19. Regalo indeseado.

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¿Qué haces aquí? —pregunte entonces a mi madre quien me observaba expectante colgada de la rama de un árbol.

Había pasado un día entero desde mi aventura con Xavier, me encontraba rondando por la zona del internado a la espera de alguna noticia suya, ansiosa e ilusionada de que ya haya arreglado sus asuntos pendientes para poder irnos a vivir juntos a mi palacio. Sin embargo, mi caminata había sido repentinamente interrumpida por mi madre, la cual había estado siguiéndome entre las ramas de los árboles, dándome caza en silencio mientras yo leía el diario de Alucard.

Nuestras auras chocaron con tal intensidad que me había provocado cierto mareo. Su mirada celeste estaba posada sobre mí con desprecio, sus labios formaron una gran sonrisa socarrona. Se balanceó con suavidad en su árbol y pensó su respuesta unos segundos.

Ven, tengo que mostrarte algo. —dijo entonces observando con cierta curiosidad el diario que llevaba en mis manos y mi agenda de notas.

Enarque una ceja y cerré el diario de golpe, lo guardé junto a mi agenda en mi bolsa y me cruce de brazos observando desde mi posición a mi progenitora. Después de mi despertar ella había estado rondando por mi entorno más no se había acercado a hablarme, estaba atenta a mis movimientos y ejerciendo los suyos junto con Gabriel. Su plan estaba saliendo casi a la perfección y aquello me irritaba.

El movimiento anti vampiros había tomado tal fuerza que había enfrentamientos físicos entre humanos en contra de vampiros, estaban asesinando a vampiros en las calles, violando a las mujeres, era un completo descontrol a pesar de tener a la policía humana y los cazadores de vampiros colaborando entre sí. La sociedad estaba quebrandose poco a poco y Odette estaba planeando cortar mi cabeza para tomar mi lugar y así al fin conseguir su propósito de ser la emperatriz de un imperio únicamente de vampiros. Con cautela observé a mi madre desde mi posición, debía ir con cuidado, tal vez esto pudiera ser una trampa para matarme y lograr quedarse con mi corona.

¿Qué deseas mostrarme? —pregunté entonces y vi por el rabillo del ojo a Rosetta asomándose nerviosa entre los árboles, observaba en dirección al internado mordiendo su mejilla interna, conteniendo la ansiedad que le generaba estar tan cerca, pero al mismo tiempo tan lejos de su amado hijo.

— ¡Un regalo traído directamente de Francia, querida! — exclamó Odette y su sonrisa se ensanchó.

Rosetta jugó nerviosa con uno de sus mechones rojizos entre sus dedos, la inquietud estaba reflejada en sus ojos verdes, posó su mirada en mi y ladeó la cabeza asustada de las palabras de mi madre. Sus labios intentaron hablar, prevenirme de lo que sucedería, sin embargo, no tuvo el valor suficiente para hacerlo, el pánico se reflejaba poco a poco en su mirada, Odette la ponía de esa forma, la simple presencia de mi madre, de estar nuevamente a su lado la estaba enloqueciendo.

¿Un regalo? —pregunté entonces volviendo a observar a mi madre quien ahora había bajado al suelo, sus desnudos pies se enterraron en la tierra del bosque.

— Así es, un regalo. —asintió Odette y tomó del brazo con cierta brusquedad a su dama de compañía quien contuvo el aliento cuando sus brazos se entrelazaron con los de ella.

— ¿Y que tipo de regalo es? —pregunte manteniendo aun las distancias con ambas, Rosetta por su parte me pedía que huyera con la mirada más no se atrevía a hablar aún.

¡Oh querida! Ya lo veras, te encantará. — la sonrisa gatuna y socarrona de mi madre se ensanchó, un escalofrío recorrió mi espalda.

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⏰ Última actualización: Dec 15, 2023 ⏰

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El caballero vampiro [Trilogía EDDA #2 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora