Los cálidos rayos del sol acariciaron mi piel con suavidad, estaba cómoda, no quería y no podía levantarme, me aferre a la cama y a mi sueño profundo, no deseaba que este momento tan maravilloso terminase, no deseaba despertar y volver a la triste realidad, quería mantenerme sumida en mis sueños por más lujuriosos que fuesen, en aquel sueño donde Xavier y yo éramos uno solo, donde mis sentimientos explotaban y todo se descontrolaba. Sus dulces besos recorriendo cada parte de mi cuerpo, sus grandes y formidas manos acariciándome con una minuciosa suavidad y los vaivenes de nuestras caderas a un ritmo lento y profundo. No quería, me negaba a despertar y que todo esto solo haya sido parte de mi imaginación, tan creativa y tan dolorosa, por un instante me sentí amada, como una mujer merecía ser amada, me sentí libre bajo su cuerpo. Mis ojos se abrieron con pesades, la luz me cegó por un instante, tuve que parpadear varias veces, las sábanas de seda bajo mi cuerpo se escurrieron en cuanto me incorporé en la mullida cama.
Esa no era mi cama. Este no era mi cuarto.
Mis ojos se encontraron entonces con una intensa mirada azulada, me derritió y dejó sin aliento en cuanto se toparon con ellos, la dulce pero penetrante mirada de Xavier me examinaba con cautela, ¿Qué había sucedido anoche? Su pecho estaba al descubierto, su brazo me envolvía y acariciaba algunos de mis cabellos, enredaba sus dedos en las hebras doradas mientras me observaba, una sonrisa ladeada apareció en sus labios, una sonrisa única, especial, cargada de sentimientos, una sonrisa exclusivamente para mí. Sus labios se acercaron a mi frente y depositaron un beso cargado de sentimientos en ella, un beso intenso, fugaz, un beso que sobresaltó mi pequeño corazón. Una sonrisa se escapó de mis labios, complacida me tiré sobre Xavier abrazándolo de golpe.
No había sido un sueño.
Él correspondió el abrazo entre risas que lograron estremecerme, hacía bastante tiempo no lo oía reír de esta forma y hasta este instante no me había percatado de que necesitaba oír su risa. Sus dedos se enterraron nuevamente en mi cabello el cual cubría mi desnudo cuerpo, sus labios besaron ahora mi mejilla. Nuestras miradas volvieron a encontrarse, cómplices de un secreto que no podíamos ni debíamos decir en voz alta o nos castigarían por nuestros pecados. Inconscientemente, o tal vez muy consientes, habíamos repetido la historia.
Angelique y Felipe eran caballero y princesa, pero también eran amantes. Xavier era mi caballero, pero también el hombre al cual amaba con intensidad, la trágica historia de amor se repetía con sus descendientes, siglos de diferencia, pero seguía siendo la misma, Lilith y su caballero se amaron una noche fugaz con intensidad, ardieron bajo la lluvia, quemaron todo a su paso, y se condenaron al infierno nuevamente, pecaron como los viles pecadores que eran y serían juzgados por aquel pecado. Pero, en este preciso momento, no me importaba arder en el infierno si de estar junto a Xavier se trataba, mi amor por él era más fuerte que cualquier condena que nos depararía en el futuro.
Los labios de Xavier se acercaron a mi oreja, su aliento chocó contra esta y estremeció mi cuerpo.
— Te amo.
Susurró. Empalidecí. Me quede muda. Sin aliento. Mis ojos sorprendidos se posaron sobre los suyos, su sincera mirada lo decía todo y nada al mismo tiempo. El océano azulado de sus ojos me atrapó, me hipnotizó, el amor era reflejado en estos, tan intenso como las olas que chocaban contra mi desnudo cuerpo, no había rastro alguno de aquella hambre voraz en el fondo del océano, no había nada más que sinceridad y vergüenza en sus palabras. Mi corazón dio un vuelco y me deje llevar por la intensidad de las olas, mis labios atraparon los suyos con fiereza, sorprendido correspondió el intenso beso que le estaba proporcionando.
¿Cuántas veces había soñado con este momento? ¿Cuántas veces me había imaginado a Xavier decir aquellas palabras? Esto no era real, no podía ser real, tenía que ser un sueño, Xavier había dicho que me amaba, ¡Me amaba a mí! ¡No a Celeste, no a cualquier otra mujer vampira, a mí, Amalia! Correspondía mis sentimientos más profundos, aquellos que intenté olvidar un sinfín de veces sin éxito alguno, aquellos que encerré en lo más profundo de mi ser, en una cajita la cual al final había rebalsado y que había desencadenado los sucesos de la noche anterior.
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El caballero vampiro [Trilogía EDDA #2 ]
VampireTras los últimos sucesos ocurridos con Julieta, quien ahora exige ser nombrada como Amalia; Xavier hará lo posible por buscarla y convencerla de que su bando es el correcto, pero ¿Realmente Amalia desea volver a su lado? Nadie sabe que es lo que la...