Adhara. (+18) (Terminada)

capítulo 18

¿Te harás un tatuaje?.

Adhara•

Disfruta los buenos momentos como si fueran los últimos...

Aquellas palabras se me quedaron grabadas en la cabeza desde hace mucho tiempo atrás y desde entonces, he tratado de hacerlo.

Como ahora, el océano es maravillosamente aterrador y ese menos de 5% que se ha logrado explorar, me permite estar ahora bajo el agua. Viendo esto increíble que nos rodea a él y a mí.

No me importa que papá me mire ahora agarrada de la mano de Artem. No me puede decir nada. Literal.

Ni que Lili trate de llevárselo, solo porque aquí no está su madre.

Artem me guía lejos de los demás y vemos otra clase de peces, los cuales me dejan maravillada. Mi orgullo me dice que siga enojada, así como él lo estuvo.

Pero no puedo.

Y hay una vocecita en mi cabeza que me dice; déjate llevar.

Y creo que tiene razón, dejaré los conflictos para después, cuando vuelva a casa, ahora, simplemente dejo que Artem me ayude a subir al yate.

Nos quitamos todo lo que tenemos encima y medio le sonrío cuando su hermana le va chocando el hombro a modo de juego mientras le echa una sonrisita.

-¿Ya habías buceado, verdad?.-pregunté cuando el silencio se hizo algo incómodo entre los dos.

Él me miró unos instantes, impasible, para luego echarse a reír. Me di cuenta porque lo hace y me morí de la vergüenza.

Claro que ya lo había hecho, si no se hubiera dejado que los encargados lo ayudarán.

-Ya no te rías de mí.-me quejo.

Me mira aún riendo.

-Lo siento, pero Adhara, claro que lo he hecho.

-Solo quería llenar el ambiente algo incómodo.

-¿Por qué?.-pregunta.-Para mi hemos hecho una tregua, ¿No?.

Asentí una vez y me acerqué a él.

-Si, creo que sí.

Me sonrió y tomó mi muñeca mientras él daba un paso hacia mí.

-No lo crees.-susurra.-Lo es, rara.

Quedamos a centímetros y tengo el impulso de acariciarlo con las yemas de mis dedos, pero papá sale en ese momento del agua, se quitó todo a velocidad cuando nos vió y vino directo hacia nosotros.

-Disculpa muchacho.-dijo él alejando a Artem de mí.-Quiero enseñarle a mi hija una boya amarilla que hay por acá.

Bufé y Artem no disimuló una sonrisa.

-Vamos princesa.-me alejó de él y nos dirigimos hasta el otro lado del yate.

Me reí y Jana también se unió a nosotros, claro, casi todos presenciaron aquello.

-¿Celos papá?.-pregunta mi hermana, más que divertida.

-No.-responde serio.-No tiene nada con ese muchacho, seguro y no le gustó tanto en su cita, lo dijeron en la cena, no funcionó, solo la estoy salvando de estar con él en un incómodo momento.

-No me estás salvando de nada papá.

Me da golpecitos en el hombro.

-Si mi niña, claro.

Sacudo la cabeza.

-Artem me gusta.-dije y papá se hizo el loco.-Él no es Efrain.

Medio me miró.