10. Añejo

7 3 5
                                    

Escapar de Gabriel era mi prioridad, me había estado molestando desde el día de mi despertar, había averiguado donde nos resguardábamos con Rosetta hasta que nos mudamos al palacio de la isla artificial que estaba a punto de ser terminado. Gabriel era un fastidio, no sabía para que bando jugaba, quería averiguarlo, pero con tantas cosas en la cabeza se me solía pasar de largo el investigarlo. Era un Tepes de ello no había dudas, le tenía una extraña devoción a Odette, pero también me la tenía a mí, era retorcido y aterrador. Mientras más intentaba acercárseme más perturbador me parecía, su sentido de la justicia era extraño, trataba el tema de la guerra con mi madre como un juego de ajedrez, nosotras éramos los peones que se enfrentarían y él quien movería las fichas.

Cuando al fin nos instalamos en el palacio de la isla artificial fui por primera vez consciente de mi poder y de la gente que tenía bajo mi mandato. Vera era mi secretaria, una vampiresa que me había servido durante años y que organizaba mis reuniones, discutíamos de política y economía, ella manejaba también mis cuentas en el extranjero y los ahorros de la familia Némésie, en su momento le había servido a mi abuela como su secretaria, Colette la había enviado a trabajar a mi lado como un regalo de cumpleaños, así como el ejercito vampírico que tenía a mi disposición. Vera me había enseñado como actuar ante la negación de la isla artificial, si los amenazaba con retirar mis acciones invertidas al país durante estos últimos tiempos probablemente accederían a mis peticiones, el país no podía tomar riesgos con respecto a negarse a la construcción y vivienda de mi bund, si se negaban caerían en una gran crisis no solo económica, sino que social también, la peor que habría tenido Argentina en años.

Estaba claro que ganaría, estaban contra la espada y la pared, no podían negarse a mis peticiones por más presión social que tuvieran ante los movimientos anti vampíricos. Vera era un genio, me había consolidado una reunión con la ONU, mi ingles estaba bastante oxidado más pude defenderme a la perfección con mis peticiones, pedí que la ONU reconociera a los vampiros como un igual, prometieron entablar leyes para todo el mundo con respecto al asesinato de los vampiros, matarlos sería condenado de la misma forma que sería condenado matar a un humano. Tuve reuniones con los presidentes de otros países, hablando de futuras alianzas económicas a cambio de obtener beneficios de parte de ellos, así como la total lealtad de los Estados unidos y Rusia.

En mi isla artificial ya contaba con sirvientas impuras, empleadas al encontrarlas en las calles, no soportaba la idea de ver a jóvenes que fueron convertidas en impuras en plena adolescencia y que, por desgracia, no conseguían trabajo debido a sus apariencias, les di un hogar, una paga mensual, derechos de trabajadores, a cambio solo pedía su fidelidad. Contraté a cada vampiro impuro que pude, ganándome el apodo de ángel sangriento entre mis súbditos, me estaban eternamente agradecidos.

Los cazadores eran lideres de mi ejercito vampírico, Celeste y Fabrice no se habían dado cuenta aún pero su líder estaba de mi lado, era un viejo amigo, un mitad humano y mitad vampiro, damphiro, solo a mí me había mostrado su rostro y jurado su protección, ahora trabajaba desde mi castillo como sus hijos adoptivos estaban estudiando en el internado había optado por custodiarme en persona, su nombre era Gérard. Nuestros lazos se habían estrechado en cuanto decidieron hacerse cargo de la seguridad de mi bund como policías vampíricos, le estaba agradecida por acceder a mis caprichosas preocupaciones, sin embargo, el comentaba que teníamos los mismos intereses, el también creía que era posible un mundo donde vampiros y humanos convivieran en armonía, quería proteger a los vampiros tanto como a los humanos, por lo tanto, este trabajo le agradaba.

Estaba formando un reino poderoso y peligroso a la vista de los humanos manifestantes, el poder que tenía en mis hombros era aterrador para ellos, creían que dominaría el mundo si me lo propusiera, que idea mas absurda, solamente quiero un lugar donde descansar, un lugar donde podamos vivir sin escondernos, un lugar al que llamar hogar.

El caballero vampiro [Trilogía EDDA #2 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora