4. Amalia.

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La hora del patrullaje rutinario había comenzado, los humanos estaban aglomerándose en la puerta de las aulas de los vampiros mientras estos caminaban directo a sus respectivas clases, el trabajo que teníamos con Celeste daba comienzo, sin embargo, la cazadora no podía verme a la cara. Estaba apenada y me trataba con evasivas mientras recorría de un lado hacia el otro los pasillos de las aulas vampíricas esperando toparse con algún humano travieso para sermonearlo.

Sumergido en mi teléfono decido salir de los pasillos al patio donde se desarrolla generalmente la verdadera acción, Celeste me sigue en silencio suspirando levemente. La imagen de Amalia matando a un par de hambrientos aparece como principal noticia, según los informes se encontraba cazando a estas criaturas por los cazadores de vampiros, las peleas no eran largas, Amalia los exterminaba con facilidad, incluso había un video de ella acabando con un impuro con su sangre, este se cristalizaba, los cristales azules se agrietaban y destruían antes de caer al suelo, los comentario de los humanos fascinados destacaban en la nota, pero así como había humanos encantados y embelesados con la elegante princesa de los vampiros, había humanos que se encontraban aterrados y comentaban que los vampiros deberían ser exterminados comenzando por la imagen principal de los vampiros, Amalia Némésie. Nadie sabía por qué Amalia se encontraba haciendo esto, algunas hipótesis me venían a la cabeza, tal vez quería demostrar su poder ante las cámaras o tal vez simplemente la encontraron luchando contra los hambrientos y aprovecharon a fotografiarla y filmarla.

Incluso me atrevería a decir que Amalia los cazaba por pura diversión para fastidiar a su madre, Odette. Era realmente molesto no saber en lo que esta nueva Amalia estaba pensando, cada día que pasaba me sorprendía aún más con sus recientes apariciones en los medios de comunicación, era algo que parecía no acabar, ya se me había hecho costumbre entonces estar al pendiente de sus noticias todo el maldito tiempo, era una obsesión que había ganado con el tiempo.

La necesidad de verla aunque sea en una nota de televisión era más fuerte que cualquier otra cosa, Amalia lo era todo para mi y su bienestar me preocupaba, aun si ella no es quien solía ser, aun si ella me odiase, priorizaba su seguridad ante cualquier cosa, la ansiedad de no saber como estaba, si estaba herida, si estaba sana, si tenía sed o si estaba triste me carcomía, necesitaba con todas mis fuerzas saber cómo ella se encontraba, por lo tanto, las notas periodísticas consolaban mis ansias en gran medida, además, el verla en esos videos, ver las fotografías de Amalia me dejaban completamente embelesado.

— Xavier, ¿Podemos hablar? — me llamó Celeste, inmediatamente bloquee el teléfono y lo guarde en mi bolsillo. Evitando que ella se diera cuenta de que estaba viendo nuevamente notas sobre Amalia. Era imposible no hacerlo.

— Si, por supuesto. —le respondí dirigiéndome a ella, la cazadora se extralimitó a señalar el camino para ponernos en marcha.

— ¿Nuevas noticias de ella? —preguntó entonces Celeste encogiéndose de hombros y desviando la mirada mientras caminábamos en dirección a la fuente del internado. Rasque mi nuca incomodo con esa pregunta, por más que intentara esconderlo, Celeste se había dado cuenta de lo que hacía con el teléfono.

— A la prensa se le hizo costumbre hablar diariamente de Amalia, ella los alimenta con sus acciones. —respondí restándole importancia o intentando hacerlo.

— ¿Y ahora qué? — Celeste estaba notablemente incomoda con la conversación y era de esperarse después de lo sucedido esta tarde.

— Hay fotos y videos de Amalia atacando a unos hambrientos.

— Se supone que ese es trabajo de los cazadores de vampiros, no suyo. —gruñó por lo bajo desviando la mirada.

El caballero vampiro [Trilogía EDDA #2 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora