capítulo 16

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Te callaste lo de Rafaela.

Artem•

-Artem....

Un solo susurro me hizo mirar desesperadamente a mi alrededor, pero no veía a nadie.

No había nadie....

-Artem, debo irme...

-¿Papá?.-pregunté con angustia.-¿Dónde estás? ¡Tengo miedo!.

-Los hombres no tienen miedo.

-Soy un niño papá, tengo miedo de estar solo aquí. Hace frío.

Solo había árboles y el día estaba gris.

-Artem...

-¡Papá no me dejes aquí!.

-Lo siento...

-¡Papá!.

Abrí los ojos y caí en cuenta que me había quedado dormido encima de mi escritorio con la MacBook prendida.

Que bien, ahora voy a cargar dolor de cuello un buen rato.

Apago la alarma y me encamino al baño, me echo agua fría para pasar un poco el mal rato de la pesadilla, veo mi cicatriz a través del espejo y aunque ya me acostumbré a ella, no me acostumbro aun a lo que representa.

Y es el pasado.

Era prácticamente un niño de diez años cuando ocurrió y pasé por muchos psicólogos, hasta que la última me dijo que podría continuar con mi vida. Le dijo a mamá que no hablé y que no lo iba a hacer jamás.

Que aquello ya tenía que salir de mí, se rindieron, no los juzgo, yo en su caso también lo hubiera hecho.

-¿Se puede?.-escucho la voz de mamá.

Salgo del baño y la encuentro en el umbral con una enorme sonrisa.

Para nadie que la conozca de mucho tiempo no es raro que Genoveva siempre este alegre, que tenga mucha energía las veinticuatro horas al día.

-Ya estás adentro, ¿No?.

-¿Cómo amaneciste, cariño?.-pregunta mientras se acerca y me da un beso en la mejilla, yo se lo devuelvo con uno en la coronilla.

-Bien.

-Queremos organizar un viaje para mañana, por las pascuas.

Alzo las cejas y me dedico a tomar ropa del armario dejando que hable a gusto.

-Estaba pensando en ir a la montaña, pero como que el frío no, ya de por sí vivimos a menudo con el.-aplaude emocionada.-¡Asi que iremos a la playa!.

-Que bien, disfrútenlo.

A ella se le quitó la sonrisa de inmediato y cuando pretendo ir de nuevo al baño, se interpone.

-Tú también vas.-dijo seria.

-Madre ya no soy un niño, no me apetece viajar.

-¿Que paso con el niño al que le encantaba viajar?.-pregunta enarcando una ceja.

-Madre...

-Esta bien no digo más, pero vas a ir y no está a discusión.

Tomé aire.

-¿A qué playa?.-pregunté, sabiendo que aunque quisiese, no iba a ganar, lo iba a hacer mi madre.

-Palm Beach en Aruba.-habló de nuevo con entusiasmo.-Ven pronto a casa, debemos organizar todo.

Adhara. (+18) (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora