Capítulo 33

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Aegon y Aemond no sabían que pensar cuando su padre mando a ensillar caballos para ellos y les dijo que se prepararán.

Aemond: Padre se ha vuelto loco si piensa que saldremos de aquí y renunciaremos a todo sin pelear.

Aegon: Tu estás loco si piensas que podemos hacerles frente cuando solo tenemos dos dragones y ninguno tiene experiencia en batalla a diferencia de todos ellos que son jinetes curtidos en batalla.

Aemond: Tengo el dragón más grande y tu eres un buen jinete - Insistió el menor - Solo debemos eliminar a Daemon y el resto se rendirán sin pelear.

Aegon: Crees que es buena idea asesinar al padre que les queda después de que nuestra madre asesinará a sus verdaderos padres - El mayor estaba sorprendido y preocupado por la poca inteligencia que su hermano estaba demostrando con este conflicto - Se supone que yo soy el idiota imprudente entre nosotros dos, pero incluso yo sé que si lastimamos a Daemon harán que el reino arda hasta las cenizas y colgarán nuestras cabezas en las lanzas de sus estandartes.

Aemond: Vamos a perderlo todo solo porque nuestro padre teme mostrar su autoridad como rey.

Aegon: No te has dado cuenta de que no puede hacer nada si el reino entero se ha alzado en armas porque el se negó a cumplir su deber.

Aemond: El no iba a condenar a su esposa.

Aegon: Fue un juicio justo donde se presentaron pruebas de los crímenes, pero el rey se negó a dar un castigo solo por sus sentimientos como hombre - El primogénito no podía creer que su hermano fuera tan necio - Los Velaryon nunca han sido compasivos o fáciles de apaciguar y eso debió recordarlo nuestro padre cuando se negó a hacer justicia por los crímenes que nuestra madre cometió en su contra.

Aemond: Ellos no tenían derecho a atacar a nuestra madre.

Aegon: Te das cuenta de que muchos consideran a nuestro padre un usurpador por haber tomado el trono para si mismo cuando ya existía una heredera con la capacidad para gobernar.

Aemond: Ella nunca peleó por el trono y seguramente estaban tratando de alejar a los Velaryon del poder de nuestra casa.

Aegon: Tu estás enamorado del legítimo heredero de la casa Velaryon y deseabas ser su consorte y convertirte en uno de ellos.

Aemond: Antes pensaba que Lucerys me amaba y tendríamos una oportunidad, pero el nunca me quiso y se comprometió con dos hombres poco después de rechazarme.

Aegon: Tu le hiciste mucho daño.

Aemond: El debió haber sido paciente conmigo y entender que no era fácil para mí.

Aegon: Pensabas que el iba a esperarte hasta que tú te cansaras de humillarlo y menospreciarlo.

Aemond: Nunca lo humille.

Aegon: No directamente, pero eres un idiota si piensas que los guardias y sirvientes no les contaban todo lo que tú y mamá decían sobre ellos.

Aemond: Deja de ponerte de su lado cada vez que hablamos sobre ellos.

Aegon: Te refieres a darles la razón cuando claramente la tienen.

Aemond: Porque no te fuiste con tu amado bastardo si piensas que ellos tienen razón.

Aegon: Porque a pesar de todo hay una parte de mí que ama a nuestra madre y no desea verla herida, pero nuestros deseos ya no son relevantes.

Aemond: Se que podría vencerlos si nuestro padre me dejará montar a Vhagar y enfrentarlos.

Aegon: Suponiendo que padre permitiera esa estupidez - El mayor miro con incredulidad al menor - Crees que tú podrías vencer a nuestro tío en batalla cuando nunca has estado cerca de una verdadera pelea.

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⏰ Última actualización: Jan 22 ⏰

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