto– digo tomando mis cartas

–No creo que hayas olvidado cómo ganar– dice mamá sonriéndome

–Eso. Estuve en coma, no perdí la memoria, solo el tiempo– río

Laura ha comenzado el juego echándole un +2 a mi mamá, esta se queja, toma su castigo y me hecha un +4, contenta, tomo mis 4 cartas… el café huele bien y está listo. Mamá se levanta y lo trae en tazas.

Entre juego y café nos hemos puesto a charlar. Laura está bastante pensativa y sonriente. Como es día de chicas, no faltaba la típica conversación sobre “chicos”. Mamá nos ha contado sobre su primer “novio” en la secundaria

–No me lo van a creer, pero era el más nerd del salón, y, así rarito y todo a mí me gustaba, era delgado, alto y usaba anteojos–

–¿Y por qué terminaron? – pregunta Laura.

Mamá ríe

–Es que él nunca supo que me gustaba, era más que nada mi amor platónico, solo yo lo sabía–

Laura y yo nos ponemos a reír

–Háblale de amor platónico a esta… acosadora– menciona Laura señalándome

–¿Acosadora? Te recuerdo que fuiste cómplice– miro a mi madre –mamá, Laura no me cree que Ethan fue mi prometido–

–No, yo no dije eso– se defiende riendo a carcajadas –Solo no podía creerlo, que es diferente, por cierto, ¿te ha invitado ya a cenar como te dijo?–

–Sí, el viernes–

————

Estamos en mi habitación. Laura ha traído tintura para cabello, mamá se ha sentado a mis pies mientras le pongo la pintura mecha por mecha. Laura se pinta las uñas de un rosa oscuro

–Lau, pon música para animar el ambiente– le pido.

Laura saca el celular de su bolsillo y pone una canción de Camila Cabello. Callamos y disfrutamos la canción

Caminando a tu Lado|Andrea GallasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora